Dakota Johnson: «El rodaje fue intenso, excitante y terrorífico»

Hija de Melanie Griffith y Don Johnson, su primer papel en el cine, con 10 años, se lo brindó su padrastro, Antonio Banderas. A los 25, tras dejar huella en La red social (2010), Dakota Johnson se destapa en la adaptación de la trilogía erótica superventas Cincuenta sombras de Grey, que se estrena mañana en cines, donde encarna a Anastasia Stelle, que tiene una tórrida relación con un rico y guapo amante de gustos sadomasoquistas.

-¿Por qué se involucró en este proyecto?

-Porque es una intensa historia de amor. Anastasia es frágil y vulnerable pero esconde una gran fuerza. Tenía curiosidad por experimentar eso.

-¿Qué sintió durante el rodaje?

-Fue terrorífico, intenso y muy excitante. La idea de hacer un desnudo y las escenas de sexo me daban escalofríos pero me sorprendió que una vez que te concentras en el trabajo se te van los miedos. Creí que iba a estar mucho más nerviosa pero fue lo contrario.

-¿Cuál fue el momento más intenso? 

-El final. Emocionalmente fue un gran desafío.

-La directora filmó las escenas más explícitas al final. ¿Afectó a su interpretación?

-Me dio tiempo para conocer mejor a Jamie [Dornan, el actor que encarna a Christian Grey], a la directora y al resto del equipo. Era importante confiar más en ellos y entender dónde necesitaba que me protegieran o ayudaran. No importa cuánto te prepares, al final, donde descubres y aprendes todo es cuando estás trabajando en la película. Para esas escenas extremadamente explícitas y emocionales fue muy importante para mí entender al personaje y acceder a sus emociones.

-¿Qué opinión tiene de Anastasia?

-Me parece una joven con una gran seguridad en sí misma. La pérdida de la virginidad es seguramente uno de los momentos más profundos en la vida de una mujer. Ella lo experimenta con una gran fuerza y sentido del honor. Eso es algo que admiro y por eso quería hacer que las mujeres sientan que está bien ser así.

-¿Qué ha cambiado en usted desde que la interpretó?

-Me siento más fuerte y segura de mí misma, sobre todo hablando en público de tu trabajo una y otra vez.  He aprendido a vivir el momento.

-¿Cuándo supo que sería actriz?

-Desde siempre. Crecí en los platós de rodaje de mis padres. Para mí estar entre cámaras, eléctricos, carpinteros, maquilladores y observando a mis padres y a los otros actores era algo natural. No fue una decisión premeditada, era lo mío. En el colegio sabía que eso también era mi vida, estudiar, aprender otras cosas. Siempre me interesó el arte, la pintura y todo lo relacionado con la expresión visual, pero al acabar supe que iba a dedicarme a la interpretación.

-¿Cómo reaccionaron sus padres al saber que haría esta película?

-No les dije nada antes de aceptarlo. Tanto mi abuela (Tippi Hedren) como mi madre (Melanie Griffith) han interpretado papeles que en su día se consideraron arriesgados y que han dejado una profunda marca en el cine. Ellas me han apoyado en todo. Saben que es parte de mi trabajo, eso no significa que vaya a hacer este tipo de papeles siempre.

-¿Y su padre?

-Me apoyó al 100%, pero no piensa verla, nadie de mi familia la verá, no querría que lo hicieran (risas).

-Los actores de famosas dinastías de actores no siempre lo tienen fácil en Hollywood. ¿Es su caso?

-Crecer bajo la atenta mirada del público por pertenecer a una familia famosa es difícil sobre todo si en tu familia hay problemas, porque todo el mundo lo sabe y opina. Para un niño eso es terrible. Pero por otra parte es lo que me ha hecho madurar, ser fuerte e independiente y no valorar demasiado la opinión de los demás, porque un día te ponen en la cima y al siguiente te destruyen.

-¿Le han ayudado a abrir las puertas de Hollywood? 

-Algunas. Pero cuando la oportunidad se te presenta, tienes que estar preparada y darlo todo, solo con el nombre no vas a ninguna parte. Quise hacer esta película para que no siempre se piense en mí como la hija de mi madre o mi padre.