NOVEDAD deL GANADOR DEL PREMIO NACIONAL

Un héroe franquista renace en el siglo XXI

¡García!', Santiago García, abre un puente entre los viejos tebeos y el cómic actual

Escena de '¡García!'.

Escena de '¡García!'. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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La derecha en el poder ultima un pacto de Estado con los socialistas ante «la amenaza de la extrema izquierda», que podría dar el golpe en las inminentes elecciones. Mientras, grupos distintos secuestran y amenazan de muerte a la candidata del partido en el Gobierno y al líder de la «izquierda radical». Con este escenario político, verosímil espejo de la realidad actual, se topa García, un héroe facha que tras 60 años crionizado despierta en una cripta bajo el Valle de los Caídos. Agente secreto de las cloacas franquistas en la dictadura, donde le ayudaba el joven Jaimito, verá que en España las cosas han cambiado (o no). Con estos mimbres, el guionista Santiago García (que esta misma semana ha recibido el Premio Nacional de cómic por Las MeninasPremio Nacional de cómic por Las Meninasilustrado por Javier Olivares ) y el dibujante Luis Bustos (Versus, Endurance) arman ¡García! 1 (Astiberri), un artefacto con un pie en el pasado, en un guiño retro a aquellas historietas de Roberto Alcázar y Pedrín Roberto Alcázar y Pedríncreadas en 1940, que dispara en formato de thriller moderno.

El personaje de García, que lleva el mismo apellido que el guionista -«es el más común entre los españoles...»-, va impecablemente peinado y viste traje y corbata. «A priori es un superpolicía franquista, con ideales carcas y antiguos, pero es un tipo honesto y buena persona que tiene valores de justicia -opina Bustos-. El libro no aboga por ningún bando. No existen solo blancos y negros sino muchos grises. Aparece ese entorno sociopolítico pero también las catacumbas de la democracia y cómo una serie de poderes manipulan y trabajan en la sombra».

«De niño leía todo lo que caía en mis manos, también esos viejos tebeos españoles de Roberto Alcázaraunque prefería los de Marvel, que eran más modernos -señala García-. Me di cuenta de que tradiciones de cómic como la de EEUU, Francia o Gran Bretaña habían revistado sus mitos de tebeo, en cambio aquí no habíamos sido capaces de redescubrir el potencial de nuestro propio imaginario. La novela gráfica que se hace hoy se centra mucho en historias y ha abandonado la vieja escuela basada en personajes, tipo Batman, Tintín... ¡García! es un punto de encuentro entre la tradición del viejo tebeo y la nueva novela gráfica porque introducimos en el mundo real a un personaje muy de tebeo español, que retoma los tópicos del heróe y esa épica casposilla, y desarrollamos una épica comparable a la que hemos tragado en tantos thrillers de acción americanos».

El uso del blanco y negro y el trazo y estilo de Bustos reflejan con naturalidad esa acción gracias, dice, a su «bagage de superhéroes y películas norteamericanas». ¡García! era en realidad un viejo proyecto que el guionista y el dibujante Manel Fontdevila habían abandonado. Pero hace más de un año surgió la posibilidad de retomarlo y tras hablar con Bustos, ex de El Jueves y colaborador de Orgullo y satisfacción, este sugirió intercalar en las 200 páginas del cómic una decena de las que Fontdevila había realizado en su día, en bitono y con escenas de García en los 60. «Son de un estilo muy distinto al mío, muy retro, que recuerda al de los tebeos de Roberto Alcázar. Son geniales para potenciar el contraste de sombras de la dictadura con las de hoy».

Historia olvidada

El guionista admite influencias del Capitán América, de Sin City, de Frank Miller, o de Miracleman, de Alan Moore. En definitiva, «de héroes solitarios que reaparecen cuando la sociedad se viene abajo e intentan ayudarla». Pero, añade, es una metáfora de cómo en España hemos olvidado la memoria y la historia y de cómo esta vuelve, o en realidad no se ha ido nunca, y esos mundos perviven en el nuestro. De cuáles son los cimientos de la democracia, que es el legado de una dictadura». Según Bustos, «no se han cerrado ciertas heridas. El pasado sigue oculto y no se quiere desenterrar».

A ello ayudará Antonia, joven becaria de un periódico de izquierdas, contrapunto al héroe y su rancia época. «Ella es en realidad el corazón de la historia -confiesa García-, la heroína a través de la cual el lector va descubriendo la historia». El continuará, para el Salón del cómic de Barcelona.

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