ENTREVISTA

David Roas: "Los zombis explican muy bien lo que somos"

El escritor barcelonés publica 'Invasión', un libro sobre nuestros miedos más profundos

El escritor David Roas, en la Librería Laie, de Barcelona.

El escritor David Roas, en la Librería Laie, de Barcelona. / periodico

Elena Hevia

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Un niño zombi observa fijamente al lector en lo alto de un tobogán, entre oxidado y sanguinolento, desde la portada del último libro del profesor de la UAB y especialista en literatura fantástica David Roas, Invasión (Páginas de Espuma). El yuyu que pueda dar esa imagen es una cortesía del ilustrador Fernando Vicente, tarjeta de presentación de 19 cuentos de distinta longitud que exploran esa brecha por la que los miedos se cuelan en nuestra cotidianidad.

¿Se puede decir que este es su primer libro estrictamente de terror?  Siempre me ha gustado mezclar el humor, lo grotesco y lo absurdo, con lo fantástico, pero esta vez quería hacer un libro mucho más homogéneo. Y así he elaborado diversas formas de experimentar por dónde nos llega la invasión de lo extraño. Esa invasión puede venir a través de objetos como dentaduras postizas, muñecas o esos pequeños ataúdes que construye un niño, algo que en principio no tiene nada de fantástico pero que nos produce una gran inquietud.

La cita de Elena Garro que abre el libro explica muy bien ese efecto. Sí, la idea de que mover un objeto de su lugar habitual puede originar que el mundo tome un rumbo desconocido. Eso es parecido a lo que Cristina Fernández Cubas trató en ‘El ángulo del horror’. Personalmente ese es el fantástico que me interesa, no el que explora el universo de los monstruos, porque aunque me los crea no me ofrecen mucho juego a la hora de escribir.  Por cierto, uno de estos cuentos, dedicado a Fernández Cubas, es la continuación de ‘Hablar con viejas’, uno de los relatos de 'La habitaciòn de Nona'. 

¿Lo sabe Cristina?  Sí, se lo di a leer y se mostró encantada. Ella ha sido una de las autoras que ha propiciado que el canon finalmente acabe asumiendo el fantástico. No en vano, la revista sobre el género que dirijo se llama 'Brumal'. 

¿Incluso en un libro de literatura fantástica hay cabida para la autobiografía? Claro, ahí está  mi propia experiencia. La universidad de Brown, en Providence, me becó durante unos meses para que estudiara la obra de Lovecraft. En mi camino a la facultad, cada día pasaba por una casa extraña y decadente, situada en la misma calle donde nació el escritor. Hice muchas fotos, hasta que fijándome en ellas y ampliándolas se produjo en mí una revelación. Eso propició la historia de un hombre devorado por una obsesión pero no quise que fuera un cuento de Lovecraft.

El lado oscuro de la infancia está en la base de algunas de estas historias.  Bueno esa es es ya una combinación clásica. George H. Romero ya colocó una niña zombi en ‘La noche de los muertos vivientes’. Aquí también se ha filtrado algo personal, el nacimiento de mi hijo, que ahora tiene cinco años y a quien encantan las historias extrañas. Todas las noches me pide que le invente un relato a partir de tres palabras que él me da. Cuatro de esos cuentos, a los que llamo ‘Historias dictadas’, se incluyen en el libro. Esa para mí también ha sido una forma de invasión, la de un 'bichejo' maravilloso que ha entrado de lleno en mi realidad.

¿Por qué el zombi es el gran icono del siglo XXI?  El Sobrino del Diablo, cantautor y colega, tiene una canción estupenda, 'Zombis en el metro' que explica muy bien cómo se han colado en nuestra realidad, por qué son una metáfora excelente para explicar lo que somos. Incluso hay ensayos de filosofía sobre esa idea. Hemos encontrado el monstruo que mejor nos representa: la masa que no piensa y que lo devora todo a su paso.

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