Lindsey Davis: "Los romanos no eran peores que nosotros"

La creadora de Marco Didio Falco se centra en el papel de la mujer en la sociedad romana en su serie de Flavia Albia, de la que Ediciones B publica 'Mater familias'

Lindsey Davis

Lindsey Davis / periodico

ERNEST ALÓS / MADRID

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Lindsey Davis (Birmingham, 1949) vistió a una especie de Philip Marlowe con toga en lugar de gabardina y durante 20 novelas su detective Marco Didio Falco entretuvo a miles de lectores mientras mostraba la vida cotidiana durante el siglo I. Tras jubilar a Falco le tomó el relevo con nuevos bríos su hija adopada en Britania, Flavia Albia, una joven viuda que, en la tercera novela de la serie que protagoniza, 'Mater familias' (Ediciones B), igual dirige una subasta que investiga el origen de un cadáver verdoso que aparece dentro de un cofre o colabora en el juego sucio de una campaña electoral.

Parece que la serie de Flavia Albia es muy especial por usted porque puede mostrar el punto de vista femenino de la historia de Roma.

Sí. Aunque recuerde que he escrito durante 20 años sobre un personaje masculino, así que ya he reflejado los dos puntos de vista. Sí, está bien escribir sobre una mujer romana. ¡Y una mujer romana britana!

¿Realmente es tan britana Flavia Albia, o ha borrado su pasado hasta convertirse en una romana más?

Ella en realidad es una extranjera y eso da un nueva perspectiva a la narración. De hecho a menudo duda de si puede ser completamente romana. Ella está en equilibrio entre dos mundos.

En la tercera novela de Albia eso ya parece superado, lo que no está tan claro es cuál es su situación en la escala social.

Flavia Albia es quien es, ha sido educada por romanos para que sea romana, en muchas ocasiones es una romana de pura ley y solo a veces se siente algo extranjera. Desde el punto de vista de su clase social, su madre es de una familia senatoral, su padre, ecuestre, el hombre con el que se va a casar es un plebeyo, aunque rico, y ella es una mujer. Lo que quiero mostrar es que Roma era multicultural, como decimos hoy, y que podías venir de cualquier lugar del mundo y en tanto que cumplieses determinados requerimientos eras aceptado. Quería mostrar esta movilidad social.

De todas formas, en todas las novelas de Marco Didio Falco tenía un papel importante Helena Justina, la que acabará siendo su mujer. No solo eran novelas de legionarios y gladiadores musculosos. ¿Qué añade Flavia a lo que usted mostraba con su madrastra?

Es mucho más directa. Veíamos a Helena a través de Falco, ahora es Flavia la que habla de sí misma.

Por un lado, la mujer romana tenía que ser modesta y hogareña. Pero por el otro, había muchas mujeres que ejercían su poder, en casa y fuera. Y no solo la famosa Livia. En su novela hay mujeres detectives, intrigantes, banqueras, taberneras…-¿Cuál era en realidad el papel de la mujer en Roma?

No, no se trata solo de la Livia. Tradicionalmente se suponía que la mujer romana debía ser modesta, discreta y que debía criar correctamente a sus hijos y quedarse en la sombra. Pero hay muchas evidencias de que regían negocios, se valían por sí mismas y muchos hombres las respetaban. Pero no aparecen en los libros de texto. El ejemplo paradigmático es el emperador Vespasiano, que adoraba a su abuela, que lo crío, obedecía a su madre y vivió con la mujer a la que amaba cuando la pudo convencer.

¿Qué podemos esperar del dúo que ya claramente, tras esta novela, forman Tiberio Manlio Fausto y Flavia Albia?

Se tendrán que casar para quede claro que no se trata solo de un asunto… ¡y pasará algo en su boda que no le puedo explicar! Pero... pero…

Será en la cuarta novela.

 Al final de la cuarta novela habrá una boda, pero... pero… Sucederá algo grave, aunque serán una pareja firme que colaborarán estrechamente en su trabajo durante bastantes libros.

El otro día la historiadora Mary Beard recibió el premio Princesa de Asturias por su labor de divulgación del mundo romano. ¿Son sus novelas también una forma de divulgación histórica?

Somos buenas amigas, y nos respetamos. Me gusta la forma como presenta en sus series de TV la vida de la gente ordinaria. Compartimos el mismo punto de partida: que la sociedad romana era mucho más variada y compleja de lo que los historiadores, que se han concentrado solo en la clase senatorial, nos han explicado durante siglos. Pero yo utilizo la ficción y ella la historia.

Beard nos dijo que era importante no admirar a los romanos. Pero yo creo que a usted sí que la fascinan.

Pues sí, ja, ja, sí estoy fascinada por los romanos. Y admiro algunas cosas de ellos, técnicamente por ejemplo, admiro hasta cierto punto la forma como el imperio era igual para todos. No admiro su religión (yo no soy religiosa).

¿Y los aspectos violentos de su sociedad?

Bien, nosotros tenemos también una sociedad violenta. ¡Mire lo que está sucediendo con la Eurocopa! ¡Esta misma semana una parlamentaria británica ha sido tiroteada y apuñalada en la calle! No puede decir que los romanos eran peores que nosotros. Las dos cosas en las que realmente se diferencian de nosotros son la esclavitud, que traté en la segunda novela de Albia, y los gladiadores. No los admiro en eso, en absoluto… ¡pero aún pienso que su sociedad era mejor que muchas otras, incluso modernas!

¿Y su expansionismo no sería comparable a lo que hoy denominaríamos como genocidio?

Eran horribles como conquistadores, pero al fin y al cabo querían que el imperio fuese pacífico. Había ventajas en pertenecer al imperio.

Ya lo decían Monty Pyton...

¿Qué han hecho los romanos por nosotros, aparte de...?

¿Qué similitudes habría entre una campaña electoral como la de ‘Mater familias’ y las de hoy?

Cuando escribí este libro lo que más me impresionó es leer el libro que escribió el hermano de Cicerón, si es que fue él, aconsejándole cómo actuar para ser elegido cónsul. Su cinismo, pensar cómo conseguirlo y no para qué, tiene paralelismo con los motivos de los políticos hoy en día. Y su actitud me recuerda a la de los actuales ‘spin doctors’.

Hace 1.600 años que se fueron las legiones de Britania. Ha costado unos cuantos años volver a construir algo en Europa… ¿así que, qué opina del Brexit?

Estoy en una difícil situación. Mi madre, una mujer con mucho carácter, me enseñó que una mujer nunca debía decir lo que votaba. Ese secreto absoluto viene de los tiempos en que los hombres podían influir en el voto de sus mujeres. No puedo decirle lo que ya he votado. ¡Pero aquí estoy, en España, hablando de los libros que escribo sobre Italia! Así que, ¿qué cree usted que pienso?

¿Lo dejamos aquí?

Gracias.

Marco Didio Falco no aparece, pero su hija habla de él a menudo, como de un jubilado que pesca en un bote, con su gorra y su caña. ¿Seguirá así, o reaparecerá en algún libro?

Él y Helena serán estarán allí, y su hija hablará de ellos como de unos padres gruñones.

A su boda tendrá que ir…

Sí. Sí. Y Falco hablará. En la escena de la que no le puedo hablar…

Las novelas de Marco Didio Falco se desarrollan durante el imperio de Vespasiano y Tito. Las de su hija, durante el de Domiciano. A este le quedan siete años. ¿Seguirá y llegará a los siguientes, Nerva, Trajano, Adriano…?

Utilizo este periodo porque lo estudié mucho para otra novela. Quería hacer algo con esta serie que fuese reconocible pero al mismo tiempo diferente. Moví un poco la cronología para que cuadrase: una serie se desarrolla bajo un emperador benevolente, la otra bajo un tirano paranoico. Tienes el hecho de que es mujer, que es una ‘outsider’, que la sociedad es la misma pero la situación política no.

¿Se ha fijado un límite de novelas para la serie de Flavia Albia?

Cuando acabé con Didio Falco ofrecí a mi editor una serie que se titularía ‘las siete colinas de Roma’ y mis editores en el Reino Unido y EEUU me dijeron que no. Así que escribí la serie de Albia.. que empieza con un asesinato en el Aventino, la segunda sucede en el Esquilino, la tercera en el Celio, la siguiente en el Viminal… ¡No se han dado cuenta de que estoy escribiendo la serie que rechazaron!  Así que han de ser siete. Pero como según cuentes las colinas pueden ser 10 o 12… Pero de momento voy de una a una. Lo que tengo bastante claro es que, a diferencia de Didio Falco, Albia no viajará, me quedan muchas cosas que explicar sin salir de Roma.