FESTIVAL DE JAZZ

Noa: "Nunca quise ser Madonna"

La artista israelí celebra sus 25 años de carrera en un recital en el Liceu con invitados de lujo

La cantante Noa antes de su concierto en el Festival de Jazz

La cantante Noa antes de su concierto en el Festival de Jazz / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Hace 25 años que Achinoam Nini, Noa, inició su carrera profesional, aniversario que celebra este miércoles en el Liceu (20.30  horas), en un recital con cuatro invitados: Serrat, Jorge Drexler, Miguel Poveda y su compatriota israelí Lionel Faretein.

¿Le gusta celebrar cumpleaños?

No mucho, debe de ser cosa de mi padre, que estaba en contra de ellos: decía que la vida hay que celebrarla cada día. Pero después de 25 años sobreviviendo en la industria musical...

¡Sobreviviendo!

Sí, ¡la palabra no es exagerada! Gil Dor y yo hemos sobrevivido a través de una relación intransigente con la música, porque cuando vendes tu alma al diablo estás acabado.

¿Quién es el diablo?

El monstruo del éxito, alimentarlo pensando en hacer una producción más grande, conseguir otro ‘hit’... Hemos tenido muchas oportunidadas de tomar ese camino.

¿Recuerda cuáles eran sus metas cuando empezó?

Sí, y no han cambiado. Nunca quise ser Madonna: mis modelos eran Leonard Cohen, Paul Simon, Joni Mitchell... Voces con fuerza y carácter.

¿Y desarrollar una nueva área mezclando influencias?

Sí, oriente y occidente, jazz y pop, tratando de evitar la vulgaridad. Siempre me pregunto por qué canto una canción, y si no tengo respuestas no la canto. ¿Para tener éxito? No es suficiente.

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¿Es importante para usted mostrar sus raíces culturales?

No soy una cantante de world music, ni un museo andante de la cultura judía yemení. Pero en ‘Genes and jeans’ (2008) creo que mostré mis raíces de un modo original. ‘Waltz to the road’ está inspirada en la historia de mi familia, gente que en 1895 salió de Yemen persiguiendo un sueño, la tierra prometida, que caminó durante dos años por el desierto. Vaya viaje, ¿no? Al hacer esa canción yo pensé en mi viaje en la música.

Nació en Israel, creció en Nueva York y a los 17 años volvió a su país. Al estar apartada de él, ¿ignoraba a las estrellas de la música moderna israelí, como Shalom Chanoch o Arik Einstein?

¡Esos son héroes! No crecí con ellos, pero luego entendí que eran los fundadores de la música popular israelí, los mejores. En casa, en Nueva York, escuchábamos música más tradicional. Una de las primeras voces modernas que descubrí fue David Broza, su disco de canciones de Serrat, ¡el más popular de la historia del pop israelí!

Tanto Serrat como usted habrán conocido a cientos de músicos. ¿Qué explica su sintonía?

Me encantaría saberlo. Es un milagro. Ese es mi tesoro: no he llenado estadios ni he vendido millones de discos, pero me he ganado el respeto de Serrat, Sabina, Quincy Jones o Pat Metheny. Imagino que todos detectan en nosotros algo que aman.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"No he llenado estidos ni he vendido millones de discos, pero me he ganado el respeto de Serrat, Sabina, Quincy Jones o Pat Metheny\""}}¿Qué le pareció ‘Es caprichoso el azar’ cuando Serrat se la mostró?

¡Que escribe canciones difíciles de cantar! El ritmo no es muy claro y me tomó tiempo. Como ‘Mediterráneo’: creo que tengo buen oído, ¡y me costó entenderla! Pero tiene ese mensaje: “nací en el Mediterráneo, me gusta el juego y el vino...”

Se siente cerca de ese espíritu.

¡Ya le dije que no canto nada que no ame! En esa letra está todo: la cultura, la belleza, la simplicidad, la esencia mediterránea.

Serrat y Sabina han sido criticados por actuar en Israel.

Estoy en contra del boicot porque no conseguirá nada. ¿El objetivo de quienes lo defienden es llevar la paz y alcanzar la solución de los dos estados? Si es ese, el boicot no ayudará. Cohen actuó en Israel y donó un millón de dólares a organizaciones pacifistas: eso sí que ayuda. El boicot da más poder a la derecha: cada vez que un artista cancela un concierto gana un voto, porque la gente allí reacciona pensando “oh, no nos quieren, ¡hay que construir otro muro!”. Quien está por el boicot tiene el cerebro muy pequeño.

¿Ha notado hostilidad alguna vez cuando ha venido a Barcelona?

Por supuesto. Varias veces. No últimamente. Pero recuerdo una actuación en una Diada. Hay un movimiento propalestino en España de gente que cree que tiene que ser anti-israelí, y así no ayuda a los palestinos.

No le incomoda hablar de esto.

No, si dejas un vacío alguien lo llenará, y prefiero estar ahí y no permitir que el fanatismo ocupe ese espacio.