Els Catarres: "Éramos el peor grupo de la historia"

Tras año y medio de hibernación, Els Catarres reaparecen con ‘Tots els meus principis’, su cuarto disco, en el que cambian los instrumentos acústicos por los eléctricos. El trío lo presenta, arropado por su renovada banda cuatro músicos, este viernes en el Poble Espanyol, concierto programado por Cruïlla de Primavera.

Hace un par de años ya advertían en este diario: “Tenemos ganas de renovarnos”.

(Èric Vergés) Antes de terminar la anterior gira ya teníamos ganas de dejar de ser un grupo acústico y hacernos eléctricos. El sonido acústico había sido una pauta que nos habíamos puesto pero ya no tenía sentido. Teníamos que empezar una nueva etapa.

¿Por qué?

(È. V.) No hacemos una música 100% folk, lo nuestro es música popular, de fiesta mayor, y la instrumentación eléctrica nos ayudará a hacer crecer los directos, mientras que en estudio nos ayudará a crear otras texturas, capas y ambientes.

La imagen de Roser Cruells con el contrabajo, ¿ya es historia?

(Roser Cruells) Casi todo el bolo lo tocaré con bajo eléctrico. Tiene ventajas: es más fácil de tocar y de afinar, porque tiene trastes. También es más cómodo de transportar y me permitirá moverme más en el escenario.

En la canción que abre el disco, ‘Perfectes’, hay hasta sintetizador, aunque luego no se le oye mucho.

(Jan Riera) Es una declaración de intenciones, un equilibrio entre ritmos folk y country mezclados con guitarras eléctricas y sintetizador, anunciando lo que será el disco.

"Amar y ser amado es lo mejor que te puede pasar en la vida. ¿Qué hay mejor que cantar a eso?

Èric Vergés

Los principios a los que alude el título, ¿se refieren tanto a sus razones fundamentales como a los comienzos de las cosas?

(È. V.) Sí, a cómo las primeras veces te marcan y te convierten en quien eres, y a cómo dan forma a tus valores y a la forma en que decides vivir.

Hay nostalgia en este disco: canciones como ‘1983’.

(È. V.) Es el año en que nacimos Jan y yo. Roser es de 1987. Y habla de la infancia, de mirar hacia atrás y reconocer unas emociones que vas perdiendo porque la vida adulta no te las permite.

(R. C.) Sí, hay nostalgia, pero en positivo, recordando cosas muy auténticas y transportándolas al presente, adoptando un punto de vista no más inocente pero sí quizá más puro.

Otra clave del grupo, y también del disco, es el romanticismo, hablando siempre a alguien de tú.

(È. V.) Porque la vida vale la pena cuando la compartes y tienes amor, y creemos en eso. Amar y ser amado es lo mejor que te puede pasar en la vida. ¿Qué hay mejor que cantar a eso?

(R. C.) Es una característica de Els Catarres escribir al amor pero a partir de su continuidad. No solo del enamoramiento y del desamor, sino siguiendo el proceso de compartir la vida con una persona.

Su éxito inicial, con ‘Jenifer’, hace ya siete años, fue una sorpresa incluso para el mismo grupo. ¿Qué recuerdo tienen?

(J. R.) El primer año fue un caos. Èric y yo habíamos estado en grupos y este era el más desorganizado. ¡Éramos el peor grupo de la historia! Pero, eso sí, nos pusimos las pilas rápidamente.

È. V.) La canción se hizo grande de repente y no estábamos preparados para nada de lo que nos estaba pasando. ¡Nos hicimos populares a pesar de nosotros!

¿Dirían que ‘Jenifer’ está entre sus mejores canciones?

(J. R.) Definir qué es la mejor canción es complicado, pero sí creemos que es una muy buena canción. Solo por lo que ha conseguido demuestra que lo es. Así lo entiendo yo. Hay muchas canciones que no me gustan pero que son buenas porque llegan a la gente.

¿La mejor canción es la que llega a más gente?

(J. R.) Yo pienso que sí. Llegar a la gente es un mérito. En este mercado tan saturado, en el que nadie te asegura nada, que una canción sobresalga es difícil. Nosotros no teníamos ningún respaldo, y destacamos con esa canción gracias a las redes sociales.

È. V.) Para nosotros una buena canción es la que la gente hace suya y que acaba formando parte de su vida. Quizá un músico que haya estudiado 25 años un instrumento piense en armonías o en otros valores, cada cual tiene los suyos.

¿Hay alguna canción suya que aprecien y que no haya tenido éxito popular?

(J. R.) ¡Muchas! ‘El teu cor és un tambó’, por ejemplo. Pensábamos que era un ‘single’ clarísimo, y ni siquiera la tocamos en los conciertos.

R. C.) O ‘Sota la llum del sol’.

Las decisiones artísticas que toman, ¿dependen de cómo creen las aceptará el público?

(R. C.) Creo que no, que hacemos canciones que nos gustan a los tres. Como cada uno de nosotros viene de un lugar distinto y tiene gustos distintos, pensamos que si una canción nos gusta a los tres, a una cuarta persona también le gustará.

Hablar de su música como verbenera, pachanguera…, ¿les molesta?

(È. V.) A mí en absoluto. ‘Patchanka’, de Mano Negra, es uno de mis discos de cabecera. Pero, siendo justos, ‘Tots els meus principis’ es menos pachanguero que los discos anteriores. Tiene menos ritmos latinos, menos mestizaje… Pero esas son nuestras raíces: con 15 años íbamos a conciertos de Dusminguet.

(J. R.) Y nos sentimos muy cómodos tocando en las fiestas mayores. Para algunos será despectivo, pero para nosotros es el lugar donde nos lo pasábamos teta cuando éramos adolescentes.

¿Un lugar poco dado a la exigencia musical?

(J. R.) Ya, pero nosotros somos un grupo polivalente: podemos tocar en siete salas de Barcelona, como al final de la última gira, y en el Poble Espanyol, y en Cap Roig… Estar en Els Catarres es tan divertido porque te permite ir a cualquier escenario y no sentirte extraño. Somos multiformato.

"Nos sentimos muy cómodos tocando en fiestas mayores. Para algunos será despectivo, pero es el lugar donde lo pasábamos teta cuando éramos adolescentes"

Jan Riera

Estrenan gira en la plaza más potente, Barcelona.

Nos gusta tirarnos a la piscina, e incluso poner las entradas a la venta antes de que salga el disco. Es un poco loco, porque hay mucha presión y las canciones nuevas no están rodadas. Pero estaremos ante nuestro público, que nos da calor y cercanía. Luego nos espera una gira en la que iremos a Bilbao, Madrid…

¿Están satisfechos de su proyección en el mercado español?

(J. V.) Estamos en una época difícil, pero hay gente sin prejuicios que viene a vernos encantada de la vida, eso hay que decirlo.

En el 2015 tocaron en actos de Junts pel Sí, y Èric incluso se integró en las listas de esta formación el 27-S. En las últimas elecciones no repitieron.

(È. V.) Aquello lo hice porque era algo unitario. Luego, cuando uno de los partidos nos propuso participar en algunos actos ya no lo vimos adecuado.

¿Es posible ser fan de Els Catarres y votar, por ejemplo, a Ciutadans?

(J. R.) ¡Desde luego! Hay gente que viene a nuestros conciertos y nos dice: “nos gusta mucho lo que hacéis, pero cuando comenzáis a hablar de independencia ya no tanto…”. No nos ponemos pesados con el tema, aunque a veces sí hacemos algunas proclamas porque creemos que nos corresponde como figuras públicas. Y al final, la vida es política y las cosas que ocurren te afectan.