CRÓNICA

Gemeliers, el ídolo duplicado

El dúo causó furor con sus éxitos de pop romántico en un Sant Jordi Club tomado por sus fans

Concierto de Gemeliers en el Sant Jordi Club.

Concierto de Gemeliers en el Sant Jordi Club. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Solo una cosa puede superar a un ídolo de fans: dos ídolos de fans. El chico de póster duplicado, capaz de volver majaretas a las admiradoras, que el sábado, en un Sant Jordi Club lleno (algunas, acampando desde hacía una semana), andaban estresadísimas girando la cabeza de un lado a otro: a la izquierda, Jesús; a la derecha, Daniel (¿o era al revés?), doble ofensiva con destino a tu corazón. La pesadilla de todo crítico musical, que para un caso así suele sacarle el polvo al viejo formulismo del ‘fenómeno sociológico’ mientras se encoge de hombros y se da a la bebida.

Pero, a ver, podemos comprender por qué estos gemelos de 16 años triunfan: son una versión al cuadrado de la figura ‘teenager’ en estado puro; el público de Gemeliers (de su edad o menos, con muchas madres en la retaguardia) ha crecido con ellos a golpe de ‘platocracia’ ligera; le dan al melodrama pero con alegría, cultivan el estribillo pegajoso con el romanticismo del primer Alejandro Sanz y hacen sentir importantes a sus fans elevándolas a musas, ángeles, diosas. "Chicas, chicas / que quieren tocarme / yo no sé qué haría / si faltasen, oh, oh", decía una de ellas, pedazo de reflexión con audaz fondo de meta-himno 'teen'. "¿Quién quiere ser mi princesa hoy?", preguntaron, en un escenario con escalones, muy televisivo, invitando a sendas espontáneas en ‘Mi única verdad’.

ESTEREOTIPOS

Gemeliers representan esa estación de la vida en que el estereotipo es celebrado como gran hallazgo porque aún no ha transcurrido tiempo suficiente para abominarlo. Citas al veneno de tu piel ('Tan mía'), manifiestos tipo "tú y yo contra el mundo" ('Seremos grandes') e invitaciones a la huida para vivir este sueño ('Escaparme contigo'). Aunque, créanme, no son las peores letras del pop comercial (ahí está Melendi). Su noción pop es el San Francisco que el niño toma pensando que es un cóctel, y en sus parlamentos todo es especial, increíble, inolvidable y "llena el corazón de ilusión". Sensatos, sus conciertos son breves: hora y cuarto culminada con 'Lo  mejor está por venir'. Que así sea.

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