CRÌTICA DE CINE

'Matar a Jesús': calles que sangran

La intensidad y la cruda energía que su cámara exhibe al transitar las calles de Medellín logran compensar buena parte de sus carencias

Nando Salvà

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¿Cómo reaccionaría usted tras ser testigo del asesinato de un ser querido? ¿Y qué haría si se topara con el culpable? La protagonista de Matar a Jesús decide tomarse la justicia por su mano, pero a medida que estrecha vínculos con el asesino le surgen dudas. En el proceso, la directora Laura Mora no logra ahondar en la psicología de la joven ni ofrecer más que conclusiones superficiales sobre lo seductora y estéril que la venganza resulta, o lo inexorable que es el ciclo de la violencia, o por qué tanto los que mueren como los que matan son víctimas de una sociedad corrupta. La intensidad y la cruda energía que su cámara exhibe al transitar las calles de Medellín, eso sí, logran compensar buena parte de esas carencias.