CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'El secreto de Marrowbone': una fallida historia de fantasmas

Beatriz Martínez

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Un viejo caserón abandonado y un secreto que se oculta entre sus muros. Cuatro hermanos huérfanos que intentan sobreponerse a la muerte de su madre mientras todavía han de enfrentarse a las secuelas de un pasado familiar teñido por la tragedia. Estos son los elementos básicos alrededor de los que articula Sergio G. Sánchez su ópera prima tras la cámara después de haber escrito algunos de los guiones más célebres de la historia de nuestro cine reciente, entre ellos 'El orfanato' y 'Lo imposible'

Desde los primeros compases se percibe la elegancia en el trazo de una cámara que parece recrearse en la descripción de ambientes y atmósferas que pasan del bucolismo al misterio cargado de angustia malsana según va avanzando la trama, así como en la exquisita plasmación de cada pequeño detalle. Igual de minuciosa es la descripción de personajes interpretados por un estupendo conjunto de jóvenes rostros del cine indie americano

Sabemos que nos encontramos instalados dentro del modelo del cuento gótico de estirpe clásica. Sus imágenes nos transportan a través de un buen puñado de referencias que nos llevan desde obras fundamentales como 'A las nueve cada noche', de Jack Clayton hasta 'Flores en el ático' para narrar la tristeza de la etapa infantil y juvenil cuando se encuentra constreñida por el miedo y la culpa. El director sabe cómo manejar el choque entre realidad y fantasía, pero cae en la trampa del efectismo por culpa de un giro de guion un tanto trasnochado que no hace sino evidenciar las costuras sobre las que se había asentado hasta el momento la narración y que la ampulosa y enfática música de Fernando Velázquez se encarga de subrayar todavía más.