ENTREVISTA

Franz Ferdinand: "Es importante que existan grupos bailables y hedonistas"

Franz Ferdinand, en una imagen promocional

Franz Ferdinand, en una imagen promocional

Juan Manuel Freire

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Franz Ferdinand ha sobrevivido a la marcha de Nick McCarthy reclutando no a otro guitarrista, sino a dos: Julian Corrie (también teclista) y el guitarrista Dino Bardot (de 1990s). Este viernes, la renovada banda pospunk presenta 'Always ascending' en el Vida Festival (Estrella Damm, 1.00 h.). Hablamos con su bajista Bob Hardy.

De este disco suele destacarse su carga de sintetizadores, pero ya los usaron a conciencia en 'Tonight: Franz Ferdinand', hace casi una década. A mi parecer, hemos sido un proyecto dance desde siempre; una banda tratando de tocar música de baile. Visto así, es solo otro disco de Franz Ferdinand. Pero hemos llevado las cosas un poco más al extremo, buscando más la pista. El proceso ha sido diferente, porque Nick ya no estaba en el grupo.  

¿Cómo han cambiado las dinámicas sin él? Al principio, no fue fácil. Ya llevábamos girando juntos mucho tiempo y cada uno tenía su papel. Pero al final vimos que igual podíamos sacar algo positivo de su marcha. Empezamos a soltarnos bastante en el escenario y a trabajar con otros instrumentos. En cierto modo, su salida nos liberó.

Liam Gallagher le dijo a Alex [Kapranos; voz y guitarra] que en estas situaciones, una banda de rock es como un equipo de fútbol: "Un jugador se va, pero el equipo sigue jugando". Es una buena analogía, sí.

¿Hubo plan maestro para el primer disco sin Nick? Hablamos bastante de lo que queríamos. Todos lo veíamos igual. Queríamos canciones con groove. Tiramos mucho de secuenciadores y programación, bastante más que otras veces. Al fin y al cabo, solo con la guitarra, hay un número limitado de sitios donde puedes llegar.

¿Qué artista o disco pueden afirmar sin problema que marcara el camino? Trabajar con [el productor] Philippe Zdar [Phoenix, The Rapture] fue muy importante. Tuvo un gran impacto en el sonido y en las canciones. Hicimos un repaso de sus producciones y nos quedamos alucinados.

¿Y qué aprendieron de su experiencia de grabar un álbum y tocar en vivo con Sparks [como el supergrupo FFS]? Sobre todo, aprendimos que había formas distintas de hacer música. El proceso fue interesante. Trabajamos mucho las partituras, pero a la hora de grabar, lo hicimos muy rápidamente, lo que da una energía diferente y palpable a las cosas. Sparks son inspiradores. Llevan casi medio siglo en esto, sin dejar de divertirse. 

En las redes sociales suelen pronunciarse alto y claro sobre cuestiones políticas, pero sus letras son tirando a crípticas. Preferimos que sea así. Hace dos años grabamos un tema anti-Trump ['Demagogue'], pero no hay nada así en esta colección.

¿Es un trabajo duro hacer canciones divertidas en tiempos tan turbios? No tanto. Para nosotros es como un trabajo. Y además, nuestras canciones son tan eufóricas como melancólicas. Es esencial que haya grupos bailables y hedonistas, que la gente pueda ir a ver para huir del caos. Lo que no significa que nosotros seamos ajenos a los problemas de la sociedad: 'The Academy award' va sobre el afán de exposición en la Red.