ENTREVISTA

Gabi Ruiz: "El Primavera es un festival de música, sin acróbatas ni caballitos"

La muestra abre este miércoles su nueva edición en el Fòrum con una jornada de puertas abiertas que acoge a artistas como Belle & Sebastian y Javiera Mena

Gabi Ruiz, este martes en el Parc del Fòrum, en los preparativos del Primavera Sound

Gabi Ruiz, este martes en el Parc del Fòrum, en los preparativos del Primavera Sound / periodico

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Primavera Sound abre sus puertas en el Fòrum este miércoles, jornada de acceso gratuito con artistas como Belle & Sebastian y Javiera Mena, antes de la puesta en marcha del grueso del cartel a partir del jueves. Hablamos con el ideólogo, cofundador y codirector del festival, Gabi Ruiz, sobre esta muestra musical de amplios contornos que, este año, cuenta con reclamos como Nick Cave, Björk, Arctic Monkeys, The National, Lorde, Jane Birkin, Father John Misty o Migos.

El año pasado, el 55% del público de Primavera Sound fue extranjero. ¿Este es un festival pensado cada vez más para los guiris?

No, pero nosotros tocamos un perfil de música que, aunque sea muy popular, va un poco más allá y siempre ha sido complicado que en España entre lo último. Pero aunque viene mucho público de Londres, Roma o Nueva York, de donde más viene es de Barcelona y Catalunya. Y programamos cosas que sabemos que los guiris no van a entender. Caetano Veloso, por ejemplo: algunos anglosajones se quejaron de que estuviera arriba en el cartel, porque no sabían quién era. Pero sí me da un poco de miedo que podamos ir perdiendo eso con las nuevas generaciones, porque el poder adquisitivo de los jóvenes de aquí es bajísimo.

¿Un distanciamiento no por estética musical sino por presupuesto?

Sí, porque, desgraciadamente, la cultura va muchas veces pareja a eso. Si te pones en la piel de un chaval de hoy en día... Aunque la música se haya democratizado mucho, hacerte un criterio es costoso. Nos preocupa tener un lenguaje con el que acercanos a ellos, que no se nos queden descolgados.

¿Qué piensan hacer?

Escuchar mucho, intentar ponernos en su piel, tener iniciativas como la de este año con los descuentos para jóvenes y residentes en Barcelona y el área metropolitana... Ir a lo que ellos escuchan y utilizarlo de gancho para contarles el resto de la película. Porque un chaval puede escuchar a Migos y no tener ni idea de quienes han sido Public Enemy. Pero vemos que el índice de repetición es muy alto; cuando conseguimos que el chaval de 20 años venga, repite. Así vamos renovado, porque si no... En Barcelona, en los conciertos en salas, hay la misma gente que hace 25 años, y esto no puede ser. Pero hay nuevas formas de consumo: la gente se ha acostumbrado a lo rápido, a YouTube, a las series con episodios de 30 minutos, y la cultura requiere un esfuerzo.

A veces las salas se llenan con otros públicos y otras músicas, como el trap.

Pero el trap no hace grupos estables. Hoy es PXXR GVNG y luego sale otro. No se construye una carrera como la de Los Planetas. Va y viene.

Este año tienen a C. Tangana o Bad Gyal. Se habla de pánico generacional en el mundo del rock respecto a las nuevas músicas urbanas. ¿Se exagera o lo ve realmente como el nuevo pop?

Es normal: Frank Sinatra nunca soportó a los Rolling Stones. Sí, son nuevos lenguajes y es el nuevo pop,  porque el pop va evolucionando y por suerte nos es discordante. Pero nada sustituye a nada. Todo va mutando. Y en el trap veo una actitud muy punk detrás, como la de finales de los 70. Nosotros llevamos apoyando a C. Tangana desde el principio, porque, más allá de su discurso, su música y actitud siempre me han interesado, y no podemos cerrar el festival y decir que aquí solo toca quien haya escuchado a Kraftwerk.

"El pop va evolucionando pero nada sustituye a nada. Y en el trap veo una actitud muy punk detrás, como la de finales de los 70"

El Primavera sobrevivió a la burbuja de festivales de hace una década. ¿Ahora tenemos otra?Pues parece que sí. Creo que la ausencia de dinero público facilitó mucho aquella caída, y ahora con la recuperación parece que, de nuevo, todo el mundo quiere tener el festival más grande. En toda industria que funciona hay gente nueva que quiere entrar.

Pero Arenal Sound, Low Festival o Sonorama no son competencia del Primavera.

Nosotros tenemos un perfil muy claro y no creo que ni juguemos en la liga de la península, sino para mantenernos entre los diez mejores del mundo, e intentar estar entre los tres o cuatro. Tenemos un producto muy nuestro, muy de Barcelona, diferente. Fuimos de los primeros en desarrollar ese modelo más urbano y centrado en la música: aquí no hemos tenido nunca acróbatas, ni cables por donde se tire la gente, ni caballitos... Esa no es nuestra guerra.

“Muy de Barcelona", dice. ¿A qué se refiere?

Barcelona tiene un qué especial. A veces es difícil de explicar, pero es Barcelona. No porque seamos más guays, pero nos sale un poquito ir por delante, ser aventureros, hacer las cosas de otra manera... Está en nuestro ADN. Es una ciudad muy mutante, con gente de todos lados. A nuestra propuesta nos ayuda mucho estar en Barcelona.

El Doctor Music Festival, que volverá en el 2019, ¿es compatible con el Primavera?

Neo (Sala) es un buen amigo y nos hemos reunido varias veces. Sabemos que no vamos a chocar en público, y se trata de que gracias al Doctor Music Festival podamos hacerlo todos mejor. El enemigo del Primavera no es él, sino esos festivales a los que uno va y se siente estafado, porque no suena bien, porque hay colas... Ojalá el Doctor vuelva de una manera estable.

"El enemigo del Primavera no es el Doctor Music, sino esos festivales a los que uno va y se siente estafado porque no suena bien"

El festival ya no lleva el nombre de una cerveza incorporado.

No, hace tiempo. Cuando eres pequeño y necesitas ese dinero, tienes que hacer lo que te digan: 'naming', presencia de la marca en los escenarios... Pero me gusta decir que somos independientes porque básicamente dependemos de la venta de las entradas. Podríamos hacer un festival sin patrocinadores, estamos preparados para ello. En todo caso, necesitamos esponsors que entiendan muy bien lo que hacemos, y con los que podamos trabajar un largo tiempo, y generalmente ellos van al revés: este año apuestan por la música, al año siguiente por el fútbol, el otro, por los coches... Entran y salen buscando un rendimiento inmediato, y al Primavera no puedes venir buscando un rendimiento inmediato.

Las subvenciones se mantienen estables.

Sí, los 150.000 euros del Ayuntamiento y algo parecido de la Generalitat. Para la parte profesional y la programación gratuita en la ciudad, que haríamos igual aunque no tuviéramos la subvención. Todo ello, dentro de un presupuesto que este año es de 14,1 millones. Pero a mí me iría mejor si ese dinero se invirtiese antes, para que los jóvenes pudieran terminar viniendo aquí. Lo que pasa es que tendríamos que jugar todos con las mismas cartas. Aquí hay gente que ha hecho festivales y que ha salido en las tramas de Gürtel, gente que ha sobrepagado artistas... Entonces, ¿cómo puedes decir "renuncio a las subvenciones"? Pero me gustaría que los políticos se sentaran a hablar de dónde tiene que ir el dinero de la cultura. Y al fin y al cabo, esto es industria. ¿Tendría que ir el Primavera por el carril de la industria? Pues también es verdad. Aquí hay 5.500 personas trabajando.

"Los conciertos en sala van a la baja. Las bandas cada vez hacen menos, rque son menos rentables que tocar en un festival"

Hay artistas cuya propuesta sonora es sutil, y que pueden cuidar obsesivamente el acabado discográfico, pero que luego hemos terminado viendo en un recinto muy grande, de contexto muy festivalero, y sin poder disfrutar plenamente de su delicadeza: de Radiohead a PJ Harvey, pasando por The xx, Bon Iver o Solange. ¿Hay una contradicción aquí?

Sí, estoy de acuerdo. A ver, no es tan así como parece, pero el disco de Radiohead, por ejemplo, no es para escucharlo con 50.000 personas al lado, por muy buena producción que tengamos. Ellos controlan hasta el último detalle del sonido, dan bastante la brasa, pero llega un punto en que saben que si quieren cobrar lo que cobran tienen que tocar para esas audiencias y que con esa distancia las condiciones no son las de una sala de 4.000 personas, donde sonaría perfecto. Yo muchas veces les hago la crítica: "oye, ¿tú estas seguro de que quieres tocar ese disco aquí, con estas condiciones?". Pero como las bandas se ganan la vida con el directo, y no quieren renunciar a esos cachés... Es una incongruencia, sí. Pero los conciertos en sala van a la baja. Las bandas cada vez hacen menos, y no solo en España, porque son menos rentables que tocar en un festival.

¿Acepta la crítica de que un festival como este contribuye, aunque sea involuntariamente, a la desertización del circuito de salas?

No, no lo creo, también hacemos lo contrario: aquí viene mucha banda que luego va a tocar a Apolo, que es nuestra sala, y que llena gracias a que ha tocado en el festival. Porque ahora, ¿quién hace la promoción de los discos? Los promotores de conciertos, los últimos que quedamos. Y los festivales son el escaparate más grande que queda.

Este año actúan 29 bandas catalanas en el festival. ¿Tienen resuelto el modo de integrarlos de un modo respetuoso y que deje contentos a todos?

A ver, con muchas de estas bandas nos une la amistad. Manel comenzaron con el festival, en un Primavera Club, y me gusta discutir con ellos sobre su encaje, coger la parrilla de actuaciones y preguntarles dónde quieren tocar. "¿Te pongo a las diez de la noche y coincides con Arctic Monkeys?". "No, hombre, ahí no...". "Pues antes, ¿de día?". "No tampoco, parecerá que vamos de teloneros". Y le damos otra vuelta, y terminamos buscando juntos cuál es el sitio más idóneo. Creo que tenemos el máximo respeto por esas bandas, y me encantaría que viniese gente de fuera y se quedase prendada de un grupo de Barcelona y que eso le ayudase a salir al mundo. Por desgracia, mi experiencia me dice que si no cantas en inglés, y con acento perfecto, lo tienes claro. Y si vas de latino, más vale que seas de Latinoamérica.

¿Cuál es la frontera estética del festival? Love of Lesbian, por ejemplo, dicen que les han asegurado que nunca volverán a tocar en el Primavera.

Ya estuvieron una vez, hace años. Ahora creo que tendríamos dificultades para ubicarlos. También Florence + The Machine estuvieron y posiblemente no vuelvan. Quizá sus coordenadas se han alejado de lo nuestro. Pero eso puede volver a cambiar. Nunca hemos programado a Els Pets, por ejemplo, pero con el último disco, que produjo Raül (Fernández), me lo podría haber pensado.

"¿Els Pets en el Primavera? ¿Por qué no? Tendré que escuchar su próximo disco. Quizá incluso tengamos una deuda con ellos, no lo sé"

¿Vería a Els Pets en el festival?

¿Por qué no? Tendré que escuchar su próximo disco. Quizá incluso tengamos una deuda con ellos, no lo sé. Raül siempre me dice que tenemos que quedar con Lluís (Gavaldà). Es cuestión de hablarlo y preguntarles: "¿dónde os veis tocando?". Porque si les pongo a según qué hora, contra según quien, no se verán, y a un grupo con su trayectoria no puedes meterlo en el escenario más pequeño, o a pleno sol.

Pero este año sí que estará la joven eurovisiva Amaia.

Ella misma acudió a nosotros. Canta bien, toca bien, tiene un hermano fan del festival y hablándolo salió la idea. "¿Os atreveríais?". Y salió lo del escenario Heineken, el Hidden Stage, como una sorpresa, con The Free Fall Band. Se lo propusimos y ha estado en el estudio con ellos y con Miqui Puig, y está muy ilusionada. Quiere tener una carrera coherente, y sacarla de su ambiente y ponerla en otro es una oportunidad.

En esa frontera con el 'mainstream' quizá podríamos incluir a Lorde.

Es pop, y el pop siempre puede ser 'mainstream'. No hay nada malo en ello. Con Lorde nos gustaría poder establecer una relación larga, y que hubiera un relevo generacional a través de su público. Lo que pasa es que antes, un grupo como REM tenía una carrera ordenada, con una progresión, y hoy en día no sabes qué puede ocurrir: igual un día ella desaparece del mapa. Todo sube demasiado rápido y baja a la misma velocidad.

Un festival de música, ¿debe preocuparse por reflejar los problemas sociales o políticos de su entorno?

Mi principal trabajo siempre ha sido llevar una banda para que pueda expresarse. Más allá de eso, como empresa que está en Barcelona, en Catalunya, tenemos nuestras opiniones y nuestra sensibilidad, y como parte de esa sociedad civil tenemos que estar al lado de nuestros vecinos y trabajadores, de nuestra gente. Debemos poder separar una cosa de la otra. Pero no me gusta el empresario que se esconde. Nosotros trabajamos en cultura y estamos viviendo unos tiempos muy jodidos, y hay gente que mira al Primavera Sound preguntándonos si tenemos algo que decir, y hemos de ser capaces de dar una respuesta. Cuando el 15M, sugerimos a Javis Cocker que denunciara en el concierto de Pulp el desalojo de la plaza de Catalunya. Creo somos uno de los festivales que más se mojan.

Hace dos años les montaron una asamblea músicos en la puerta, eligiendo el Primavera como símbolo.

No lo termino de entender, porque aquí es precisamente donde pagamos a los músicos. Se lo digo a ellos, que no me han llamado en su vida: vamos juntos a la administración, que yo estoy del lado de los músicos, y a ver cómo podemos mejorar sus condiciones. Pero verme a mí como la patronal malvada... Yo lo hago todo superlegal. Si quieren trabajamos para cambiar las leyes. A mí, el modelo francés me parece fenómeno, con sus retenciones, sus vacaciones, su paro... Está muy bien, pero desgraciadamente aquí eso no lo tenemos. Y luchar contra el Primavera Sound, ¿adónde te lleva? Creo honradamente que hacemos las cosas bien: los artistas cobran lo que corresponde, están todos dados de alta en la seguridad social...

"Cuando el 15M, sugerimos a Jarvis Cocker que  el desalojo de la plaza de Catalunya. Creo somos uno de los festivales que más se mojan"

Y tienen becarios.

Claro que tenemos becarios. Hay que dar oportunidades a la gente. Aquí he tenido becarios que soy hijos de amigos míos. Me lo han pedido: "como sea, ¿y no le pagues, ¿eh?". Lo que hay que saber es lo que tienen que cobrar y qué le puedes exigir, pero el sistema está como está. Si no gusta, nos vamos a la puerta de la universidad y nos quejamos. Yo no he inventado el sistema de másters, ni Bolonia. Y es más: el 40% del personal de la oficina han sido becarios. Claro, vas conociendo gente, muchos son válidos, tienen ganas de trabajar y al ampliar plantilla se van quedando. Somos, como decía, 5.500 trabajadores.

Por cierto, ¿cuántos son portugueses?

En esta cuestión hay un componente populista-xenófobo que me indigna. "El camarero portugués". ¿Se hablaría de él del mismo modo si fuera un "camarero sueco"? Nosotros tenemos oficina en Barcelona y en Oporto, y es normal que hayamos traído gente, igual que mucha de Barcelona ha ido allí a trabajar. Tenemos 500 camareros portugueses, del total de 700, pero también portugueses que trabajan en producción de vídeo y en otros ámbitos. El camarero portugués no es más barato, ni mucho menos. Todos cobran lo mismo por categoría, no por nacionalidad. Pero a veces nos persigue un populismo barato y nos acusan como si fuéramos una gran patronal del sector. Y al final, cerveza en portugués es 'cerveja'. No creo que el idioma sea una barrera.

El 20 de septiembre, el festival hizo un comunicado denunciando las detenciones previas al 1-O y a favor de las instituciones y los derechos civiles. Viendo como fueron después las cosas, ¿se reafirma en que fue acertado hacerlo?

Sí, sin ninguna duda, como cuando el 1 de octubre bajé con mis vecinos a defender el colegio electoral. Era lo que teníamos que hacer, estar al lado de la democracia. Tenemos unas instituciones, y venir de fuera a intervenirlas, diciendo que esto es ilegal... Ilegal lo sería todo si no lo cambiáramos. No me arrepiento: el 1 de octubre fue uno de los días más bonitos que he vivido democráticamente. Porque no nos dejan vivir la democracia, la tienen secuestrada. Como empresa, estábamos por la libertad de que la gente decidiera.

"El 1-O fue uno de los días más bonitos que he vivido democráticamente. Porque no nos dejan vivir la democracia, la tienen secuestrada"

Podría haber también gente, público del festival, que le dijera que muy bien, pero que el referéndum estaba fuera de la legalidad.

Es su pensamiento, lo respeto, pero tienen que respetar también el mio, y en este momento somos mayoría los que pensamos que cuando la gente se tiene que expresar, ya sea de forma más legal o más de 'costellada', tiene que poder hacerlo, y que ahí no hay ley que valga. Contra eso no se puede actuar con porras. Y cuando haces algo así no piensas si ganas público o lo pierdes, va más allá. Quizá hemos perdido a unos y hemos ganado a otros, no lo sé. Como cuando me preguntan qué dicen las marcas. Pues las marcas no tienen que decir nada. No hago eso pensando en ellas. ¿Que te la estás jugando? De momento, las marcas están aquí por otras cosas.

Lleva un lazo amarillo en la gorra.

Porque estoy convencido de que tenemos gente en la cárcel que no debería estar ahí. No me parece justo, porque ni legalmente tiene una justificación. Es una cuestión de principios democráticos, más allá de si uno está a favor o no de la independencia.

¿Habrá más señales en esa línea en el festival de este año?

Dejaremos que la gente se manifieste. Veremos qué pasa. Como festival no vamos a herir la sensibilidad de nadie. Que hablen los artistas.

En el mes de octubre, o más adelante, ¿ha llegado a temer que las tensiones políticas o económicas pudieran poner en peligro el festival?

No. Somos catalanes, y nuestra propia personalidad no da juego a que nos pongamos a pelearnos o a pegar tiros. Hubo un momento en que los conciertos, las sesiones de 'dj' en Apolo, cayeron bastante, pero nos dábamos cuenta de que se iban a recuperar rápidamente. La ventas del festival iban bien, y este año se superan las del año pasado.

¿Ha pensado si alguna de letras que se canten o rapeen estos días en el Fòrum puedan traerles problemas?

Lo que está ocurriendo con todo esto es lamentable. Va de principios básicos, de libertad de expresión. Valtonyc no me gusta musicalmente y sus letras me parecen un tanto vulgares, pero esto como mucho sería una multa, un tema administrativo. Llevarlo a lo penal, ¿dónde se ha visto? ¿Y qué será lo siguiente? ¿Un comisario político a la puerta del escenario amenazándonos? Porque esto es lo que viene: ten cuidado con lo que hagas.

Esta será la 14ª edición del festival en el Fòrum, y la 18º desde su estreno en el Poble Espanyol. Nunca han enumerado las ediciones. ¿Por qué?

Porque nos hace viejos. Queremos seguir sonando actuales. No creo que poner el número, 14ª o 18ª edición, nos aporte nada.

¿Cómo imagina el festival a diez años vista?

Mi sueño seria, primero, hacer esos diez años. Y luego, ser capaz de diversificar más para hacer mejor este festival y no tener una dependencia económica. Vamos hacia allí. Que este festival sea la joya de la corona, porque soy consciente de que se puede producir mejor.