Natalia de Molina: "Nunca había hecho un personaje tan erótico"

La actriz presenta la película 'Pozoamargo' en el festival D'A y forma parte de su jurado oficial

Natalia de Molina

Natalia de Molina / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Con dos Goyas bajo el brazo y versatilidad cada vez mayor, Natalia de Molina es una de las actrices españolas con mejor futuro. En el D’A presenta ‘Pozoamargo’ (martes, 26, 20.15 horas, Teatre del CCCB) y forma parte del jurado oficial.

¿Cómo llegó a ‘Pozoamargo’? Parece su película más arriesgada hasta la fecha. Conocí a su director, Enrique Rivero, en unos premios ASECAN (Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía) en los que daban un galardón a ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ y David Trueba me pidió ir a recogerlo. Enrique se me presentó y me dijo que tenía una película y quería contar conmigo. No sabía qué pensar, yo no lo conocía de nada, así que le dije que hablara con mi representante.

Y siguió sus instrucciones. No mucho después me dijeron que había preguntado por mí. Yo vi sus películas y aluciné. Acepté, claro que acepté. Nunca había hecho algo así, un personaje tan erótico, tan sexual. La película es un tratado sobre la culpa cristiana y yo hago de una Lolita que, desde luego, no tiene ningún problema con la culpa. Hicimos una prueba antes, porque él nunca trabajaba con actores, y por suerte fue bien.

¿Es usted su primera actriz profesional? ¡Sí, así es! Lo más difícil fue estar a la altura de Jesús Gallego [el protagonista masculino], un hombre muy puro que hace todo desde el corazón. Yo necesitaba estar en sintonía con eso.

¿Sería capaz de decirnos qué une, aunque sea levemente, a todos los personajes que ha interpretado? Es difícil, todos son diferentes. Pero se parecen en que son mujeres fuertes, dentro de su fragilidad. Casi todas han sido mujeres fuertes.

¿Qué película o papel hizo que se instalara en usted la necesidad de ser actriz? No es algo que sepa realmente. Lo que sé es que en el instituto, y un poco también ahora, era muy tímida. Al apuntarme al grupo de teatro descubrí que en el escenario era otra Natalia, una con ganas de contar algo.

¿Cuánto debe de su carrera a David Trueba y ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’? Mucho. Supongo que, de no haber salido esa película, habría seguido luchando y algo habría conseguido. Pero hacerla fue una gran plataforma. Aproveché la oportunidad que me brindaba de trabajar con Javier Cámara y otros grandes actores. He de dar las gracias a Trueba por confiar en una chica desconocida y joven.

¿Notó muy rápido el efecto del Goya ganado por ese papel (a la mejor actriz revelación, en el 2014)? En realidad, desde que lo gané hasta que volví a rodar, pasó casi un año. Pero luego no dejé de enlazar proyectos. La gente de la industria me había puesto cara y nombre.

Está usted por todas partes: acaba de presentar la gala inaugural de Málaga, triunfa en el cine con ‘Kiki, el amor se hace’, hace de jurado en el D’A… Esto último me hace mucha ilusión, porque nunca lo he hecho. Y es mi primera visita al D’A. A mí el cine de autor me fascina: es arriesgado, cuenta historias nuevas… Nada más por el hecho de ver estas películas ya me siento privilegiada. Y como todas tengan el nivel de las primeras que he visto, va a ser bastante difícil deliberar.

Entre sus próximos estrenos hay algo de ciencia ficción, ‘Rendezvous’. Sí, bueno, es una película de hace seis años… Y ha salido ahora. La hicimos un grupo de chavales amigos sin ninguna pretensión.

¿Tiene miedo de verla? No, no, tengo curiosidad, por ver un poco la evolución. Porque no es la Natalia que hay ahora, eso seguro. Es algo bastante único en mi carrera, con naves espaciales y demás. Todo muy friki.

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