HISTORIAS DE 'JUEGO DE TRONOS' (9)

Historias de 'Juego de tronos' (9): fuego griego y fuego valirio

La batalla de Aguasnegras, que necesitó un presupuesto extra en efectos especiales.

La batalla de Aguasnegras, que necesitó un presupuesto extra en efectos especiales. / periodico

ERNEST ALÓS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los productores del serie ‘Juego de tronos’ tuvieron que pedir a la HBO un presupuesto especial para el noveno capítulo de la segunda temporada, en el que Tyrion echa mano a las reservas de fuego valirio (un líquido inflamable con un amenazador color de Chartreuse o de absenta abrasa-neuronas) para defenderse de la flota que se aproxima por el estuario de Aguasnegras para tomar la capital.

Y es que los sitios de Constantinopla han dejado una huella profunda en la civilización occidental: el exitoso de 1453 marca convencionalmente el fin de la edad media… y el fracasado de 672 se refleja claramente en la batalla de Aguasnegras.

En esa fecha, una flota árabe intentó tomar por primera vez la capital del Imperio de Oriente, Constantinopla. Las naves invasoras se adentraron en el estrecho del Bósforo y fueron rechazadas gracias al uso del arma secreta bizantina, el fuego griego, una sustancia inflamable que se adhería a barcos, velas y marinos y no se apagaba con agua (aunque es dudoso que produjese llamas color verde ‘ghostbuster’). Búlgaros, varegos, pisanos, eslavos y cruzados latinos se enfrentaron a la misma amenaza a lo largo de los siglos. Aunque, igual que en la serie, su primer uso documentado fuera asar a unos cuantos rebeldes contra el emperador.

Se sabe que el fuego griego se lanzaba con granadas de cerámica, aspersores a fuelle, sifones con forma de cabeza de animal en la proa de las naves… pero nunca se ha podido aclarar cuál era la fórmula secreta, que podría contener cal viva, fosfuro de calcio, salitre, azufre, petróleo o resina. En todo caso, hablamos de química, no de saberes mágicos. Aunque no pensaba lo mismo el emperador Constantino Porfirogéneta, que recomendó a su hijo mantener el secreto sobre la fórmula porque esta fue “mostrada y revelada por un ángel al grande y santo primer emperador Constantino”. A veces en la fantasía hay historia. Y en la historia, fantasías.

En episodios anteriores...