CITA CON LA HISTORIETA

Sole Otero, amores tóxicos en viñetas

La dibujante argentina presenta en el Salón del Cómic 'Poncho fue', obra autorreferencial sobre manipulación psicológica en la pareja

La dibujante argentina Sole Otero, que presenta 'Poncho fue' en el Salón del Cómic.

La dibujante argentina Sole Otero, que presenta 'Poncho fue' en el Salón del Cómic. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Compartir cama y vida con una pareja tóxica que te mina la autoestima, menosprecia tu trabajo, te dice la ropa que debes ponerte, te manipula haciéndote sentir culpable por cualquier cosa y te condiciona hasta el punto de que haces cosas que no harías si él no estuviera o para que no se disguste. Oír como te grita: “Yo no tengo ningún problema” y sentir que casi te convence de que eres tú, que estás loca y eres una histérica y una violenta. “La manipulación psicológica puede ser tan destructiva como el maltrato físico, atenta contra la independencia de la persona”, opina la autora argentina Sole Otero (Buenos Aires, 1985), que ha viajado a Barcelona para participar en un par de charlas en el Salón del CómicSalón del Cómic y presentar su primera historieta larga, 'Poncho fue' 'Poncho fue' (La Cúpula), donde exorciza su propia experiencia con una relación sentimental nociva.  

Tras poner fin a una intensa y tormentosa historia de amor, se puso a escribir “automáticamente” el guion para contarlo en viñetas. “Fue un desafío porque siempre había hecho historietas cortas o tiras”, como las que reunió en 'La pelusa de los días' (La Cúpula). Sin embargo, pasaron tres años hasta que lo tuvo listo para imprenta porque “necesitaba perspectiva” y “tiempo para procesar un montón de cosas personales” y abordar un relato tan “autorreferencial y cercano” que ha ido evolucionando en paralelo a ella misma.

MALTRATO FÍSICO / MALTRATO PSICOLÓGICO

“El maltrato físico es muy grave y siempre va acompañado de maltrato psicológico. Las secuelas psíquicas se mantienen a largo plazo. La manipulación psicológica es superdañina y es difícil de detectar porque la persona está en esa situación por voluntad propia y es ella la que debe desvincularse de esa relación tóxica”, añade la ilustradora y diseñadora, miembro del colectivo Chicks on Comics, que reúne a mujeres historietistas de todo el mundo. 

“Es como una necesidad autoimpuesta para llenar un vacío, creemos que el otro lo llenará. Y pones tanta energía en el otro que piensas que si se va se la llevará consigo. Entonces sientes que no hay escapatoria y se pierde la noción de que uno es libre para romper. Uno cree que está atrapado y no tiene otra opción. Eso es consecuencia del mito del amor romántico con el que nos han educado, la idea de que solo hay una pareja, y es con la que tienes que estar; esa famosa media naranja que nos hace creer que si no la tenemos no estamos completos”.     

Por eso, añade, “los vínculos tóxicos son bastante comunes, cualquiera puede haber tenido uno en algún momento y muchos recaen. Y también les pasa a los hombres, aunque ellos tienen más pudor en reconocerlo”. El objetivo de Otero no era dar lecciones ni hacer un manual, sino “ser sincera” y que el lector sacara sus conclusiones. Y con ello, quizá, ayudar a gente que pueda identificarse con la protagonista o a gente que puedA “detectar indicios de dependencia, de roles de poder de uno sobre otro que pueden derivar en maltrato físico y situaciones mucho peores”. 

PEQUEÑOS DETONANTES

“Pero también entendí que es muy difícil hacer llegar el mensaje a una persona con una relación nociva porque cualquier ayuda de fuera, de amigos o familia, recibirá su rechazo porque los verá como enemigos. Si no hay maltrato físico hay que dejar que se dé cuenta sola, demostrando apoyo y trabajando su autoestima”. En su caso fueron “pequeños detonantes”, como la película ‘Her’, de Spike Jonze, los que le abrieron los ojos. “Puede ser un libro, música, el arte, que te llega de forma sutil”.     

Por un lado, la dibujante no quiere quitarle el rol de víctima a la protagonista, “pero tampoco dejarla solo con ese rol porque también es responsable de asumirlo. Para salir de esa situación debe hacerse cargo de sus problemas y acciones y alcanzar una madurez interna para responsabilizarse sin sentirse culpable”. Porque, avisa, “la culpa y el miedo, son las principales cosas que el otro usa. Es muy fuerte que mujeres golpeadas crean que merecen que les peguen”. 

“Si un enamoramiento parece una obsesión no es sano -asegura-. Cada miembro de la pareja debe ser libre y entender que el otro también lo es”. Y parafrasea a Murakami: “cuando pase la tormenta no recordarás cómo sobreviviste pero sí sabrás que no serás la misma que cuando empezó”. 

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