CRÍTICA DE CINE

'1974: La maldición de Altair': el diablo en los detalles

Rodada en super 8, no necesita abusar de golpes de efecto ni recurrir al gore para resultar genuinamente inquietante

Nando Salvà

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1974: La posesión de Altair 1974: La posesión de Altairecha mano de una premisa típica del cine de terror -una mujer se ve sometida a lo que parecen fuerzas sobrenaturales mientras una cámara lo graba todo- y recurre al esquema narrativo habitual en el cine que se disfraza de metraje encontrado: el espectador se angustia en espera de que pase algo, y luego pasa algo. Lo que la distingue es la pericia con lo que hace todo eso. Rodada en super 8, aprovecha ese formato para maximizar la creación de atmósferas y, en el proceso, no necesita abusar de golpes de efecto ni recurrir al gore para resultar genuinamente inquietante.