Barcelona: 2.000 años queriendo ser algo más

Enric Calpena publica 'Barcelona. Una biografia', un compendio de la historia de la ciudad que aspira a convertirse en un libro de referencia como los que tienen otras grandes capitales

La muralla del mar de Barcelona, con Montjuïc al fondo, en 1860

La muralla del mar de Barcelona, con Montjuïc al fondo, en 1860

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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El periodista e historiador Enric Calpena y Edicions 62 se impusieron hace dos años un reto. Que Barcelona tuviese un libro de referencia, una historia divulgativa a la vez que rigurosa, a la altura, puestos a ser ambiciosos, de Peter Ackroyd y su 'Londres. Una biografía' o Simon Sebag Montefiore Simon Sebag Montefiorey su 'Jerusalén. La biografía'. Y al mismo tiempo, que pusiera al día su contenido respecto a otros títulos que hasta ahora no eran exactamente eso pero que habían cubierto esa necesidad, como la 'Barcelona' de Robert Hughes o el 'Barcelona pam a pam' de Alexandre Cirici. Y finalmente ha llegado a buen puerto 'Barcelona. Una biografía', 832 páginas que dan para mucho y se leen como si fuesen muchas menos.

Calpena, con sus habilidades de divulgador de la historia afiladas en su programa de Catalunya Ràdio, se ha apoyado en lo mucho publicado sobre la historia de la ciudad, esforzándose por recoger las aportaciones que en la última década han transformado el conocimiento de su pasado, como sucede con la Bárcino/Barchinona romana y visigoda o la Barcelona del siglo XVIII, aunque no tanto por reflejar su transformación en las últimas décadas (el libro solo dedica 12 páginas a todo lo sucedido desde 1939 hasta la actualidad, por 31 dedicadas al sitio de 1714).

Su función, dice, ha sido la de "ligar textos con sentido narrativo, con vocación divulgativa". Hasta 300 libros refiere como fuentes de consulta, aunque sin bibliografía o notas que los recoja. La voluntad de difusión le ha hecho equilibrar en su relato los grandes "episodios clave" de la historia de la ciudad y aquellos que "son más ligeros, pero ayudan a entender el alma de la ciudad". En el libro, pues, hay desde versiones concisas de las tesis de los recientes libros de Josep Fontana o Albert García Espuche o de los últimos trabajos del Pla Bárcino hasta puro anecdotario costumbrista. 

¿EL ALMA DE LA CIUDAD?

"Hay una cierta alma de la ciudad, que es el esqueleto del libro", plantea Calpena. Por un lado, "es una ciudad que los barceloneses han sentido como una capital, vivir como si fuese capital aunque no lo fuese", argumenta. Un "actuar 'como sí' que define a los barceloneses, y al país" y que se puede ver ya desde la rarísima configuración de la Bárcino romana, un centro administrativo y religioso desproporcionado para su reducida población y su papel secundario respecto de Tárraco.

Otra característica: "Una sociedad civil muy fuerte, con una tendencia democrática y unas instituciones muy particulares". Aunque no nos engañemos: es precisamente la fuerza y brutalidad del feudalismo catalán en los siglos X a XII lo que hace que ya desde hace 1.000 años la Corona "fuese débil y se viese obligada a pactar continuamente". Y algunas más: debatir de forma apasionada las cuestiones "estéticas" del paisaje urbano o, en general, discutirse por esas o por las que sea.  

No en todos los periodos basta con recoger el consenso histórico y explicarlo con gracia: en muchos de ellos hay que tomar partido, o no, entre posturas enfrentadas. Por supuesto, eso sucede con 1714 y la guerra de sucesión. ¿Qué opción ha tomado el autor? "Hay dos grandes líneas: quienes consideran que 1714 fue un desastre no solo por la guerra sino por el arrasamiento que vino después y quienes dicen que después del trauma de la guerra los borbones trajeron la modernidad; yo no lo creo, ni yo ni el 95% de la historiografía catalana", responde Calpena.

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