La misión de Vintage Trouble

El pasado mayo, Vintage Trouble abría el 'show' de AC/DC en el Estadi Olímpic, en una de las primeras noches de la gira mundial de los australianos, y respiraba aliviado. “Estábamos nerviosos porque los fans de AC/DC habían abucheado a teloneros del calibre de Buddy Guy, pero todo fue bien: la gente vio que aunque tocamos con menos volumen nuestra energía es parecida”, explica a este diario el cantante del grupo, Ty Taylor, horas antes de su actuación, este jueves, en Razzmatazz (21.30 horas).

Es la cuarta vez que la banda californiana actúa en Barcelona en año y medio, tras pasar también por Bikini y el último Cruïlla BCN (“los ‘troublemakers’ españoles son muy activos”, destaca Taylor), y trae su tercer disco, ‘1, Hopeful rd.’, con una revisión del rock con raíces y las esencias soul. Un trabajo “con canciones compuestas en la carretera” que busca una compatibilidad entre “el filo rockero y el ‘groove’”. Canciones que Taylor ve “con cuerpo y corazón, y que se pueden bailar”. La producción la firma el veterano Don Was, que ha sido cómplice de toda clase de clásicos (Dylan, Stones, Iggy). “Es como un Buda, se puso en el centro del grupo y nos animó a ser más concretos en lo que queríamos hacer”, señala el cantante.

Existen varias calles Hopeful en Estados Unidos, aunque el título remite a una idea que le transmitió su madre cuando era pequeño. “Ella me decía que la vida es una carretera abrupta pero que hay que tener esperanza, así que el título se refiere a un estado mental, un lugar en el que tus sueños siguen vivos”, explica Taylor, que ve la propuesta del grupo como “un reflejo de lo que antes hicieron Little Richard, Etta James o Ike & Tina Turner”. Artistas que trascendieron las fronteras entre música blanca y negra. “Mezclaron públicos y abrieron puertas para nosotros”, elogia Tylor, que entre sus grupos de cabecera sitúa a Led Zeppelin. “Si quitas los amplificadores, lo suyo no era hard rock, era rock’n’roll y blues con alma”.

AÑOS 50 Y 60

Sí, Vintage Trouble mira hacia atrás y no lo hace con complejo sino con gratitud. “Nuestro propósito es mantenernos fieles a nosotros mismos y a nuestro corazón, a esa música que está ahí desde los años 50 y 60, cuando el rhythm’n’blues y el rock’n’roll se cruzaron”, destaca Taylor, que ve en esa tradición propiedades imperecederas e indestructibles. “Sabes que si vas a una fiesta y pones un clásico del soul o de los Stones, funciona seguro. Esa es la música que nos inspiró a hacer música, y seguir ese camino es nuestra misión”, resume.