CRÍTICA DE CINE

'¡Qué guapa soy!': un problema de apariencias

La nueva comedia de Amy Schumer muestra rechazo a los estándares que impone la industria de la belleza, pero también se echa unas risas a costa de quienes sufren confusión a causa de ellos

Nando Salvà

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La nueva comedia de Amy Schumer toma una premisa similar a la de Big (1988) para criticar una cultura empeñada en recordar a las mujeres que no tienen el cuerpo adecuado. Los directores Abby Cohn Marc Silverstein recurren al más elemental slapstick y a estereotipos sobre el aspecto físico para hacer entender a su protagonista que lo importante no es la imagen externa sino lo que hay en el interior, pero en el proceso no la dotan de interior alguno. Y si por un lado muestran rechazo a los estándares que impone la industria de la belleza, por el otro se echan unas risas a costa de quienes sufren confusión a causa de ellos.