'Mi amigo el gigante', cruce de titanes

Steven Spielberg adapta al mito literario Roald Dahl en una película coproducida por Disney

'MI AMIGO EL GIGANTE' Dirigida por Steven Spielberg (8 de julio).

'MI AMIGO EL GIGANTE' Dirigida por Steven Spielberg (8 de julio).

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Roald Dahl tiene fama de autor infantil, pero tuvo una carrera paralela como autor de relatos adultos cargados de elementos macabros. E incluso en sus obras, digamos, para niños se cuelan elementos de una curiosa oscuridad. Ahí queda la premisa inicial de su clásico de 1982 ‘El Gran Gigante Bonachón’, retitulado ‘Mi amigo el gigante’: esencialmente, un anciano se acerca a un orfanato y se lleva a una niña para tenerla casi como mascota o animal de compañía.

Es bastante inquietante, pero también, sobre todo en cuanto se descubre la afabilidad del anciano secuestrador, un gigante para ser más precisos, un dechado de encanto que ha enamorado a lectores de varias generaciones, entre ellos Steven Spielberg, quien usó el libro para dormir a sus hijos cuando eran pequeños. “Es una historia que muestra que incluso una niña pequeña puede ayudar a un gigante enorme a resolver sus mayores problemas”, ha dicho el director.

Esta adaptación se empezó a desarrollar en los 90 (después de estrenarse una versión animada la década anterior) y pasó por las manos de varios guionistas. Al final escribió la película Melissa Mathison, en su reunión con Spielberg tras ‘E.T. El extraterrestre’, a la que se hace clara referencia. El filme cuenta, básicamente, la misma historia que el libro: niña cae en manos de gigante, gigante se revela tipo encantador, niña y gigante urden juntos un plan para derrotar a gigantes malos con nombres como Zampamofletes y Revientahuesos.

Mathison respeta no solo la posible oscuridad del relato sino su humor incorrecto, como esos pedos estratosféricos que afectan incluso a la Reina de Inglaterra. Sin embargo, se subraya bastante la parte sentimental: el gigante cuenta ahora con un inédito pasado trágico y se ha optado por un final diferente para pulsar el lagrimal del espectador. De la unión de Disney (coproductora del filme) con Spielberg solo cabía esperar esta búsqueda del sollozo generalizado.

DAHL Y EL CINE

Por desgracia, nunca sabremos qué piensa de estos cambios Dahl, quien murió en 1990 tras haber salvado la vida emocional de un puñado de niños con sus libros. El autor tuvo serios problemas con el cine. Como guionista, tuvo una carrera breve y amarga: le dolió que no contaran con él para otras adaptaciones de 007 después de ‘Solo se vive dos veces’, y sufrió la reescritura de sus guiones para ‘Chitty Chitty Bang Bang’ (1968) y ‘Un mundo de fantasía’ (1971), la primera versión (en el 2005 llegó la de Tim Burton) de su propio ‘Charlie y la fábrica de chocolate’. (Debajo, un extracto estelar).

Dahl solía odiar las adaptaciones de su obra, incluyendo películas bien recibidas como la primera ‘Charlie’ y ‘La maldición de las brujas’, dirigida por el gran Nicolas Roeg en 1990; cuando el director le enseñó el final del filme, diferente al del libro, Dahl le pidió que “retirase su nombre de esa cosa”, según contó su viuda.

De las múltiples adaptaciones de su obra, algunas son de culto más que merecido: además de las dos recién citadas, se deben recordar ‘Matilda’ (dirigida por Danny DeVito en 1996) y dos joyas de la animación contemporánea como ‘James y el melocotón gigante’ (1996) y ‘Fantástico Sr. Fox’ (2009).

Por otro lado, sus relatos adultos fueron nutriente de series antológicas como ‘Alfred Hitchcock presenta’, ‘Suspenso’, ‘Way out’ y su creación propia ‘Tales of the unexpected’; uno de ellos, ‘Hombre del Sur’, tuvo hasta tres versiones en tele y sirvió de inspiración a Quentin Tarantino en ‘Four rooms’ (1995) y Park Chan-wook en ‘Three… Extremes’ (2004). Nada mal.