Historias de 'Juego de tronos' (12): La Guardia, la Mancha, teutones y legionarios

La Guardia de la Noche. Su comandante tiene como mascota un lobo, que en TV funciona mejor que una cabra.

La Guardia de la Noche. Su comandante tiene como mascota un lobo, que en TV funciona mejor que una cabra. / periodico

ERNEST ALÓS

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Una hermandad de guerreros sometidos a un voto solemne, custodiando los castillos que limitan con las tierras de los infieles. Esta es la Guardia de la Noche, los cuervos, la congregación de guerrerosde negro que en novelas de George R. R. Martin vigila el Muro de hielo a las órdenes de un Lord Comandante elegido por los hermanos pero con autoridad absoluta. Una institución que recuerda a las órdenes militares medievales: los templarios y hospitalarios que custodiaban Tierra Santa frente a los árabes; las órdenes ibéricas de Calatrava, Santiago, Alcántara, Montesa o Avis, que repoblaban y guarnecían la frontera con Al Ándalus del Alentejo al Maestrazgo y poseían la mitad de La Mancha; o los caballeros teutónicos y los caballeros de la espada, enfrentados a las tierras heladas de los paganos bálticos y que, aunque solo sea por razones climatológicas, son los principales candidatos a haberle dado la idea a Martin. Por cierto, el último Gran Maestre teutónico colgó los hábitos, que no la espada, y se proclamó primer duque de Prusia (no, no rey del Norte, aunque sus descendiesen acabasen como káisers).

También esos caballeros cristianos asumían votos (de pobreza, castidad y obediencia). Y estaban al margen de la jurisdicción real (aunque con los templarios se les acabó la paciencia a reyes y papas).

Pero no solo en las órdenes militares estaría pensando Martin cuando imaginó la Guardia de la Noche como un lugar donde se redimía cualquier delitos. La verdad, aquí nos viene más a la mente la Legión. La francesa y la española. Los votos de los cuervos de Martin, la verdad, si a algo recuerdan es al bushido, el código samurái que inspiró al desquiciado fundador de la Legión, Millán Astray, o a la arenga de este a los primeros legionarios: “El Tercio os abre las puertas. Os ofrece, con el olvido del pasado, honores y glorias”. Lástima que no se quedase vigilando el muro…

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