ENTREVISTA

Sicus Carbonell (Sabor de Gràcia): "Cantar a Peret es un premio"

El grupo barcelonés presenta en Luz de Gas su doble disco de homenaje al legendario rumbero

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Jordi Bianciotto

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Tres años y medio después de su desaparición, Peret revive a través de su música en un doble disco de Sabor de Gràcia. Una operación de altos vuelos: ‘Sabor a Peret’ cuenta con interpretaciones de figuras como Óscar d’León, Estrella Morente, Moncho, Pau Donés, Los del Río, Los Gipsy Kings, Cathy Claret, Lucrecia, Amistades Peligrosas y La Pegatina. Este último grupo intervendrá como invitado, al igual que Daniel Pubill, nieto de Peret, en el concierto de este jueves en Luz de Gas (21.00 horas). Hablamos con el líder del grupo, Sicus Carbonell.

¿Por qué este homenaje? Porque Peret era uno de los grandes y cantarle es un premio. Poder mostrar sus canciones a otras generaciones es una manera de hacer más grande la rumba catalana. No fue idea mía, sino de mi ‘management’, y no quise hacerlo sin el visto bueno de la familia. Si no, no habría tenido sentido. Tenía que ser algo transparente.

¿Qué relación tuvo usted con Peret? Lo conocía de toda la vida. No soy familiar suyo ni formé parte de su banda, aunque sí toqué con él algunas veces. En Mataró, por ejemplo, cuando pusieron una placa en su honor hace años.

¿Es su influencia artística más importante? Sí. En casa, cuando él salía se hacía un silencio, ya no solo por lo que cantaba sino por su discurso cuando daba una entrevista. Para los gitanos catalanes era un icono. He crecido con Peret. También he escuchado mucho al Pescaílla, y a Chacho y a Los Amaya, pero él fue quien más nos ha marcado. Y eso que tardé en ir a un concierto suyo. Yo lo conocía de la tele, luego lo vi en la iglesia evangélica, muy bien, pero yo quería ver a Peret artista. Y cuando actuó en el  Velòdrom…

En su concierto de regreso, en 1991, con el álbum ‘No se pué aguantar’. Sí, pues yo estaba ahí en la segunda fila. Me había comprado la entrada, claro. Y cuando le vi con todos aquellos músicos, con Kitflus, Chipén, Los Amaya… Me dije: "¡Algún día quiero tener una banda como esa!". Luego llegué a tener una relación más cercana con él. Con muchos rifirrafes, ¿eh? Cuestiones musicales: siempre nos decía “¡Tenéis que hacer más rumba y menos salsa!”. Y yo le respondía: “‘Tiet’, para eso ya está usted”…

Le hablaba de usted. Sí, con un respeto. Los gitanos a las personas mayores les hablamos así, y decimos ‘tiet’, ‘oncle’, aunque no sean tíos nuestros.

"En casa, cuando salía Peret se hacía un silencio, ya no solo por lo que cantaba, sino por su discurso"

Usted es de Gràcia y él se convirtió en símbolo de la calle de la Cera. ¿Dos mundos rumberos distintos? Ha habido épocas en que ha habido una tirantez, sí, hace años. Pero a mí me han llamado para tocar muchos gitanos que no eran de Gràcia: Ramonet, Los Amaya, Chacho, los Patriarcas de la Rumba… He trabajado con todos. En el primer disco que grabé, con Ai Ai Ai, las guitarras las pusieron Peret Reyes y Johnny Tarradellas, ¡cuyos hijos están ahora trabajando conmigo! En la última Mercè, en el Bogatell, estábamos juntos gente de todas partes.

Y la rumba catalana está en boca de toca clase de grupos de verbena y mestizaje. Sí, Adrià (Salas), de La Pegatina, me dijo una vez: “Vuestro disco ‘La cançó amb rumba’ fue una influencia para nosotros”. Le di las gracias y le dije que ellos hacen algo muy diferente. Pero todo son aportaciones. Lo bonito es que todos nos retroalimentemos. Todo lo que sea fomentar el género, bienvenido sea.

¿Óscar d’León tuvo relación con Peret? No se conocieron, pero Óscar lo admiraba. Mi idea era que él grabara una canción que nos salió más salsera incluso que si fuera suya, y nos respondió: “No, no, no, ¡yo quiero hacer rumba catalana!”. Recordaba las versiones originales de ‘Borriquito’ y ‘La lágrima’, pero como estas canciones ya estaban adjudicadas en el disco, le propuse la de “Barcelona tiene poder”, que se llama en realidad ‘Gitana hechicera’, y se entusiasmó. “La de Barcelona-92, sí, soy un enamorado de Barcelona, ¡mándamela!”.

Este disco, ¿es también una reivindicación de un artista que quizá creen que no ocupa el lugar que merece? Sí, no está al nivel que debería. El día que muera Serrat, y que tarde muchos años, le harán una calle y una plaza, y con Peret, si no somos los gitanos que estamos ahí picando piedra… Nosotros hemos estado de gira por Puerto Rico, Venezuela, Argentina…, y hablas de Peret y te cantan sus canciones, mientras que si mencionas al Pescaílla te preguntan quién es. “Ah, el marido de Lola Flores, sí…”.  Si todas esas canciones no las hubiera sacado Peret, ¿qué habría pasado con la rumba catalana? Ninguno de nosotros la estaría tocando.

De todas formas, fíjese que hasta Metallica se rinden ante él: ¿ha escuchado la versión de ‘El muerto vivo’ ¡Sí, claro! Ellos, pobrecitos, rumberos no son, pero me gustó mucho ese gesto. A veces tiene que venir alguien grande de fuera para recordarnos lo que tenemos. Si eligieron la rumba es porque esta es la música de Barcelona y de Catalunya.