EL NUEVO TRABAJO DEL AUTOR DE 'EL ATLAS DE LAS NUBES'

David Mitchell: "Escribir es otra manera de burlar la mortalidad"

El escritor británico, que reside en Irlanda, publica la ambiciosa y celebrada 'Relojes de hueso'

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ELENA HEVIA / CORK

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¿Es David Mitchell un escritor de ciencia ficción o de fantasía? Sí. ¿Es un escritor realista? También. Este autor británico es un hábil arquitecto de perfectas construcciones novelescas, elaborados juegos de pistas, que desembocan en una profunda reflexión sobre la existencia. Lleva años recluido en un pueblecito a unos pocos kilómetros de Cork, en el sur de Irlanda, donde trabaja y vive con su esposa japonesa y sus dos hijos, uno de ellos afectado de autismo, lo que le ha hecho interesarse, junto a su propia tartamudez, por los procesos neuronales en relación a la escritura. La aparición de 'Relojes de hueso' (Random House), un libro que lo puso camino del Booker (algunos críticos sugieren que no lo ganó porque había demasiada fantasía en él), hizo que por primera vez no se hablara de Mitchell como el autor de 'El atlas de la nubes', aquella magnífica novela que adaptaron (no muy bien) los/as hermanos/ as Wachowski. Esta sigue la vida de una mujer, Holly Sykes, desde un misterioso episodio de su adolescencia en los 80 hasta su vejez en un mundo apocalíptico.

¿Cuándo empieza a escribir un rompecabezas como éste tiene controladas de antemano todas las piezas? ¿Nunca se pierde? La clave es la obsesión. La novela debe ser la última cosa en la que pienses antes de dormirte y la primera cuando te despiertas. Y tienes que estar dispuesto a pasar más tiempo con estas personas que no existen y que pueblan tu ficción que con tu familia. 

'El atlas de las nubes' contenía seis historias ordenadas de forma especular, ahora vuelve a utilizar dentro del libro seis relatos que son como seis novelas distintas con sus diferentes estilos. ¿Tiene una especie de esoterismo ese número para usted? Los números tienen cualidades. El seis es un viaje, uno, dos y tres van de subida y cuatro, cinco y seis de bajada. Se puede dividir entre uno, dos y tres y no es un número primo. Eso es algo que aprecio mucho porque soy un especialista en subdivisiones. Además es de color amarillo brillante.

¿Perdón? ¿Eso obedece a algo? No, lo es para mí y ya está. El siete es de un azul verdoso y el cinco, de un rojo intenso. No me pregunte por qué.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"David Mitchell","position":"ESCRITOR","text":"\"A los escritores nos\u00a0impulsan trastornos obsesivo compulsivos\""}}¿Es una especie de sinestesia, de apreciar las cosas con un sentido que no le corresponde? Quizá. Creo que la escritura viene de los mismos lugares que ciertas anormalidades, de ciertos aspectos neuropsicológicos. La esquizofrenia quizá sea un ejemplo más claro, es una confusión sobre cuál es el nivel de realidad verdadero. A los escritores nos impulsan trastornos obsesivo compulsivos, de otra forma no nos pasaríamos metidos cuatro años en una novela. Parece increíble que un escritor consiga encontrar pareja.

¿Así cree que la escritura encierra en cierta forma una especie de patología? Sí, el interés en el virtuosismo del lenguaje puede llegar a proceder de una patología, como me ocurrió a mí. De niño fui tartamudo [ahora es algo que apenas se le nota] y me siento profundamente agradecido a este problema porque me convierte en un experto en producción del lenguaje. Garth Brooks, el cantante de country, decía que los mayores regalos de Dios son las plegarias no atendidas. A veces nuestros defectos acaban siendo nuestros aliados.

¿El tema profundo de este 'thriller' metafísico es la mortalidad? Muchas obras maestras han examinado ese tema desde el punto de vista de los mortales, yo quería hacerlo desde el de los inmortales y vincular eso con el mito fáustico. Hablar de los inmortales tal como los planteo, como una lucha entre el bien y el mal, es un reto.

Después de cuatro partes mayoritariamente realistas con algunos toques fantásticos, propone una quinta para paladares cercanos al comic. Corre el peligro de que no le tomen en serio. Soy consciente de que el capítulo quinto mete al lector por una especie de túnel de lavado que no espera y que le llevará de nuevo al realismo en el capítulo sexto. Pero mi lealtad principal es hacia el libro. Y no puedo hacer que en este aparezcan inmortales si no hay fantasía.

¿Cree que solo la ciencia ficción puede dar una respuesta original a algunas de las grandes cuestiones metafísicas de la existencia? La ciencia ficción y la fantasía pueden acercarse a estas cuestiones universales desde una perspectiva única. Pero esa perspectiva es poco habitual y por eso resulta estimulante y fresca, cuando es buena, e infumable cuando es mala. Claro que aquí hay que recordar que el realismo también puede ser un horror.

¿Este es un libro de madurez? ¿De conciencia de la propia mortalidad? Sí, es mi novela de la crisis de los 40. No me puedo permitir un coche deportivo, no tengo ya la energía para una amante y ni para meterme en política, así que tenía que escribir una novela.

Tener hijos, supongo es también una respuesta a ese dilema. Sí, sabemos que no podemos burlar a la muerte, pero hay algunos sitios por donde puedes colarte. Ser padre es la salida obvia, Ahí te aseguras que tus genes sobrevivirán más que nosotros. Escribir es otra manera de burlar la mortalidad. Perdurar no es el motivo por el que escribo, pero sí es una idea que me aporta algún tipo de consuelo.

{"zeta-legacy-phrase":{"name":null,"position":null,"text":"\"\u00bfQu\u00e9 hacemos con esta\u00a0desigualdad monstruosa a la que nos lleva inexorablemente el capitalismo?\""}}La gran pregunta de la novela es ¿qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos? El capitalismo está acabando con nuestro entorno y no hay alternativa. El otro día leí una cita de Octavio Paz: "El socialismo no fue la respuesta adecuada pero sí planteaba las preguntas adecuadas". ¿Qué hacemos con esta desigualdad monstruosa a la que nos lleva inexorablemente el capitalismo y esta degradación del medio ambiente? Cuando tienes hijos inevitablemente te planteas estas cuestiones, algo que no haríamos si en lugar de tener una esperanza de vida de 80 la tuvieramos de 500.  De eso también se encarga la mejor ciencia ficción, que es la que habla del presente y no del futuro.

También es apocalíptico respecto a las nuevas tecnologías. Tras un apagón digital lo que pervive son los libros en papel. Douglas Adams decía que el libro es un tiburón que apenas ha evolucionado nada desde el tiempo de los dinosaurios. Un Kindle o un iPad están muy bien, pero son como estas especies que aparecen dominan su entorno y al no poder adaptarse a la condiciones cambiantes se extinguen. Yo creo que el libro es un tiburón.

¿Cree que el Hay Festival va a volver a invitarle? 'Relojes de hueso' contiene también una crítica muy dura a la superficialidad del mundillo literario y su escritor, Crispin Hershey, se parece muchísmo a Martin Amis. No puedo confirmar ni denegar esos rumores. Crispin es como yo pero sin humildad. Cuando un escritor se cree todas las críticas positivas, su ego empieza a apartarlo del mundo. Y la gente deja de compartir sus historias porque nadie quiere hablar de sus cosas con un capullo. Las personas son mi fuente de inspiración. Así que Crispin es como un aviso, vigila, ándate con ojo. Seas quien seas, aunque te hayan nombrado presidentede los Estados Unidos, siempre deberías sacar la basura

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