CRÍTICA DE CINE

'Oreina (Ciervo)': en la marisma donostiarra

El filme de Koldo Almandoz pasa por distintos tonos y graduaciones, por explicar muchas cosas y por sugerir otras tantas. En sus requiebros se crece considerablemente

Quim Casas

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La acción de Oreina (Ciervo) transcurre en un paisaje donostiarra poco o nada tratado en el cine, un lugar entre marismas y polígonos industriales donde varios personajes (un joven inmigrante más o menos integrado, un pescador de anguilas furtivo, el hermano con quien no se habla) establecen relaciones cambiantes en un mundo frío como el hielo. Así son las relaciones y así las filma Koldo Almandoz en su primer largo de ficción tras el peculiar ensayo-documental Sipo phantasma. El filme pasa por distintos tonos y graduaciones, por explicar muchas cosas y por sugerir otras tantas. En sus requiebros se crece considerablemente.