CRÓNICA

Imagine Dragons, épica rockera 'millennial'

El grupo de Las Vegas impactó a sus fans en un Palau Sant Jordi lleno con su repertorio invasivo, asentado en su nuevo disco, 'Evolve'

zentauroepp42818501 barcelona  spain   april 06   dan reynolds of imagine dragon180407161124

zentauroepp42818501 barcelona spain april 06 dan reynolds of imagine dragon180407161124 / periodico

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ahora que tanto se habla de la desconexión de las nuevas generaciones con el rock y se sugiere que las guitarras y baterías son instrumentos de museo, vienen Imagine Dragons y llenan el Palau Sant Jordi de público joven. La realidad puede desbordar a veces ciertos diagnósticos exagerados o precipitados. Y como pudimos comprobar este viernes, al grupo de Las Vegas y a su estética grandiosa no hay nada que les siente mejor que un enorme pabellón repleto de fans dispuestos a cantar sus himnos de pe a pa.

Canciones en las que se funde una habilidad por el estribillo invasivo, a veces con un descaro pop, y la aparatosidad rockera, y el dinamismo y el sermón. En el Sant Jordi, Imagine Dragons quisieron divertir y concienciar al mismo tiempo, invitar a dar botes y a compartir una épica con ambición trascendente. Se valieron en buena medida de su nuevo disco, el tercero, ‘Evolve’, del que salieron las dos eficaces canciones que abrieron la noche, ‘I don’t know why’ y ‘Believer’. Dragons dinámicos y resultones, guitarreros y electrónicos, y con eslóganes un poco efectistas para compartir.

Danielito en acción

Pero el grupo aspira a algo más que a reflejar el espíritu de un rock contemporáneo abierto de miras, receptivo a la ampliación tímbrica (‘Gold’, con los músicos manejando tambores), al exotismo (‘Start over’) o al hip-hop (‘Thunder’, detonación a dúo con K. Flay, telonera de la noche). A Dan Reynolds, el cantante, que se presentó como “Danielito” y recitó en castellano unos versos de José Martí (“yo soy un hombre sincero / de donde crece la palma…”), le van las parrafadas sobre “el amor, la paz, la igualdad…”, así como confesar debilidades anímicas (pidió no estigmatizar la depresión, enfermedad que dijo haber sufrido) y hacer, en fin, del concierto algo más grande, una experiencia emocional colectiva. Escuela Bono, incluidas las atmósferas místicas en ciertos parlamentos o en la recogida versión de ‘Three little birds’, de Bob Marley.

En otras piezas nuevas, como ‘Whatever it takes’, o ‘Mouth of the river’, la banda desplegó un rock con vocación de sacudir cuerpos y almas, como una versión más física de Coldplay, realzada por el énfasis vocal de Reynolds, o como unos The Killers predispuestos al himno: ese ‘Yesterday’ heredero de los cánticos marciales de Queen. En fin, no todo su repertorio es memorable, pero en ‘hits’ como ‘Demons’ o la colorista ‘On the top of the world’ hay material que explica su actual tirón. Lo remataron, tras una excusión acústica, en unos bises culminados por ‘Radioactive’, la canción con la que comenzó una historia de éxito que ya veremos cómo sigue. Por ahora, Imagine Dragons disfrutan de su momento llenando grandes recintos de público joven mientras se discute acerca del gancho popular del rock.