Elvis en el Parlament

Los ataques humorísticos a la política tradicional tienen una larga tradición: recordemos los intentos de alcanzar el poder deColuche,en Francia, oFrank Zappa,en Estados Unidos. El líder de la CORI (Coordinadora Reusenca Independent),Ariel Santamaría,aspira ahora a insertarse en esa tradición con su candidatura a la presidencia de la Generalitat tras elegir como segundo de a bordo y mano derecha aCarmen de Mairena,travestido soez y un tanto zarrapastroso cuyo discurso -a excepción de esos pareados sexuales que tan bien le salen- resulta asaz incomprensible, no sé si a causa de la edad (77 añitos) o de que la silicona se le ha desplazado al cerebro, causando problemas de riego.

A mí siempre me ha caído bienAriel Santamaría:Reus debe de ser un sitio aburridísimo y el hombre hace lo que puede por animar el cotarro, molestando de paso a los políticos locales, que lo odian a muerte desde que se les coló en el ayuntamiento. Mi corazón sangró por él cuando me enteré de que esos políticos se las habían apañado para impedirle seguir celebrando bodas vestido deElvis,pues el hombre cumplía un servicio público: como él mismo dijo, no todo el mundo tiene posibles para desplazarse a Las Vegas. Y su idea de presentarse a presidente de la Generalitat no resulta tan disparatada ni peligrosa para la democracia como algunos parecen creer: más miedo danLaportayAngladay a nadie le parece mal que se presenten.

El problema de la CORI es que sigue un guión muy malo. Poner al descubierto la ineptitud de los políticos tradicionales a través del humor es una tarea muy noble que requiere un ingenio que no se ve en los vídeos, propuestas y declaraciones del señorSantamaríay sus secuaces: prometerfollódromoso soltar aCarmen de Mairenapara que diga algunas burradas son simples jaimitadas que nunca convertirán a la CORI en algo realmente peligroso para el sistema. Aunque los partidos tradicionales se nutran de lo peor de cada casa, los alternativos no deben seguir su ejemplo si aspiran a algo más que a ampliar la nómina de merluzos en cargos públicos.

ZappayColucheiban un paso más allá de la charlotada. Y eso es lo que uno esperaba deSantamaríaen vez de chistes malos y vídeos cutres.