Marlango, íntimos y eclécticos

El dúo pop madrileño revisó un variado repertorio solo con voz y piano en Barts

Concierto de Marlango en la sala Barts.

Concierto de Marlango en la sala Barts. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Marlango se han referido a su nueva gira ‘Delicatessen’ como una oportunidad para saber cómo nacen las canciones del grupo: solo con el piano (Alejandro Pelayo) y la voz (Leonor Watling), sin el apoyo de batería, ni bajo, ni fuegos artificiales de ninguna clase.

En su parada barcelonesa del domingo, en la sala Barts, esta gira de registro íntimo también fue una oportunidad para recordar cómo empezó todo: arrancaron con ‘Enjoy the ride’, la primera canción que compusieron, según contó Watling estrenada en su día en Barcelona. Poco después recordaban su versión del ‘Vete’ de Los Amaya en clave de 'torch song', primera que cantaron en castellano, el idioma que los alejó del jazz para acercarlos al pop. Cómo empezó todo y cómo evolucionó.

Pelayo estuvo algo callado al principio, pero pronto se convirtió en un guía por la historia del proyecto y antes de cada canción añadió comentarios y anécdotas no exentos de ironía autoflagelatoria. La historia más divertida tuvo que ver con ‘Hold me tight’, su single del 2007. Pelayo había quedado tan satisfecho con el tema que las fantasías de éxito y consumismo (casas por todo el mundo, coches a golpe de un clic) se agolpaban en su cabeza. Entonces oyó por casualidad una pequeña canción de Coldplay llamada ‘Clocks’ y estalló la burbuja. Ese iba a ser el 'hit', esa era la buena.

PÚBLICO DEVOTO... Y SILENCIOSO

Las cosas fueron bien a Chris Martin y los suyos, pero tampoco es que Marlango se puedan quejar. Siguen grabando discos y tienen a un público devoto, como quedó claro con el silencio reinante en la sala durante toda la actuación. A esto último ayudaba que el concierto fuera con sillas, pero en serio, no es algo tan normal en Barcelona.

Además de repasar su repertorio en todas sus épocas, de la antigua ‘Nico’ al reciente single ‘Dinero’ (aquí sin Bunbury), pasando por la recibida con ruido ‘It’s all right’ y una dramática ‘Squeeze the moon’, el dúo madrileño se marcó un puñado de versiones de lo más diverso, reflejo de los múltiples vértices de su música. Alguna de ellas esperada por habitual, como ‘Creep’ de Radiohead o ‘Ay pena, penita, pena’. Otra de ellas, no tanto, aunque de moda por tristes razones: el ‘Purple rain’ de Prince.

TEMAS