CRÍTICA DE CINE

'The wall': un muro y dos fusiles

El filme de Doug Liman ofrece una tensión obtenida con pocos recursos y un desenlace sumamente coherente

Quim Casas

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Nada que ver con la comprometida pero ampulosa The wall de Pink Floyd. Esta es minimalista: filma tan solo, pero lo hace bastante bien, a un cuerpo en un espacio. El cuerpo es el de un francotirador estadounidense. El espacio es una zona desértica de Irak y un débil muro –lo que queda de una escuela tras ser bombardeada– que lo salvaguarda de los disparos de un francotirador iraquí. Este le habla en su propia frecuencia de radio, en perfecto inglés. Le recita El cuervo de Poe y amenaza con desollarlo vivo. Una tensión obtenida con pocos recursos y un desenlace sumamente coherente.