CRÍTICA DE CINE

'La última bandera': viajes y deberes

Richard Linklater vuelve a hablarnos de la conciencia del paso del tiempo y de las relaciones de amistad con una sencillez insultante

Quim Casas

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La última bandera prolonga El último deber (1973), filme de Hal Ashby  protagonizado por Jack Nicholson en el que dos oficiales de la marina debían conducir hasta la prisión a un soldado. El tiempo ha pasado (estamos en el 2003) y ahora algunos de aquellos personajes se reencuentran en otro viaje tan incierto, en su desenlace, como productivo, en lo que representa para sus actuales y baqueteadas existencias: deben acompañar el féretro del hijo de uno de ellos, caído en combate en Irak. De la guerra de Vietnam del primer relato a la contienda del Golfo del segundo. No parece, sobre el papel, un tema ideal para Richard Linklater, pero el director de Boyhood vuelve a hablarnos de la conciencia del paso del tiempo y de las relaciones de amistad con una sencillez insultante.