EL GRAN DIVULGADOR DE LA MÚSICA DE AUTOR

González Lucini, por amor a la canción

El especialista en trovadores presentó su libro de memorias, 'Mi vida entre canciones', junto a amigos como Paco Ibáñez y Marina Rossell

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zentauroepp42979704 amb marina rossell pere camps i paco ib ez 17 4 2018 cen180418193221 / JUAN MIGUEL MORALES LÓPEZ

JORDI BIANCIOTTO

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En su libro de memorias, 'Mi vida entre canciones', dice Fernando González Lucini, citando a Unamuno: “El pueblo necesita que le canten, que le rían y que le lloren mucho más que el que le enseñen”. Y a seguir el rastro de ese canto se ha dedicado él durante cinco décadas, impartiendo primero canción de autor en sus clases de lengua y literatura, y convirtiéndose en el más apasionado y enciclopédico divulgador de los cantautores en artículos, libros y programas de radio.

Los amantes de la canción de autor, porque llamarlos amigos sería quedarse cortos, acudieron este martes a la cita con este jienense nacido en Girona (en esa ciudad estaba entonces trasladado su padre, funcionario de prisiones), en el Centre Artesà Tradicionàrius, con motivo de la presentación de este libro en el que narra su peripecia vital, íntimamente asociada a versos y acordes. Y ahí, González Lucini fue rotundo: “Yo amo la canción de autor, que me ha hecho ser lo que soy”, afirmó observado de cerca por Pere Camps, director de Barnasants (que le presentó como “el María Moliner de la canción de autor”), y Marina Rossell, que elogió su “trabajo minucioso, de hormiguita”, a lo largo de tantos años. En la sala, amigos y muchos colegas del ramo, de Paco Ibáñez a Enric Hernàez pasando por Miquel Pujadó, Josep Tero, Jordi Batiste, Sílvia Comes, VerdCel, Daniel Cros, Ángel Petisme y Dani Caracola.

El espíritu y el cuerpo

En “señal de agradecimiento” va, pues, este volumen en el que explica cómo descubrió a los poetas “gracias a Paco Ibáñez” y cómo se dejó seducir por 'Al vent', de Raimon, y por las primeras canciones de Lluís Llach, y de Maria del Mar Bonet, pese a no entender en el catalán. Paco Ibáñez, cogiendo a este cronista por banda, le hizo saber que el primero de todos fue Josep Maria Espinàs con 'L’enterramorts', “versión de Brassens que adaptó al catalán en 1956”. Estamos entre eruditos, sí, aunque no falta la coartada eróticofestiva: Lucini recordó cuando su entonces novia Tonona, que se convertiria en compañera de toda su vida, le regaló un epé con cuatro canciones de Raimon. “Una de ellas era 'Treballaré el teu cos', y me subrayó el título, y yo me pregunté: '¿qué me estará diciendo?'. ¡Ni siquiera le había metido mano!”, reveló levantando risas en la sala.

Los hilos que unen

Marina Rossell destacó que González Lucini “no había permitido que se rompiesen los hilos entre las comunidades del Estado”, lazos que, añadió, “hoy se han perdido casi completamente”. Hay, en efecto, algo prodigioso en la figura de este jienense defensor de la 'cançó' desde la tiniebla franquista. ¿Hace un millón de años? “Estamos viviendo un momento de una incultura radical y es lamentable el desprecio que se le hace a la cultura catalana, a la que España le debe tanto, en particular a la 'cançó'”, subrayó, aludiendo a la actual “dictadura enmascarada” y revelando cómo hace poco, en su colaboración con 'Ciudadano García' (RNE), le sugirieron que no pusiera la canción 'Tienen que salir', de Eliseo Parra, por lo que pudiera sugerir. “No les hice caso”.

Pero él se presenta, a sus 72 años, como “jubilosamente jubilado”, si bien sigue dedicando buena parte de su tiempo a la divulgación de la canción de autor. Además de su libro de memorias, acaba de publicar otro, 'En la raíz del silencio', en torno a poemas y dibujos inéditos de Antonio Mata, miembro fundador del Manifiesto Canción del Sur, fallecido en el 2014. Libros autoeditados. “Estoy harto de editoriales, de comisiones y de todo eso”, exclamó en el CAT, incorporando a su perfil de hombre humanista y de letras un informal acento punk.