Villaronga hace de 'Incerta glòria' un western emocional

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ERNEST ALÓS / BARCELONA

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El rodaje de la adaptación cinematográfica de 'Incerta glòria', la novela de Joan Sales sobre la guerra civil, acaba este miércoles en Barcelona tras dos meses de rodaje en los paisajes del frente de Aragón. Aunque sería más preciso decir que lo que acaba es el rodaje de la 'Incerta glòria' del director Agustí Villaronga, que ante la imposibilidad de llevar a la pantalla una compleja novela de 700 páginas ha decidido, en el guion que firma junto con Coral Cruz, centrarse en un aspecto, la relación entre cuatro protagonistas, en pleno conflicto sentimental y moral, "muy épico y emocional", según la productora, Isona Passola.

"La novela es muy compleja, larga y filosófica. Enla película hay cosas muy distintas porque la he centrado en los sentimientos de las personas. El primer término están las emociones de cuatro jóvenes, con una guerra como telón de fondo", explica en una pausa del rodaje el director mallorquín. "Con un aire -añade- más de wéstern que de película de la guerra civil". "O de 'Lo que el viento se llevó', o 'El tercer hombre", añade Passola.

CUATRO JÓVENES PROTAGONISTAS

El fragmento de 'Incerta glòria' sobre el que se ha puesto el foco es la relación entre un joven oficial (Lluís, interpretado por Marcel Borràs), su amigo Juli Soleràs (Oriol Pla), la mujer del primero (Trini, Bruna Cusí) y una joven aragonesa con quien inicia una relación (Carlana, Núria Prims). La sorpresa para los espectadores puede llegar con alguno de los personajes secundarios en las escenas situadas en el Aragón rural. Juan Diego, Terele Pávez Fernando Esteso. "Es buenísimo. Y aunque la gente no lo sepa, es una persona inteligente y culta, que no va de cómico haciendo chistes", explica el director.

Marcel Borràs, el protagonista de la escena que se rodaba este martes, desvela que el personaje de la novela Lluís de Brocà, que él interpreta, ha sido rebautizado como Lluís Sales en honor al autor (y en un acto de justicia ya que en gran parte el personaje de la novela ya es un álter ego del escritor). Se trata de "un comunista de familia buena, un tipo muy moralista, muy educado pero que se rompe, que va como oficial al frente de Aragón, donde quiere encontrar a un amigo, y paralelamente se enamora de una mujer, mientras tiene mujer e hijos en Barcelona. Vive un infierno emocional, un combate interno, entre sus obligaciones como oficial y sus pasiones internas, cuando aún es un hombre joven que ha tenido que vivir todo esto antes de hora". 

LOS ESCENARIOS

Este miércoles aún queda una pequeña escena por rodar, pero este martes se acababa el grueso del rodaje que ha tenido ocupado al equipo durante un mes y medio en numerosas localizaciones de Aragón y durante un par de semanas en La Garriga y Barcelona. En la escena que se rodaba este martes, Lluís Sales entra en una sala del pabellón de Sant Rafael del Sant Pau, uno de los pabellones a medio restaurar que ha permitido recuperar la apariencia que deberían tener esas salas diáfanas de los hospitales en los años 30. Busca el suero que necesita para salvar la vida de su hijo y que no encuentra en ninguna parte. En las camas, unos niños pacientes y disciplinados atienden sin dar demasiados problemas las instrucciones de las figurantes caracterizadas como enfermeras. "Lo que sucederá será importante y dará un giro a la historia", explica la productora Isona Passola. "La guerra pone a las personas en situación límite y hace -añade Passola- que hagan lo que nunca se podrían haber imaginado. 'La peor guerra es la que uno hace consigo mismo', dice el libro".  

Aparte del rodaje en el hospital de Sant Pau ("si la película tiene el recorrido internacional que tuvo 'Pa negre', es importante que se vea el modernismo más allá de la Sagrada Família", sostiene la productora), el pasado domingo el equipo del rodaje convirtió el Pla de Palau en una plaza con mercado, camiones, corderos y suelo lleno de arena (la desaparición de los adoquines en Barcelona ha reducido la contaminación acústica pero complica los rodajes de película de época). Aunque los grandes momentos del rodaje han sucedido en los paisajes de Aragón -la abandonada Cartuja de Monegros, las trincheras de Alcubierre, las ruinas de Belchite, el paisaje erosionado de Jubierre- con momentos mágicos como los paisajes nevados a base de espuma a pesar del calor que la fundía o difíciles como el accidente en el que se rompió ambas piernas el cámara Ramon Sánchez.

La posproducción del filme se prolongará hasta final de año, y la aspiración a que sea incluido como película a competición en el festival de Berlín condiciona la elección de la fecha del estreno, que inicialmente debería irse a febrero o marzo del próximo año.

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