ENTREVISTA

Nathan Hill: "Escribí esta novela como otros cultivan su jardín"

El escritor Nathan Hill, en su reciente visita a Barcelona.

El escritor Nathan Hill, en su reciente visita a Barcelona. / periodico

Elena Hevia

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Nathan Hill (Iowa, 1978) tiene unas manos enormes y una mirada clara que apenas se enturbia cuando evoca los años oscuros en los que no sabía qué hacer con su vida y dedicaba su existencia a darle al 'joystick' del videojuego de moda. Este descendiente de noruegos se ha convertido en el último niño prodigio de la literatura americana que con su debut novelístico 'El Nix' (Salamandra) no solo ha seducido a crítica y lectores sino también a John Irving (su nada oculto modelo), que bendijo esta musculosa novela de 600 páginas sobre Samuel, un escritor fracasado que malvive en Chicago dando clases y siendo despreciado por sus alumnos mientras encuentra refugio, sí, en los videojuegos. Todo echa a andar cuando la madre del sufrido protagonista, una hippy e izquierdista radical que lo abandonó de niño, aparezca en todas las televisiones intentando lapidar a un político republicano antiinmigración que se postula a la presidencia. ¿Les suena?

Se pasó diez años intentando escribir esta novela. ¿Cómo mantuvo ese empeño durante tanto tiempo sin dejarse llevar por el desánimo? Creo que tozudez sería la palabra adecuada para describir lo que me pasó. Cuando empecé mi objetivo era impresionar a los lectores porque yo era un tipo desesperado por conseguir la aprobación de los demás. Pero eso no ocurrió y me sentí  fracasado. Además, el primer borrador desapareció en mi apartamento de Nueva York que unos ladrones desvalijaron.

Eso parece terrible, pero quizá pueda considerarse una oportunidad.  Entonces no lo vi así. Pero aquella crisis hizo que lejos de buscar gratificaciones ajenas me pusiera a escribir porque sí, como otros cultivan su jardín. Nadie hace eso pensando hacerse famoso. De ahí que mi libro acabara siendo un ejercicio que valía la pena aunque nunca se publicara.

Suele decirse que en una primera novela el autor intenta meterlo todo. ¿Ha sido su caso? Eso es algo que me han criticado mucho en los Estados Unidos, pero a mí me gusta que en una novela haya tantas acciones y tanto jaleo. ¿Conoce los libros de Harry Potter?

¿Y quién no? En uno de ellos, Hermione tiene un bolso en el que mediante un hechizo cabe toda su biblioteca. Creo que en mi novela hay algo de eso. Yo iba metiendo más y más historias y parecía que nunca se llenaba. Los temas se iban agolpando y uniéndose como si estuvieran imantados.

Cada generación cae en la tentación de escribir la gran novela americana. ¿Ha sido su caso? Bueno, yo no tendría la presunción de contar toda la historia de mi país, es demasiado grande. Así que me concentré en una esquina, mi trocito del asunto. Los barrios periféricos del medio Oeste donde mi familia había emigrado desde Noruega. Es algo mucho más personal.

"Siempre me ha sorprendido que la generación que nos regaló los 60 también nos diera los 80 y con ello todos los problemas que tenemos en la actualidad "

Pero eso no obvia que su historia también pueda seguir la evolución de la izquierda desde los disturbios de Chicago en el 68 hasta las manifestaciones de Wall Street. Y las conclusiones no sea muy alentadoras. Siempre me ha sorprendido que la generación que nos regaló los años 60 tambien nos diera los 80 y con ello todos los problemas que tenemos en la actualidad. He conocido a activistas de los 60 que acabaron convirtiéndose en banqueros de fondos de inversión 20 años después.

¿No ve salida para la izquierda? Tampoco me parecen mejores los que se quedaron en una especie de limbo del 'happy flower', despertando la compasión general. Lo que me sorprende es que si querías ser radical y formar parte de la contracultura, no hubiera un camino de verdad. Cuando se acabó aquel movimiento ya no tenías adonde ir y eso en el fondo dice mucho más del capitalismo que de la izquierda en sí.

Para reflejar esos deseos y contradicciones ha creado un personaje, la superestar de la novela, que es Faye, la madre. Si usted es en cierta manera es Samuel, ¿se puede decir que Faye es su madre? Noooo, mi madre no se parece en nada.  

Me alegro por usted. ¿Se ha interrogado a sí mismo sobre el porqué de esa madre egoista y exaltada? Y disculpe el psicoanálisis barato. (Ríe) Yo quería escribir sobre la soledad y la alienación. Mis alumnos muestran una gran incapacidad de mirarse a los ojos, siempre pendientes de los móviles o el ordenador. Mi sensación era que estamos distanciándonos unos de otros. Así que un hijo abandonado por su madre encajaba perfectamente con el tema. Yo no sé lo que diría un psicoanalista.

Que todo hijo debe cortar el cordón umbilical.  Esa es la forma de crecer en su individualidad masculina. Creo que en general la soledad de Samuel es la mía porque mis padres se trasladaron muchas veces de casa, cada dos o tres años, por el trabajo de mi padre y cuando eres nuevo en la escuela te sientes muy aislado.

"Mis padres se trasladaron muchas veces de casa, cada dos o tres años, y cuando eres nuevo en la escuela te sientes muy aislado"

Una manera de concretar esa sensación es la adicción a los videojuegos.  Cuando era pequeño jugaba con mis amigos a Supermario Bros y era una actividad muy social. El problema es cuando te sientes deprimido porque si todo te va mal en la vida, un éxito virtual acaba siendo muy seductor. Así estuve durante tres o cuatro años hasta que me dije que tenía que dejarlo y pensar más en mi novela. Hoy odio el hecho de que me robase tanto tiempo pero también creo que me ayudó a superar una etapa muy difícil.

La leyenda del Nix, un espíritu noruego que encandila a los niños para acabar con ellos, encierra la clave del libro: cuidado con lo que deseas.  Es una metáfora muy clara para poder explicar que todos los personajes persiguen algo que parece un regalo y acaba siendo un castigo.

El libro apareció antes de que Trump llegara al poder pero es inevitable ver un retrato suyo en el gobernador Sheldon Parker. Me inspiré en muchos políticos republicanos, gente que se había desplazado radicalmente a la derecha y no se sentían obligados a mantener las buenas maneras. Luego la realidad se puso a la altura de mi ficción absurda.

Es fácil imaginar la novela como serie televisiva, así que la noticia de que la va a producir J.J. Abrams casi ni sorprende. Estuve diez años solo en una habitación solo como la una, ahora por el contrario colaborar en una serie y trabajar en equipo me parece estupendo. El primer episodio ya está escrito y el resto de la serie ya está planificado, estamos intentando encontrar distribuidor.

No les será difícil, contando como cuentan con Meryl Streep en el papel de Faye.  Sí, es una suerte enorme. No me imagino mejor Faye que ella.