ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

'El hilo invisible' y otras películas de alta costura

A partir del estreno del gran filme de Paul Thomas Anderson, repasamos la relación entre el cine y la moda, que es más fructífera de lo que podría parecer

Quim Casas

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La relación entre el cine y la moda es más fructífera de lo que podría parecer. El estreno de la extraordinaria 'El hilo invisible', de Paul Thomas Anderson, en la que Daniel Day-Lewis interpreta a un 'couturier' inspirado más o menos en el diseñador guipuzcoano Cristóbal Balenciaga y en el británico Charles James, nos permite repasar esta relación a partir de cinco conceptos.

'Biopics' de modistos

En el 2014 coincidieron los estrenos de 'Yves Saint-Laurent', biografía ortodoxa dirigida por Jalil Lespert que arranca con la entrada del joven protagonista en la casa Dior, y 'Saint-Laurent', una visión más sombría a cargo de Bertrand Bonello y centrada en los años sesenta y setenta. Previamente se había realizado un excelente documental, 'L’amour fou' (2010), de Pierre Thoreton, en torno a las relaciones de Saint-Laurent con su socio y amante Pierre Bergé; es un filme sobre la moda, el amor y las finanzas.

Además de 'El hilo invisible', en el que Paul Thomas Anderson relata una compleja historia de amor y posesión a través de la propia concepción del diseño de moda, con una refinada puesta en escena que remite a Max Ophuls y elementos tomados de Balenciaga y de quien éste consideraba su maestro, Charles James, otro 'biopic' de alta costura muy ambicioso fue 'Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel' (2009), dirigido por Anne Fontaine y con Audrey Tautou como la diseñadora en sus primeros años de aprendizaje. 'Dior et moi' (2014) es un documental de Frédéric Tcheng que muestra las interioridades de la casa fundada por Christian Dior en 1946 durante los preparativos de una colección de Raf Simmons.

Desfiles y modelos

Los retratos del mundo de la moda desde la ficción casi siempre han sido realizados en clave cómica y desmitificadora. En su comedia coral 'Pret-a-porter' (1994), trufada de estrellas y famosos (Julia Roberts, Sofia Loren, Marcello Mastroianni, Kim Basinger, Jean-Paul Gaultier, Helena Christensen, Lauren Bacall), Robert Altman diseccionó con bastante mala uva las ambiciones de los diseñadores, modelos, fotógrafos, periodistas y famosos durante la esperada presentación de las nuevas colecciones en París.

'El diablo viste de Prada' (2006), con Meryl Streep como antipática directora de la revista de moda más influyente del planeta, resulta menos acre. Ben Stiller hizo una divertida gamberrada a costa del egocentrismo y hedonismo de los modelos masculinos en 'Zoolander' (2001), de la que dirigió una menos inspirada continuación en el 2016. El duelo de modelos protagonizado por Stiller y Owen Wilson, y arbitrado por David Bowie, es antológico.

Pero es la comedia musical y romántica 'Una cara con ángel' (1957), en la que Stanley Donen narra la historia de una joven introvertida (Audrey Hepburn) convertida en cotizada modelo por un fotógrafo (Fred Astaire), uno de los mejores filmes sobre este universo de apariencias, verdades y mentiras. Su visión extremadamente colorista de las dependencias de una revista de moda o las sesiones fotográficas contrasta con los tristones ambientes existencialistas de París que recorren los personajes.

El reverso psicótico, oscuro y violento lo proporcionaría Nicolas Winding Refn con la extrema 'The neon demon' (2016), en la que la joven encarnada por Elle Fanning llega a Los Ángeles con la obsesión de convertirse en supermodelo, pero sus actos, y los celos y ambiciones de las demás, acabarán convirtiéndolas a todas en protagonistas de una pesadilla.

Diseños para Hollywood

Entre pasarela y pasarela, los maestros del hilo y la aguja han tenido tiempo para diseñar vestuarios en grandes producciones cinematográficas. Saint-Laurent vistió a Claudia Cardinale y Capucine en 'La pantera rosa' (1963), a Romy Schneider en 'Inocentes con manos sucias' (1975) y a Catherine Deneuve en 'La sirena del Mississippi' (1969) y 'El ansia' (1983). Balenciaga, muy ecléctico, hizo diseños para el poeta y cineasta experimental Jean Cocteau en 'El testamento de Orfeo' (1960) y atavió a Sara Montiel en 'Pecado de amor' (1961). Eve Marie Saint lució uno de sus trajes estampados en 'Con la muerte en los talones' (1959) de Alfred Hitchcock.

Jean-Paul Gaultier ha trabajado en varias ocasiones para Pedro Almodóvar: los protagonistas de 'Kika' (1993), 'La mala educación' (2004) y 'La piel que habito' (2010) lucen sus provocadores vestuarios, pero también se ha mostrado creativo en títulos de género fantástico o de ciencia ficción como 'El quinto elemento' (1997) de Luc Besson y 'La ciudad de los niños perdidos' (1995) de Jeunet y Caro; creó el entramado de díscolos trajes de 'El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante' (1989), de Peter Greenaway.

Coco Chanel estuvo más ligada a autores de vanguardia: colaboró con Cocteau y Jean Renoir y participó en el fascinante universo estético de 'El año pasado en Marienbad' (1961) de Alain Resnais. Christian Dior diseñó los trajes de Marlene Dietrich en la hitchcockiana 'Pánico en la escena' (1950) y, con menos glamur, algunos de Marisol en 'Marisol rumbo a Río' (1963).

Otro vasco, Paco Rabanne, ideó el vestuario galáctico-pop-psicodélico de 'Barbarella' (1967). Tom Ford, que en el 2008 hizo la ropa a medida de Daniel Craig para una de las entregas de la serie de James Bond, 'Quantum of Solace', es el único diseñador de moda tentado por la dirección cinematográfica: hasta la fecha ha realizado dos interesantes películas, 'Un hombre soltero' (2009) y 'Animales nocturnos' (2016), en las que se nota de dónde procede no tanto por las temáticas sino por el concepto general de diseño y puesta en escena. 

'Top models' al cine

La trayectoria en cine de Ford es, de momento, mucho más interesante que los discretos devaneos de algunas 'top models' y modelos masculinos (Cindy Crawford, Naomi Campbell, Elle McPherson, Andrés Velencoso, Jon Kortajarena, Rosie Huntington Whiteley, Kate Upton, Cara Delevingne) por la pantalla. La que ha consolidado una mayor filmografía como actriz es Milla Jovovich, capaz de ser Juana de Arco a las órdenes de Luc Besson y la aguerrida heroína de la saga 'Resident Evil'.

 El caso más desconcertante es el de la alemana Claudia Schiffer, que en 1997 se puso a las órdenes del provocador Abel Ferrara en el thriller mental y fracturado 'Black Out (Oculto en la memoria)': la bella y la bestia. La modelo Gal Gadot (Miss Israel en 2004) es la que mejor ha aprovechado el paso de las pasarelas a los platos con croma verde gracias al exitoso personaje de Wonder Woman.

'Fashion' films

> No son espots, sino cortos narrativos, y van más allá en el terreno audiovisual de la simple promoción de productos. Gozan ya de festivales propios en ciudades como Berlín, Londres, Madrid, Barcelona, Buenos Aires o la californiana San Diego. Wes Anderson ha rodado una delicia para la firma Prada, 'Castello Cavalcanti' (2013), ambientado en un pueblecito italiano en los años 50. Roman Polanski y Agnes Vardà son otros cineastas tentados por la fantasía 'fashion', así como Tom Ford y el diseñador Karl Lagerfeld.

El género cuenta ya con su 'enfant terrible', Matthew Frost. En uno de sus cortos, titulado precisamente 'Fashion Film' (2013) y protagonizado por Lizzy Caplan ('Masters of Sex'), se ríe de las propias convenciones y estereotipos de la moda y la manera de promocionarla. En otro, 'Aspirational' (2014), con Kirsten Dunst interpretándose a sí misma, pone en duda la obsesión por los selfie e Instagram. Frost ha dirigido también cortos más ortodoxos y vaporosos, caso de 'Slow otion' (2013), con Cate Blanchett y producido por 'Vogue'.