ENTREVISTA

Nina: "Nunca había oído a tanta gente llorar en una platea"

La cantante y actriz catalana encarna a una madre bipolar en 'Casi normales', un premiado musical, en la Sala Barts

zentauroepp40535718 nina171016161107

zentauroepp40535718 nina171016161107 / periodico

Marta Cervera / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nina, la eterna protagonista del musical 'Mamma Mia!'Nina en España, cambia de registro en su nuevo espectáculo, 'Casi normales', otro premiado musical de Broadway con tres Tony y un Pulitzer. Seis actores y seis músicos interpretan en Barts esta obra, un drama duro pero luminoso de Brian Yorkey (libreto) y Tom Kitt (música) en el que encarna a una madre con trastorno bipolar. Todo un reto.

¿Cómo definiría a Diana, personaje sobre el que pivota 'Casi normales'? Es muy agradecido porque, a pesar de su enfermedad, Diana tiene un sentido del humor fascinante. La gente sufre con ella pero también ríe. Cuesta interpretarlo porque es un ser complejo, con un trastorno bipolar. Sus cambios de humor me llevan a pasar del delirio a la lucidez de forma muy rápida, algo que me obliga a afinar mucho mi trabajo. 

¿Viene a ver el espectáculo mucha gente afectada por este tipo de enfermedad? Me ha sorprendido ver que no solo vienen madres con hijas que lo sufren o amigas de quienes lo padecen. También han venido psiquiatras previamente y han recomendado a las familias que acudan a verlo. Pero, en cambio, han aconsejado a los pacientes que no vean la obra.

¿Por qué? Pues no lo sé. Pero creo que si un espectador sin esta enfermedad ya queda tocado, ¡imagínate cómo se queda el afectado! 'Casi normales' es una obra dura, en la que te ríes mucho pero también lloras. Nunca había oído a tanta gente llorar en una platea. Aunque al final acaba todo el mundo de pie, aplaudiendo. La sensación que te deja este musical no es agridulce. Sales con ganas de seguir adelante y arremangarte.

"Hemos estado aplazando el problema catalán durante 40 años y ya no queremos continuar así"

¿Sale bien parada la familia? Por un lado, muestra lo realmente fina que es la frontera en materia de relaciones cuando hay malos entendidos y estos se van acumulando a lo largo de los años. Y por otro, pone de manifiesto que, cuando traspasamos esa frontera y llegamos al extremo de la incomunicación con un hijo, con una hija o con nuestra pareja, nos damos cuenta realmente de lo mucho que los amamos. 

¿Y en qué posición deja al especialista en enfermedades mentales? 'Casi normales' pone en tela de juicio el uso y el abuso de los fármacos. También incide en cómo muchas veces nos preocupamos más de la enfermedad que del enfermo.

¿Sería extrapolable este mensaje a otras enfermedades psíquicas? Seguramente. Diana es capaz de subirse a un tejado o de hundirse en las cloacas. Para evitar estos altibajos, la revientan a pastillas hasta que consiguen que no sienta nada. Por eso, en una escena dice: «No me siento a mí misma, doctor. Más bien, no siento nada». A partir de ahí, decide no ser normal, dejar la medicación y ser ella misma con todas sus consecuencias.

¿Musicalmente también es un reto? Este musical marcó un antes y un después en el código interpretativo. Habitualmente, se percibe una frontera entre cantar y hablar. Aquí, en cambio, has de cantar como si estuvieras hablando, sin activar la musculatura facial que usas cuando cantas para que parezca que estás conversando. Es difícil e interesante. 

Cambiando de tema, ¿le preocupa que la situación política afecte a la taquilla? La situación actual nos condiciona a todos porque se inmiscuye en nuestros hábitos diarios, nos ocupa y nos preocupa. 

¿Cómo le afecta en su día a día, más allá del teatro? Lo vivo como la mayoría: con tristeza y con estupefacción, pero también con un punto de esperanza muy grande. Hemos estado aplazando el problema catalán durante 40 años y ya no queremos continuar así. Llegados a este punto, estamos condenados a hallar una solución. Bueno, ellos están condenados, porque nosotros queremos encontrarla.

Pero no todo el mundo piensa igual. Ni en Catalunya, ni en España. Por eso me gustaría acordarme de todos aquellos que piensan de forma diferente a esos millones de personas que han llenado las calles en los últimos seis años. A toda esa gente que seguramente vive con cierto temor les diría que no tengan miedo: los que salimos a manifestarnos lo hacemos de forma pacífica. Hay que pensar en toda esa gente que tiene otras ideas. Por tanto: 'seny', pacifismo, sonrisas y mucho sentido del humor para aguantar y perseverar.