Las mujeres de la ESCAC exhiben músculo en Málaga

Las estadísticas oficiales de la industria del cine confirman la ausencia de mujeres en los puestos de dirección. Pero llega la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya) al festival de Málaga y rompe la norma. Todo mujeres. Todo directoras y guionistas. Algunas, debutantes y otras, con un currículo ya hecho. Y no solo hablamos de cine, sino también de series de televisión, porque Mar Coll (que en el 2009 ganó en Málaga el premio a la mejor dirección con 'Tres dies amb la família') presenta ahora 'Matar al padre', una producción para Movistar+. 

La sección oficial del certamen cuenta con tres títulos de alumnas formadas en la ESCAC. Elena Trapé, que en el 2010 alumbró 'Blog' gracias al proyecto Ópera prima proyecto Ópera prima de la escuela catalana, tiene muchas papeletas para entrar en el palmarés gracias a 'Les distàncies', un drama generacional que habla de la decepción. Teniendo 'Reencuentro' (Lawrence Kasdan, 1983) como película de cabecera, Trapé junta a un grupo de amigos que deciden viajar a Berlín y celebrar el 35 cumpleaños de uno de ellos (Miki Esparbé), que trabaja en la cosmopolita y vibrante ciudad alemana.

Los personajes de 'Les distàncies' tienen edad de ser maduros, pero no lo son. Pertenecen a una generación que se da cuenta de que no van a vivir como vivían en casa de sus padres y de que el mundo es más hostil de lo que esperaban. "Sus expectativas se frustran y cada uno lo gestiona como puede", explica Trapé, que descarta llamar egoístas a sus personajes. "El egoísmo está relacionado con la maldad. Y ellos no son malos. Más bien, hacen lo que pueden", continúa la realizadora, barcelonesa de 42 años, que ha contado en la producción con Isabel Coixet.

Comedia sobre las cofradías

Al igual que hizo Trapé con 'Blog', Marta Díaz (Ronda, Málaga, 1988) presenta ahora su primera película, rodada gracias al proyecto Ópera prima de ESCAC, donde estudió Dirección de cine y donde actualmente da clases de Prácticas. Rendida admiradora del cine de Berlanga, ha apostado por crear una comedia de situaciones y personajes contando algo que le es cercano: las cofradías. Díaz no pertenece a ninguna, pero lleva desde pequeña siendo testigo de ese peculiar mundo. 'Mi querida cofradía', que se estrena en salas comerciales el 4 de mayo, narra las dificultades de una mujer para convertirse en Hermana mayor, un puesto que ocupan, habitualmente y por tradición, los hombres.

Con Gloria Muñoz y Manuel Morón de protagonistas, 'Mi querida cofradía' no es una sátira. No se burla abiertamente de la fe católica ni las tradiciones. Es un cuento amable y divertido que nace con buena intención y que deja claro que Díaz tiene una prometedora carrera por delante. Quizá, eso sí, le falte envergadura o elementos de transgresión para entrar en el palmarés del festival.

Cambio de vida radical

Radicalmente distinta es 'Ana de día', que lleva la firma de la directora navarra licenciada en la ESCAC Andrea Jaurrieta, a la que ha costado ocho años sacar adelante una película que, finalmente, financió gracias al 'crowdfunding' (micromecenazgo). El resultado es irregular a pesar de la valentía de la propuesta. Con guiños a Buñuel desde el título, el filme parte de una premisa surrealista para hablar de cómo una joven (Ingrid García Jonsson) con una vida casi perfecta -carrera unviversitaria, trabajo, novio, piso- decide cambiar radicalmente y lanzarse al mundo 'underground' madrileño de las pensiones, el cabaret y la prostitución. Con varios cortos en su currículo, la realizadora se siente especialmente atraída por "los personajes femeninos que aparentemente no tienen ningún problema, pero que en algún momento se plantean si realmente quieren eso con su vida. ¿Ellas son libres y deciden su rumbo o acatan lo que se les impone por educación?", se pregunta Jaurrieta, muy reivindicativa con el papel de la mujer en la industria del cine.

Marca ESCAC

Las exalumnas de la ESCAC presentes en Málaga destacan la importancia de que las mujeres cuenten historias en cine y las dirijan. "Cada vez hay más alumnas de Dirección", explica Marta Díaz, que destaca la gran ventaja que, en su opinión, tiene la escuela catalana: "Te dan una cámara y ruedas en la calle desde el primer día. Enseñar cine es muy difícil, así que esas prácticas son la mejor manera de aprender el oficio". Trapé añade que hay mucha sinergia entre los alumnos y los exalumnos. "El proyecto Ópera prima demuestra que no tienes que esperar diez años para rodar tu primera película. Yo estoy aquí gracias a 'Blog'. La ESCAC me ha permitido acceder al mundo laboral, tanto de cine como de publicidad", concluye.