CRÓNICA DE CONCIERTO

Dani Martín, hoy como ayer

El antiguo líder de El Canto Del Loco se autoafirmó en una noche de revival en el Sant Jordi

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Juan Manuel Freire

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La nueva gira de Dani Martín es una que, hace tiempo, al parecer, creyó que nunca haría, porque estaba peleado con el repertorio de El Canto Del Loco. Pero un día decidió darse permiso para hacer cosas a las que se resistía: recuperar los aires punk de su viejo grupo, aparcar un poco la "moñería" de su época en solitario, y, simplemente, 'volver a disfrutar', como se llama la canción de ECDL con la que arrancó en el Sant Jordi.

No solo gente que ronda la edad de Martín (40 años) acudió el sábado a escuchar temas como ese, que un día fueron ubicuos y son considerados generacionales por un amplio sector de la población. El público (14.200 personas, según datos de la promotora TheProject) era absolutamente intergeneracional: había desde gente que, en el momento de 'La madre de José', pudo ser por edad la dicha madre de José, hasta niños que no deben acabar de entender de qué trata esa canción.

El Canto ya pasaron del popular tema en su último concierto en el Sant Jordi, en diciembre del 2009. Martín también paso de ella, pero no de 'La suerte de mi vida', 'Peter Pan', 'Contigo' (cantada a medias con un supuesto espontáneo), la estupenda rodaja power pop de 'Insoportable', la casi ramoniana 'Besos', 'Volverá' o una 'Ya nada volverá a ser como antes', prologada con una larga intro hard rock.

Muy metido en su invocación de viejos tiempos eléctricos, Martín azuzó a su público de forma implacable, lanzando órdenes sin descanso como un hiperactivo monitor de 'spinning': "¡palmas!", "¡quiero más palmas!", "¡arriba las putas manos!", "¡cántame, Barcelona!". El público acató esta última orden a conciencia, coreando tanto los temas antiguos como el recién salido del horno 'Dieciocho', tema principal de esta gira con ADN de 'stadium pop' marca Coldplay.

Hubo un momento en que Martín se puso solemne y aseguro sentirse catalán. "Me siento como todos vosotros", dijo. "Ojalá la palabra cariño, el entendimiento, gane a toda la demás mierda del mundo. Porque lo que más me siento es un ser humano". 

Balada con 'El Drogas'

A la altura de 'Que se mueran de envidia' no subió al escenario Carla Morrison, sino un par de amigos de Martín, Santi Balmes y Julián Saldarriaga, cantante y guitarrista de Love Of Lesbian. El otro invitado estelar fue Enrique Villarreal, alias 'El Drogas', de Barricada, curiosamente no solicitado para un tema rock sino para el baladón 'Qué bonita la vida'.

Al principio del bis, y antes de atacar 'Tal como eres' solo a la guitarra acústica, Martín hizo un 'recap' de cómo ha llegado hasta aquí. Recordó cómo, hace 22 años, estando en el salón de casa de sus padres, soltó, muy seguro, "voy a montar un grupo". Habló sobre la poca habilidad de algunos de sus primeros músicos, como su primera batería. "Bueno, el batería de El Canto tampoco era muy buen batería, siento comunicar", añadió para la inquietud generalizada. Cerca del final de la historia, que incluyó referencias afectuosas a todos sus viejos compañeros de grupo (menos al batería), nos recordó: "El Canto me lo inventé yo".

Antes del éxtasis definitivo con 'Zapatillas', la querida 'Emocional' fue partida por la mitad para incorporar un popurrí de Serrat, Sabina, Green Day, Ramones, Nirvana, Soundgarden, Extremoduro… "¡Haced siempre lo que os dé la gana!", gritó Martín en pleno desfile de influencias. Noche de liberación y autoafirmación para el astro pop-rock madrileño.