CRÍTICA DE CINE

'La leyenda de Redbad': Tosco maximalismo

Ciento sesenta minutos de metraje llenos de batallas repetitivas, escenas supuestamente importantes resueltas de forma o bien precipitada o bien tediosa

Nando Salvà

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El rey Radboud, también conocido como Radbod o Ratpot o Redbad, fue un líder frisón que luchó contra los francos, y que en esta fantasía histórica es presentado como un héroe moderno defensor de la libertad religiosa y la tolerancia. La película intenta contar muchas cosas y se toma su tiempo para ello: 160 minutos de metraje llenos de batallas repetitivas, escenas supuestamente importantes resueltas de forma o bien precipitada o bien tediosa, machacona música de fondo, diálogos reiterativos y a menudo sonrojantemente anacrónicos y, en general, mucho ruido pero ni un ápice de tensión o de verdadera épica.