LOS ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

'Fast & furious 8', la familia rota

Llega a las carteleras el octavo episodio de la exitosa saga, primero sin el fallecido actor Paul Walker y salto al lado oscuro del Toretto de Vin Diesel

Vin Diesel, Charlize Theron, Michelle Rodríguez, The Rock, Tyrese Gibson, Ludacris y Jason Statham, en una imagen promocional de 'Fast & Furious 8'.

Vin Diesel, Charlize Theron, Michelle Rodríguez, The Rock, Tyrese Gibson, Ludacris y Jason Statham, en una imagen promocional de 'Fast & Furious 8'. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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En Hollywood, ya se sabe, nadie sabe nada. Hay películas que nacen con voluntad de arrancar una franquicia y se quedan en el primer intento, como 'La brújula dorada', 'Soy el número cuatro' o 'John Carter'. Después suceden curiosidades como que un 'thriller' de carreras de coches de presupuesto medio se convierta en una franquicia progresivamente más rápida, más furiosa, más grande y… mejor

En su estreno en el 2001, 'A todo gas' fue recibida sin demasiado entusiasmo por la crítica, que la definió como un 'Rebelde sin causa' sin causa o una copia al carbón de 'Le llaman Bodhi', cambiando tablas de surf por llantas de 'tuning'. Pero el público abrazó (y convirtió en éxito sorpresa del verano) el filme de Rob Cohen, quien apostaba de nuevo por el actor Paul Walker tras haberle dirigido en 'The Skulls. Sociedad secreta'. Al otro lado de la ley, en el papel del corredor/ladrón de reproductores de DVD Dominic Toretto, estaba el ascendente Vin Diesel. 

No es que su presupuesto fuera del todo bajo (36 millones de euros), pero nadie esperaba que recaudara mundialmente más de cinco veces eso. Una secuela era de prever, pero nadie esperaba que llegara hasta las diez (el jueves se estrena la octava y hay otras dos en camino), sobre todo después del ligero descalabro de la tercera, 'A todo gas: Tokyo Race', sin las estrellas del original y cuyo único buen personaje moría; lo que no significaba que no pudiera salir más en la saga.

Y sin embargo, ahí lo tienen, una casi serie B convertida en franquicia más lucrativa en la historia de Universal. Los ladrones de mediana monta se han convertido en Robin Hoods de altos vuelos, trotamundos irrefrenables (ya han visto cuatro continentes), 'hackers' nivel Elliot Alderson y peleadores hábiles con brazos, piernas y cabeza. Para una legión de espectadores de todo el planeta, la Familia sobre la que tanto insiste Toretto, no biológica, sino construida a lo largo del periplo vital, es como su propia familia. 

EL ESPECTÁCULO DEBE CONTINUAR

Por eso 'Fast & Furious 7' era un espectáculo de levantarse de la butaca, pero también un golpe emocional de los que pueden hundirte en ella. Se trataba del primer episodio estrenado después del fallecimiento, en accidente de tráfico, del actor Paul Walker, resucitado en partes del filme con ayuda de los efectos digitales de la compañía WETA de Peter Jackson. El capítulo terminaba en emotivo tono elegíaco, con un montaje de 'greatest hits' de Walker en la saga y los coches de su personaje, O’Conner, y el de Diesel, Toretto, tomando carreteras separadas.

También por eso algunos han visto como una traición que la saga continúe sin Walker, mitad de su corazón emocional. Tanto dentro como, al parecer, fuera de la pantalla. Diesel explicó en su día a EL PERIÓDICO: "Cuando la tragedia sucedió, perdí a mi mejor amigo. Perdí a mi hermano". Pero un espectáculo que recauda 1.400 millones de euros en su séptima entrega debe continuar, según la familia de Hollywood.

Sobre las espaldas del director F. Gary Gray ('Straight outta Compton') recaía una misión difícil (o unas cuantas de ellas): igualar la espectacularidad del séptimo episodio, conseguir que el público aceptara 'Fast & Furious' sin Walker, y conquistar de nuevo a los críticos abrumados por el dinamismo de las últimas entregas dirigidas por Justin Lin (quinta y sexta) y la única dirigida por James Wan (séptima). No, no debe de ser fácil haber sido Gray estos últimos meses, aunque tampoco debe de haber sido aburrido: se ha sentido, dice, "como un niño en una juguetería" haciendo chocar y destrozando los coches por valor de decenas de millones de euros de 'Fast & Furious 8'.

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UN ARTESANO CON EXPERIENCIA

Gray no es nuevo en el terreno recorrido a toda pastilla por 'Fast & Furious'. Recordemos que su filmografía incluye una película de robos, 'Hasta el final', especie de versión 'black' de 'Nikita, dura de matar'. También una espléndida película de acción pura como 'Negociador', una de persecuciones de coches como 'The italian job' y una con Vin Diesel, 'Diablo', que mejor no recordar en exceso. 

A la espera del veredicto del público, 'Fast & Furious 8' ha topado con primeras críticas no tan exaltadas como las del anterior capítulo, aunque no todos los días uno ve bólidos llover, un submarino nuclear perseguir coches, o a Jason Statham haciendo de canguro a su manera. Gray, además, bien ayudado por su director de segunda unidad, el veterano Spiro Razatos, ha conseguido que estas escenas imposibles luzcan realistas en lugar de como borrosos derroches infográficos. 

Tampoco ha olvidado el importante factor emocional de la saga, y pone énfasis doloroso en la ruptura de la Familia por las malas artes de Cipher, la villana encarnada por Charlize Theron. Octavas partes, se supone, no podían ser buenas, pero esta funciona a todo gas.