OTROS ESCENARIOS POSIBLES

"¡Defended la música de calle!"

La Bandarra Street Orkestra recorrió las calles y mercados de Bellvitge convocada por el festival Meéec! de L¿Hospitalet

La Bandarra Street Orkestra, en el Gornal

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Nando Cruz

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La avenida de Carmen Amaya está prácticamente desierta el sábado al mediodía. Una patrulla de testigos de Jehová buscando clientes, una pareja pelando la pava a la sombra, un vecino desenfundando la jaula del jilguero para que le dé el sol, algunas mujeres con el carro de la compra y poco más. De repente, dos furgonetas se detienen junto al Mercadona. Bajan dos, tres, seis, ocho, diez, doce… ¡quince hombres y una mujer! Descargan tambores, timbales, trompetas, trombones…

La Bandarra Street Orkestra llega de Tarragona con una misión: alegrar el día al vecindario del Gornal. Es el encargo que ha recibido del festival Meéec! nacido en el 2017 para fomentar la música callejera de las brass bands coincidiendo con las Festes de la Primavera de L’Hospitalet de Llobregat y llevar la música a los barrios de la ciudad. No les va a costar mucho animar al personal. En cuanto el director de la banda pide cooperación a la primera mujer que se le pone a tiro descubre a una gran aliada. Es la señora Teresa, que le agarra el micro y, mirando hacia las ventanas de los bloques, exclama: "¡Vamos Gornal, bajad a la calle! ¡A disfrutar de las fiestas de primavera!".

La señora Teresa está que se sale. La banda toca una versión del I want it all de Queen y ella se arranca a bailar con los brazos en alto y bajando el cucu hasta casi el suelo. La gente se va acercando atraída por la música. Ese hombre con aspecto de jubilado pausado bate palmas al son de los tambores. Las amigas de la señora Teresa se animan también a bailar. La entrada del súper ya está colapsada. Dos perros desconformes intentan morder los tobillos al trompetista.

La Bandarras es una banda nacida para estar en movimiento.  Más de cinco minutos en el mismo punto y se convierten en estatuas de sal, así que tras despedirse de la aliada Teresa dedicándole el pasodoble Tres veces guapa, se aleja por los bloques del Gornal al son del Oh, Carol del Dúo Dinámico y del Visa para un sueño de Juan Luis Guerra. Los perros, por cierto, se han acostumbrado ya al estruendo de la banda y se suman al paseo a una distancia prudente.

Trombones en el puente

Hay que cruzar la vía del tren y el sol ya atiza de lo lindo. ¡Qué pereza! Pero no queda otra. Hay que subir a ese puente sin techo que cada día tienen que atravesar los vecinos de Bellvitge. La banda pide dos voluntarios para que carguen el carro con el altavoz. Eso está hecho. Se presentan dos jóvenes. Ella, con camiseta de colla de diables del barrio. Él, con camiseta de Obrint Pas muy adecuada para liderar la marcha. Cuando lleguen al otro lado de la vía tendrán que recorrer un tramo en silencio porque la Banda Amics de la Música de Bellvitge ha empezado ya su actuación en la glorieta del paseo del mercado viejo. L’Hospitalet está de fiesta y la música ha salido a las calles con tanto ímpetu que se están produciendo atascos de orquestas.

Para no perder tiempo, la Bandarras se instala ante la biblioteca de Bellvitge y hermana el Despacito de Luis Fonsi con el Zombie de Cranberries. En el parque de al lado un jubilado realiza sus ejercicios rutinarios pedaleando sentado en un banco. La banda y su séquito se acercan a él. "Tengo 83 años", informa al público. Y la orquesta se arranca con el tema principal de la película Rocky. Por un momento, el hombre duda de si sigue en el barrio o si ha cruzado ya al otro. Pero todo es real. La música, su pedaleo y los aplausos que recibe al final. Y ojo, porque ese jubilado es José Moreno, exfutbolista del Sants y árbitro retirado de Primera División. ¡Ese hombre pitó a Quini!

Bailando en la calle

La Bandarras sigue su periplo cruzándose niños, adultos y ancianos que, sorprendidos por la escandalera, se marcan espontáneos pasos de baile. Es imposible simular que no has visto a estos 16 tipos con camisetas de color naranja capitaneados por otro con falda que, más que como un director de orquesta se comporta como un domador de leones gamberro. Por cierto, ¿qué es ese edificio al otro lado de la Rambla de la Marina? ¿El mercado nuevo? ¡P'adentro!

La locomotora naranja funciona ya a pleno rendimiento. Acaban de echar más madera a la caldera: un clásico de Skatalites. "¿Cómo va la compra? ¿Qué tal el conejo?", pregunta el domador de la brass band mientras los músicos soplan trombones y trompetas a todo tren. Las dependientas de la frutería Ramón Puig están on fire, bailando acompasadas como si fueran parte del espectáculo. La jefa de la cansaladeria Los Rayos saca una botella de cava; obsequio para esta pandilla de bandarras que ha alegrado la mañana. "¡Ojalá todos los mercados fuesen como este!", exclama el domador de la banda.

Al final del pasillo hay un tipo con camiseta de La Polla Records. Es la del disco Toda la puta vida igual. Acaba de comprar pescado. Tiene el semblante serio y la mirada perdida. Se acerca sorprendido por el bullicio. La banda se arranca con Txus, clásico punki etílico de La Polla Records. En cuanto el domador bandarra divisa a lo lejos al tipo con camiseta de La Polla se acerca hasta él y le acerca el micro. Cantarán juntos, mejilla con mejilla, el resto de la letra. Momentazo.

Marvin Gaye en el metro

Se hace tarde y aún queda trayecto. Pero, ey, ¿no podríamos tomar el metro? ¿Los 16? ¿Y con el séquito de bandarras que ya no se les despega? ¿Por qué no? ¡Al metro! En cuanto suben al vagón, alguien propone lo que todos piensan: "Tocaros algo, ¿no?". Y en las cuatro paradas que hay desde Bellvitge hasta Florida interpretan el Sexual healing de Marvin Gaye en clave Nueva Orleans tal y como lo reconvirtió la Hot 8 Brass Band. Otra escena inolvidable. Y van ya…

El tiempo se les ha echado encima y el último trayecto hasta la plaza de la Llibertat lo harán sin música y a toda prisa. Allí les esperan seis orquestas más que han llegado a pie, en metro o en bus desde distintos puntos de la ciudad: Santa Eulàlia, Collblanc, La Florida, Can Serra... Hay cerca de cien músicos. Los alumnos de la escuela Ernest Lluch y la Escola Municipal de Música de L'Hospitalet ya suman 50. Y además, la Balkan Paradise Orchestra, la Orquestra de Ermesinde, la Always Drinking Marching Band, la Ali BaBrass y Diga’ls-hi Inquiets. Tal vez el Meéec debería considerar rebautizarse como Meeééeec!!

El domador de los Bandarras descorcha la botella de cava. Un hombre abraza a su amigo por el cuello, mira al cielo y exclama: "¡Pero mira qué día hace hoy!". No hay ni una nube. Tantos vientos las han ahuyentado. Todos los músicos se unen en un número final que adapta al sonido Nueva Orleans el Shape of you de Ed Sheeran. El maestro de ceremonia clausura la segunda edición del Meéec! con una petición: "Defended la música y, sobre todo, la música de calle". Dicho lo cual, se aleja calle arriba pedaleando en su monociclo.