La recuperación del patrimonio fotográfico catalán

Detectives de la fotografía

Colectivos de investigadores bucean en el patrimonio ante la pasividad de las administraciones

Ricard Marco y Mariano Rodríguez, con los negativos de Francesc Boix.

Ricard Marco y Mariano Rodríguez, con los negativos de Francesc Boix.

ERNEST ALÓS
BARCELONA

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El redescubrimiento de las fotografías que se había llevado al exilio Francesc Boix, el heroico fotógrafo y militante comunista catalán que burló a las SS en Mauthausen, fue noticia la semana pasada. Aún anónimas, llevaban tres años a la venta sin que ninguno de los museos o archivos públicos catalanes quisiera o pudiera comprarlas. La Comissió de la Dignitat, por suscripción popular, las adquirió por 7.500 euros, y junto con el colectivo Foto Connexió consiguió identificar a su autor. Un ejemplo de lo que está sucediendo en tantos otros casos ante la inexistencia de una política pública de conservación, investigación y difusión del patrimonio fotográfico.

Por muchos informes que haya encargado la Conselleria de Cultura tras la conmoción que supuso elcaso Centelles, la iniciativa de colectivos y estudiosos está supliendo el trabajo de la Administración a la hora de exhumar el pasado fotográfico del país: otra cosa es llegar al público a través de exposiciones, documentales o publicaciones. Allí es donde la ausencia de la Administración, y las resistencias de distintos archivos a sumar esfuerzos y dejar de considerar sus fondos como su tesoroparticular, sigue haciéndose notar.

3.222 FOTÓGRAFOS DEL XIX / El colectivo Fotoconnexió, por ejemplo, nació en el 2011 y reúne ya a 50 expertos: fotógrafos, archiveros, historiadores, cuadros medios de instituciones públicas que dedican su tiempo libre (también colabora el director del cada vez más abierto Arxiu Fotogràfic de Barcelona, Jordi Cercs), jóvenes doctorandos... Entre sus primeros proyectos está también la próxima exposición (financiada porcrowdfunding) sobre el centenario estudio fotográfico Daguerre de Sants. O los talleresFotos en conservasobre historia, conservación y documentación de la fotografía. O el apoyo a la iniciativa de Jep Martí, el director del Arxiu Municipal de Valls, autor de un proyecto digno de un departamento universitario o un museo nacional: el primer inventario de los fotógrafos del siglo XIX en España, Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Hasta el momento, 3.222 fichas de fotógrafos profesionales o aficionados activos entre 1839 y 1900, que se pondrán a consulta del público en la web de la asociación a finales de año. Aunque se trata de un proyecto «100% personal», Martí cree importante que esté accesible en internet para «se puedan aportar más datos y corregir posibles errores».

En el futuro, otros proyectos están sobre la mesa, explica Ricard Marco, vicepresidente del colectivo y técnico fotográfico de la Biblioteca de Catalunya, como una guía fotográfica de Barcelona por realidad aumentada y un léxico fotográfico que mejore el del Termcat.

Hay otros colectivos muy activos, como Arqueologia del Punt de Vista (Ricard Martínez, Isidre Santacreu y Natasha Christia, con proyectos sobre Oriol Maspons y Agustí Centelles) o que trabajan aspiran a darle una sacudida importante a la historia de la fotografía catalana, como el Observatori de la Vida Quotidiana y su proyectoLa imatge velada, con un documental en proceso de producción que se benefició de las últimas subvenciones de la partida del Gobierno español para la memoria histórica pero al que aún le falta un empujón financiero, y del que podrán salir también un libro, una exposición y una web.

Para sus responsables, los documentalistas Andrés Antebi (antropólogo), Pablo González (historiador) y Laia Manresa (guionista), la imagen velada es la de toda una generación de fotógrafos cuyo trabajo fue borrado del mapa en 1939. Hay muchos que aún esperan la reivindicación que a Centelles le llegó, aunque tarde. Como Gabriel Casas, que para Antebi es «diferente, especial» y cuya biografía tienen casi lista pero congelada, en parte a causa del eterno retraso de la exposición que le debe a este genio el Arxiu Nacional de Catalunya. «Hay un patrimonio oculto: es increíble que a estas alturas vayamos a entrevistar a familias de fotógrafos y digan que somos los primeros», explica Antebi. Llevan ya 130 fotógrafos, desde desconocidos a nombres como Sagarra o Torrents que aún esconden muchas sorpresas.

El enfoque deLa imatge velada es trazar la biografía colectiva de toda una generación y sus relaciones de influencia, colaboración y competencia. «No hay ninguno que trabaje solo; ¿se puede estudiar a Brangulí sin Claret, que le hacía las fotos de deportes?», apunta González. El vaciado de publicaciones y archivos aún poco explorados no deja de ofrecer nuevas informaciones. «El archivo de la Administración de Alcalá de Henares es el mayor fondo de fotografía catalana», explica Antebi. Allí acabó gran parte de la requisa de archivos de la posguerra.

Pero la vitalidad asociativa en el campo de la fotografía no se limita a las investigaciones sobre el patrimonio. El ejemplo más clamoroso es el festival de fotografía documental Circuït 2013. La cita, llamada a tomar el relevo de la desaparecida Primavera Fotogràfica, ha sido impulsada por la fundación Photographic Social Vision, presidida por Sílvia Omedes, y tendrá al menos una segunda edición, con la italiana Arianna Rinaldo, directora de la revistaOjodePezcomo comisaria internacional. Una determinación que ha podido anunciarse aun sin saberse si el Ayuntamiento de Barcelona mantendrá su apoyo al festival gracias a que la iniciativa, los espacios y la mayor parte del presupuesto de este evento son privados o vinculados al colectivos fotográficos, galerías muiy activas, el centro Creació de Fotografia Documental, que desde su local de la calle Fontrodona combina actividades de formación, de difusión y de investigación, la revista de fotografía documental y plataforma de fotoperiodistas emergentesPieldefotoo el colectivo Ruido Photo, que publica la revista7.7.