REVISIÓN DE UN CLÁSICO DEL XX

David Selvas se atreve con la mayúscula 'Àngels a Amèrica'

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Marta Cervera

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David Selvas se atreve con ‘Àngels a Amèrica’, una ambiciosa y premiada obra sobre los estragos del sida en los años 80 de Tony Kushner (Nueva York, 1956). “El texto abre en canal la sociedad norteamericana de aquella época”, apunta Selvas cuya producción en el Teatre Lliure de Montjuïc permitirá ver por primera vez en Catalunya la versión completa, y afortunadamente reducida a la mitad de sus ocho horas originales, de este díptico compuesto por ‘S’acosta el mil.lenni’ y ‘Perestroika.

Estrenada en San Francisco en 1991 la primera parte y en 1992 la segunda, en Los Ángeles, muchos la conocen también por la miniserie televisiva dirigida por Mike Nichols en la que participaron Al Pacino y Meryl Streep, entre otros. Este será el último trabajo al que se enfrente la Kompanyia Lliure como tal. Sus jóvenes intérpretes -Joan Amargós, Quim Àvila, Clàudia Benito, Raquel Ferri, Eduardo Lloveras, Joan Solé y Júlia Truyol- representan la mayoría de los papeles junto a tres veteranos: Òscar Rabadan, Pere Arquillué y Vicky Peña. Estos últimos todavía recuerdan el primer montaje que Josep Maria Flotats dirigió en la Sala Tallers del TNC en 1996 de la primera parte, ambientado en un cementerio judío. Y también  los comentarios en plena época pujolista sobre el beso que dos actores, hombres, se daban en escena.

Arquillué interpretó entonces a Prior Walter, joven enfermo de sida, enfermedad incurable en aquella época. Ahora Arquillué representa a Roy Cohn, uno de los pocos personajes reales de la pieza, abogado conservador que fue brazo derecho del senador McCarthy y gay encubierto. "Cohn, de hecho, fue uno de los asesores de Donald Trump al principio de su carrera, algo importante a tener en cuenta hoy", destaca Selvas.

Las funciones arrancan este jueves con la primera parte. La segunda se verá al día siguiente y ambas se irán alternando. El fin de semana se podrán verse una tras otra el mismo día, con un descanso. Cada parte tiene una duración de unas dos horas después de la 'poda' del texto. "Es una versión que condensa y concentra lo esencial", afirma Albert Arribas, responsable de la traducción.

"En esta obra se junta tdo, va del puritanismo más absoluto a la homosexualidad vivida en libertad; de lo divino a lo terrenal"

“Hacemos una lectura actual, desde el 2018 con la magnífica maquinaria escénica del Lliure”, añade Selvas quien define   ‘Àngels a Amèrica’ como “un culebrón metafísico de la sociedad de los años 80". Y añade: "En ella se reúne todo. Va de lo más general al detalle; muestra el puritanismo más absoluto a la homosexualidad vivida en libertad; va de lo divino a lo terrenal y del miedo a la valentía”. Para mostrarlo ha optado por una escenografía abierta, diseñada por Max Glaenzel, con los cambios a la vista del público en un espacio en continua transformación. Las acciones en escena se superponen con proyecciones de video en tiempo real y filmaciones. "Las posibilidades técnicas han evolucionado y dan mucho más juego", afirma Selvas para quien todo ello facilita trasladar a escena un texto donde se mezcla realidad y ficción, historias cotidianas y apariciones de ángeles.

'Àngels a Amèrica' contribuyó a poner el foco en una enfermedad que había sido ignorada por la administración de Ronald Reagan. El presidente de EEUU entonces prefirió esconder bajo la alfombra un problema por considerarlo solo un problema de homosexuales y drogadictos. 

“La obra muestra la necesidad de cambio en el ser humano como única esperanza”, dice el director. Una banda sonora repleta de éxitos ochenteros de Eurythmics, New Order, Queen (por supuesto), Madness y David Bowie contribuye a ambientar el complejo magma de esta monumental obra que pone de relieve las contradicciones del ser humano. “La gente no debería perdérsela. Es uno de los clásicos del siglo XX”, declara Arquillué.

“El sida en los 80 estaba estigmatizado como lo están todavía las enfermedades de transmisión sexual”, destacó Selvas. Para sensibilizar sobre el problema y la todavía falta de visibilidad de la enfermedad el 20 de noviembre se realizará una función solidaria de ‘S’acosta el mil.lenni’. La recaudación de ese día se destinará a la Fundació Lluita contra la sida.