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La fotografía perdida de Lorca en Barcelona

Federico Garcia Lorca junto a la actriz Margarita Xirgu y el director de escena Cipriano Rivas

Federico Garcia Lorca junto a la actriz Margarita Xirgu y el director de escena Cipriano Rivas / Josep Branguli

Elena Hevia

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En agosto, el mes en que encontraría la muerte, parece obligatorio acordarse de Federico García Lorca. Este año, el del 82 aniversario de aquel fusilamiento que conmocionó al mundo y acuñó uno de los hechos más infames de la guerra civil, la noticia se ha centrado en el proyectado cuarto intento de encontrar sus restos, esta vez por parte de Ian Gibson. Pero mientras eso ocurre, el poeta sigue generando noticias. Como la aparición de una fotografía inédita de Lorca firmada por Josep Brangulí en el Arxiu Nacional de Catalunya, víctima de una mala catalogación. Fechada, mal fechada, en 1931- un año en el que el poeta y dramaturgo no visitó la ciudad-. en ella solo se referenciaba la visita de la gran actriz fetiche de Lorca, la catalana Margarita Xirgu a los estudios de Ràdio Associació de Catalunya. Nada se decía de los dos sujetos que la flanquean. Un García Lorca muy serio y algo envarado y Cipriano Rivas Cherif, el director de teatro y dramaturgo que más colaboró con la pareja.

El descubrimiento ha sido realizado por el fotoeditor e investigador Joaquín D. Gasca que se muestra sorprendido de que alguien tan fácil de reconocer como García Lorca, incluso en la actualidad, no fuera debidamente identificado en el Arxiu. Gasca, que fue comisario de la exposición ‘Tot Centelles’, se ha dedicado a buscar imágenes perdidas del reconocido fotoperiodista catalán en archivos de toda España y en concreto las que Centelles hizo a la Xirgu y a Lorca. Tirando de ese hilo llegó a esta fotografía de la que solo existe copia en papel, que perteneció a los archivos Brangulí, comprado en 1992 por la Generalitat y depositados en el Arxiu Nacional. El especialista sitúa la foto en 1935, fecha en la que Lorca vivió en Barcelona durante cuatro meses y participó en innumerables actos culturales en la ciudad.

Brangulí, reivindicado

“Me gustaría que este descubrimiento pueda servir también para reivindicar la memoria del excelente fotoperiodista que fue Brangulí. Se suele elogiar mucho a Centelles pero Brangulí fue capaz de captar imágenes sobre los ecos de sociedad y más tarde también hacerlo en la contienda. Merece ser mucho más valorado”, asegura Gasca quien, al parecer, informó al entorno de la familia García Lorca de su descubrimiento, “pero no parecieron interesados”. Quien sí lo ha hecho es el Centro Buñuel de Calanda que ha adquirido la fotografía para documentar la amistad entre el director de cine y el poeta.

La última visita de García Lorca a Barcelona se inicia en septiembre de 1935, en la que será una de sus estancias más largas y fructíferas. Viene acompañando a Margarita Xirgu que va a estrenar en el Teatro Barcelona –situado en Rambla de Catalunya muy próximo a la Plaza de Catalunya- ‘La dama boba’ de Lope de Vega con dramatización de Lorca, a esta seguirán ‘Yerma’ y ‘Bodas de sangre’. Y el 25 de octubre, el estreno mundial en el Teatro Principal -que será ya el último estreno de Lorca-  de ‘Doña Rosita la soltera’. Todas ellas a mayor gloria de la Xirgu. 

Amor a Barcelona

El autor se sentía a sus anchas en Barcelona, que visitó por primera vez en 1925 y que dos años después fue testigo de su frustrada relación con el complicado Salvador Dalí. En una carta, Lorca, que se hospedó de septiembre a diciembre en el Hotel Majestic de Paseo de Gràcia describía así la ciudad: “Hay palmeras, gentes de todos los países, anuncios comerciales sorprendentes, torres góticas y un rico pleamar urbano hecho por las máquinas de escribir. ¡Qué a gusto me encuentro allí con aquel aire y aquella pasión”. En aquellos meses, el nombre del autor fue recurrente en todos los diarios barceloneses.  Es el hombre del momento. No hay día en que no apareciese una reseña de sus obras, una entrevista suya en los diarios o su voz sonara en la radio. La foto perdida se enmarca en ese torbellino de lecturas, conferencias, presentaciones y recitales que fue su estancia barcelonesa, en la que el poeta vivió prácticamente cara al público, participando en tertulias en la Maison Dorée, café restaurante de Plaza de Catalunya.

Cree Gasca que la foto fija de su apoteósico éxito  –y el adjetivo no es exagerado- ahora encontrada, no está sola. Todavía, considera, es necesario sacar a la luz las imágenes poco conocidas que la prensa madrileña dedicó al escritor los años 1935 y 1936. “Seguro que encontraremos más imágenes inéditas”. Es García Lorca que nunca cesa.