CONCIERTO

Eels, en busca de la belleza

Mark Oliver Everett presenta este miércoles en la sala Barts 'The deconstruction', un disco contra todo lo feo del mundo

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Juan Manuel Freire

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"El mundo se está volviendo loco. Pero si la buscas, todavía hay belleza esperando a ser encontrada", escribe Mark Oliver Everett, también conocido como 'E', o 'el tipo de Eels', en la hoja de prensa de 'The deconstruction', su último álbum. Lo presenta este miércoles, día 11, posiblemente el día más denso en conciertos en la historia de Barcelona, en la sala Barts (21.00 h.; entradas agotadas).

Ya desde la propia nota de prensa, 'The deconstruction' parece uno de los proyectos más desvergonzadamente bonitos de una banda que guarda en su haber delicadezas melancólicas como 'Electro-shock blues' y 'End times', pero también discos de un aullido rock ácido, como el explícitamente titulado 'Hombre lobo'. Everett aprueba el adjetivo 'bonito'. "¿Por qué no?", dice. "Me gusta lo bonito".

Música como terapia

No es la primera vez que Everett utiliza la música como terapia; como herramienta para dar orden a la vida y quizá incluso embellecerla. En el mentado 'Electro-shock blues' trataba de asimilar la pérdida de su hermana y el cáncer de su madre. Aquí no se trata tanto de digerir tragedias personales como de combatir el caos global con música. "Lo que mejor me sale es hacer canciones", dice Everett en conversación telefónica. "Mi trabajo es hacerlas tan buenas como sea posible. Pero si, además de buenas, son útiles, todavía mejor".

Everett pone como ejemplo 'Today is the day', estelar canción power-pop sobre la posibilidad de cambiar, dejar atrás esos hábitos que no conducen al crecimiento personal: "Hoy es el día, empieza aquí/ No tengo nada de lo que preocuparme ya", canta en el tema. "Si puedo hacer que alguien deje de perder el tiempo y haga eso que lleva tanto tiempo pensado en hacer... ¡Eso sería maravilloso!".

Nunca pares de no parar

Controlar el caos del mundo es misión imposible, pero uno puede controlar el modo en que observa el mundo. "Pienso mucho sobre ello", dice Everett. "Sobre todo se nota en la última canción del álbum". Se refiere a 'Our cathedral', en la que canta "y me duele/ pero sanará/ no pueden decirnos cómo sentirnos". "Me encanta ese verso; creo que resume el espíritu del disco. Nadie, tampoco los políticos, puede decirte cómo debes sentirte. Y puedes elegir no sentirte mal sobre las cosas".

En la intensa 'Sweet scorched Earth', E se atreve a mezclar claramente pop y política: "Hay veneno en los corazones de hombres amargos/ Que quieren ver cómo el mundo se acaba", canta en ella. "No me gusta mezclar esas dos cosas que dice usted –cuenta–, pero ¿no es inevitable ahora mismo?".

Si hay un tema en el álbum 'The deconstruction', es en realidad la construcción. O la resistencia: esa afán de supervivencia del ser humano que conduce a milagros como el rescate de la cueva de Tailandia. "No soy un experto en esos temas", admite el artista. "En realidad soy el más indicado para decirle a la gente cómo sentirse mejor. Creo que, en cierto modo, si escribo estas canciones es para recordarme a mí mismo que hay que seguir".

Sus otras labores

Cuando le pregunto si no podría ser este, en lo rítmico, su disco más 'groovy' desde el lejano 'Beautiful freak', calla por unos segundos. "Bueno, 'Tomorrow morning' también era bastante upbeat. En realidad no sé cómo poner las cosas en palabras, mi evolución ni nada de eso".

Palabras demasiado humildes para un hombre que cautivó a medio mundo con sus memorias, 'Cosas que los nietos deberían saber', todo un 'best-seller' en nuestro país. ¿Habrá segunda parte? "No lo sé, pero desde luego, podría ser. Pensé con que ese libro daba un portazo al drama de mi vida, pero con lo que he pasado en los últimos diez años podría escribir otro volumen cargado de acción y drama".

Como tipo carismático que es, E ha sido solicitado como actor. Hacía de padre rockero en 'Love', la anti-comedia romántica de Netflix. "Ha sido muy divertido trabajar en esa serie", asegura. "De hecho, solo volvería a actuar si me prometiesen que iba a pasarlo igual de bien".