ESTRENO EN EL LLIURE

Alegato por la tolerancia con Flotats

El actor y director presenta 'Ser-ho o no', comedia política del francés Jean-Claude Grumberg

Josep Maria Flotats y Arnau Puig, en 'Ser-ho o no'.

Josep Maria Flotats y Arnau Puig, en 'Ser-ho o no'.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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Hacía 38 años que Josep Maria Flotats no pisaba el histórico Lliure de Gràcia y no esconde «la emoción y felicidad» de regresar con Ser-ho o no (Per acabar amb la qüestió jueva), comedia política del dramaturgo, escritor y escenógrafo francés Jean-Claude Grumberg, que ha adaptado, dirige y coprotagoniza junto con Arnau Puig. El montaje, un alegato por la «tolerancia» y la defensa «del derecho a la diferencia y a tener otras opiniones», se estrena este miércoles y se representará hasta el 6 de diciembre.

Fue Lluís Pasqual, director artístico del teatro, quien le abrió las puertas de una sala que el próximo 2016 celebrará 40 años. «¡Haz lo que quieras!», le concedió Pasqual, y él no dudó en recurrir a su amigo Grumberg, prestigioso autor francés -laureado con seis premios Molière y un Cesar, entre otros reconocimientos-, hijo y nieto de desaparecidos en los campos de exterminio nazis.

Hacía tiempo que Flotats deseaba estrenar en España una pieza de Grumberg, a quien conoció durante su etapa parisina. «El teatro se construye con emociones y lo mejor para hacer una obra es conocer al autor, que sea un amigo y poder presentarlo aquí, donde nunca se ha representado», se congratula Flotats, que valora un texto «ingenioso y divertido» que introduce a través de la comedia la espinosa cuestión de los judíos. La pieza escarba en la identidad colectiva e individual, y en el compromiso con uno mismo y con los demás. «Grumberg siempre ha querido hacer reír hablando de cosas muy serias», afirma.

MUNDOS OPUESTOS / En escena, dos vecinos de escalera, uno agnóstico y otro creyente, se encuentran en el rellano y empiezan a dispararse sus antagónicas creencias en un incisivo duelo dialéctico. «Son dos personajes que provienen de mundos opuestos pero van construyendo poco a poco una amistad llena de ternura, aunque manteniéndose cada uno en su lugar», concreta el actor y director.

Cuando se le plantea la comparación con el movimiento independentista catalán, Flotats concede: «La lucha por el derecho a la diferencia es eterna. La obra habla de tolerancia y se pueden hacer las lecturas que queramos, pero, ciertamente, hay una realidad inmediata para los catalanes y los judíos».

El texto esconde un segundo y un triple sentido y nos regala, dice Flotats, «la pregunta mágica: ¿de qué me río si es teatro político?». Lo es, pero «tiene mucho sentido del humor y fina ironía», anuncia el actor, que ya dio voz este verano en Jusqu'a quand?, dentro del festival de Peralada, a los pensamientos de su amigo  extraídos de Pleunichard y Mon père. Inventaire, obras en las que rescata las vivencias durante la ocupación nazi en París y el dolor familiar tras la muerte de su padre.

De Grumberg, Flotats destaca asimismo un estilo «heredero del absurdo pero con una profunda carga humana». «Siempre está sugiriendo preguntas al público, a la vez que les permite reír y emocionarse». Tiene también palabras muy elogiosas para Arnau Puig, su contrincante en escena. «Me ha hecho pensar en Gérard Depardieu por su verdad. Siempre te lo crees. Estamos ante un futuro muy buen gran actor», le halaga el maestro.