ENTREVISTA

José Sacristán: "Vivo mi mejor momento, tengo el privilegio de poder elegir"

El veterano actor regresa a Barcelona con 'Muñeca de porcelana', un texto de David Mamet sobre el poder y la corrupción, en el Teatre Poliorama

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MARTA CERVERA / BARCELONA

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A punto de cumplir 80 años el polifacético José Sacristán regresa al Teatre PolioramaJosé Sacristán de Barcelona con 'Muñeca de porcelana', una obra de David Mamet sobre la corrupción y el poder. Su rol del millonario Michey Ross, que en Broadway estrenó Al Pacino, le ha merecido los elogios del representante del autor y un regalo del escritor: una pulsera de plata que lleva en la muñeca derecha. Estará seis semanas en cartel.

¿Algún director le había regalado una joya antes? Nunca. Me sorprendió mucho recibir no solo la pulsera sino la carta tan cariñosa que envió desde California. 

¿Pero Mamet le ha visto interpretar la pieza? Él no pero sí su representante quien, al acabar la función en Madrid, dijo que lo que había visto estaba mucho más cerca de lo que pensaba el autor de lo que se estaba haciendo Broadway. 

¿Cuál ha sido el principal reto en este rol? La pura mecanicidad de hablar por teléfono sin que nadie te de pie. Mi personaje habla hasta con seis personajes distintos así. Por eso fui al primer ensayo con el director Juan Carlos Rubio y con el actor Javier Godino, mi hombre de confianza en la obra, con mi texto sabido. Al Pacino tuvo que retrasar un mes el estreno y cuando empezó las funciones iba con un pinganillo.  Hay que tener los reflejos alerta y estar espabilado para representar 'Muñeca de porcelana'.

Defina Mickey Ross, el protagonista. Es un regalo, un personaje que hemos visto en España pero que encuentras en todas partes del mundo: un millonario que anda metido en política. Domina perfectamente el poder económico, el poder político y el poder moral. Ya es mayor y está enamorado de una joven a la que ha regalado un avión. Espera poder viajar mucho con ella en el futuro pero todo se le complica.

El montaje está triunfando allí donde va. ¿La clave? Es que es puro teatro en todos los sentidos. Más allá de gimnasia vocal y corporal, es enriquecedor como ciudadano meterse en esta crónica de nuestro tiempo y de las alcantarillas del poder que ofrece Mamet en un ejercicio dramático brillante. Ross es miserable y corrupto pero tiene sus lados frágiles y tiernos. Es un sujeto con el que convivimos. La gente lo reconocerá porque es el tipo de persona que votamos.  Además Mamet no hace proselitismo, retrata nuestra sociedad: un mundo donde vale todo.

¿Había hecho ya algún texto de Mamet? No. Me ofrecieron 'Oleana' pero no pude hacerlo. Es un autor que me encanta pero no sé si volvería a meterme en una obra nueva porque tengo muchísimos compromisos. Tengo funciones de 'Muñeca de porcelana' todo este año y me la están pidiendo para el siguiente.

¿Le gustaría hacer otra obra de este incisivo autor norteamericano? No sé. Lo de memorizar, sentarme a meterle mano a otra cosa en teatro no lo veo claro. Tendría que pensarlo porque el teatro lleva su tiempo y yo tengo otras cosas que hacer también. Creo que debería aflojar un poco y quedarme en mi casa viendo películas.

¿Qué proyectos les esperan? Voy a rodar 'Formentera lady', el primer largometraje de Pau Durán, un joven realizador autor también del guión. Y también me espera una nueva serie, 'Tiempos de guerra', que transcurre en la Guerra de África en los años 20 del siglo pasado y es de los mismos productores de Velvet. Será para Antena e TV y empezaremos a rodar en primavera.

Ha adelgazado 12 kilos. ¿Exigencias del guión? Nada de eso. Me dio un toque su majestad la tensión arterial y ha habido que poner en cuarentena grases, sales y demás. Me ha venido muy bien porque ahora me encuentro estupendo. Esto me ha sentado de fábula.

¿Cómo valora la política cultural española? Hace siglos que la cultura está jodida en España. Aquí siempre he vivido la cultura como un accidente. Siempre ha habido dificultades. No somos un país culto. Un 40% de la gente reconoce que nunca ha abierto un libro. No podemos presumir de ser un país que le dé a la cultura el margen suficiente. Más bien al contrario. Pero no quiere decir que la culpa la tengan los gobiernos de turno, aunque hayan demostrado una sensibilidad nula sobre todo quienes pusieron el IVA cultural al 21%.

No se sulfure. ¡Pero es que ya somos mayores! Si la izquierda hubiera sido un poco más responsable y más crítica consigo misma no estaríamos donde estamos. La complacencia de la izquierda ha sido evidente.

Más de 60 años de carrera dan para mucho. ¿Cuál ha sido su mejor momento? Éste. Las cosas se disfrutan más cuanto más pasa el tiempo y tengo el privilegio de poder elegir.