Excéntricos deliciosos

Artículo 197. Tengo un amigo que siempre me sorprende. Cuando quedas con él, siempre tiene una teoría nueva o ha evolucionado respecto a la semana anterior. Nada es igual con él porque su cabeza jamás para quieta. Recuerdo que durante un tiempo soñó con ir a un restaurante y pedir una comida perfectamente deliciosa, escribir una carta sobre por qué había pedido esos platos y marcharse antes de probar bocado para que lo disfrutase un desconocido, un extraño que no tuviera que encargar nada, tan solo leer su carta y saborear unos manjares que no se planteaba probar ese día.

Ahora está obsesionado por descubrir por qué la gente es como es y dónde nace la incomunicación. Y tiene una teoría bastante interesante. Resulta que él piensa... Casi os lo cuento después de lo mejor de mi semana.

Tercera posición.Pequeño.Dani Martín logra devolverme a la niñez con su nuevo álbum. Me emocionan enormemente esos 197 segundos que duraEl cielo de los perros, canción dedicada a su hermana veterinaria desaparecida recientemente. Impactante...

Segunda posición.Turismo interior(Lumen).Marcos Ordóñez te engancha con cada una de sus tres maravillosas historias. Su escritura va muy en la línea de esos versos deMachadoque abren el libro: «Entre el vivir y el soñar hay una tercera cosa. Adivínala...».

Primer lugar.Gata sobre teulada de zinc calenta(Lliure). Me perforó tanto esta maravilla que necesito verla tres o cuatro veces más.Andreu BenitoyJoan Carrerasdejan pequeño el adjetivo soberbio. Mi esófago explotó de felicidad.

Y volviendo a mi amigo. Él opina que parte de la incomunicación de la gente tiene que ver con los coches: «Es como cuando buscas un sitio libre y parece que alguien sale, pero cuando le preguntas, ese desconocido te dice que no con el dedo...». Él opina que la frustración que te origina eso es tan enorme que ahí se inicia el rechazo a los extraños. Por ello piensa que si no te vas a ir del sitio deberías llevar unas cartas escritas con una pequeña explicación sobre ti y tu forma de ser para que ya que no se queda con tu sitio, se lleve parte de ti.

Es excéntrico pero yo ya le he hecho caso y llevo una de esas cartas en el coche. ¡Vivan los excéntricos deliciosos!