PREMIO LITERARIO

Cristina Morales gana el Herralde de Novela con un "puñetazo" al estigma de la discapacidad intelectual

Las cuatro protagonistas de la "insurreccional" 'Lectura fácil' son discapacitadas que viven en un piso tutelado en la Barcelona del paro y los desahucios

Cristina Morales, premio Herralde

Cristina Morales, premio Herralde / periodico

Anna Abella

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“Pocas veces se han dado en la literatura voces protagonistas, que como las de las cuatro mujeres de ‘Lectura fácil’, tengan la particularidad de ser consideradas administrativa y médicamente dispacacitadas intelectuales”, señala Cristina Morales. Con esas voces, y con una obra “insurreccional, que pregona el escándalo y la diferencia”, según el miembro del jurado Gonzalo Pontón, la escritora granadina ha armado un combativo y radical artefacto narrativo en femenino que le ha valido este lunes el Premio Herralde de Novela, dotado con 18.000 euros. “Es una novela-panfleto, una novela-grito, una novela-puñetazo (…) Es un campo de batalla: contra el machismo imperante, contra la opresión del sistema, contra la injusticia. Pero es también una novela que celebra el cuerpo y la sexualidad, el deseo entre mujeres, la dignidad de quien es señalada con el estigma de la incapacidad intelectual y la capacidad transgresora y revolucionaria del lenguaje", desvelaba la editorial Anagrama, que convoca el galardón.   

La novela de Morales (Granada, 1985), licenciada en Derecho y Ciencias Políticas y especialista en Relaciones Internacionales, está protagonizada por cuatro mujeres, Marga, Nati, Patricia y Àngels, parientes, “charnegas” y con distintos grados de discapacidad intelectual, que comparten piso en una Barcelona mestiza y opresiva, acuciada por el paro y los desahucios, donde la autora vive desde hace seis años. “Estos personajes que están en los márgenes tienen una gran potencia para hacer crítica y deben estar en la literatura”, explica tras el fallo la autora de ‘Los combatientes’ (premio Injuve de Narrativa 2012), recordando cómo las letras sí han incorporado el tema de la locura a través de figuras como la del “tonto del pueblo”, poniendo como ejemplo el Azarías de ‘Los santos inocentes’, de Delibes, 'Tonto, muerto, bastardo e invisible', de Juan José Millás, y 'Flores para Algernon', de Daniel Keyes (premios Hugo y Nebula).    

En la Barcelona de ‘Lectura fácil’ conviven la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los okupas y los ateneos libertarios. “Yo llegué sin un duro en el bolsillo y la ciudad que me ha tocado vivir es la de pisos llenos de cucarachas y la de poder comer solo mortadela. Pero eso es algo muy común –comenta-. Pero la Barcelona que retrata la novela es la que desde la política y las instituciones intentan coartar cualquier discurso que sea crítico con ella, donde políticos profesionales se hacen pasar por activistas con consecuencias devastadoras”.  

Esterilizaciones forzosas

Las protagonistas también tienen en común que han llegado de una zona rural no determinada. Esa identidad de “inmigrantes y charnegas” le permite a Morales “confrontar la retórica de la corrección política e institucional con la del analfabeto o la del que cuando habla no le entienden porque tiene acento andaluz”.  

Morales, autora de 'Terroristas modernos' (2017), denuncia a través de una de las protagonistas, la “práctica eugenésica” del sistema, que “realiza de forma masiva y habitual esterilizaciones forzosas a mujeres con discapacidad intelectual porque se las considera hipersexualizadas. Se hacen ligaduras de trompas pero en cambio no se esteriliza a los hombres”. Otro personaje, que está escribiendo una autobiografía con un “género de nuevo cuño”, nacido en los 70, el de la lectura fácil que da título a la novela, acerca al lector a unas fórmulas que “adaptan obras clásicas para personas con discapacidad intelectual, pero también para migrantes que acaban de llegar a un país, a la población reclusa, a gente con fracaso escolar”. Hay “unas reglas”, señala, como “evitar las subordinadas, la ironía, los juicios de valor...”. 

Todo ello, aseguran, Pontón Gijón, Juan Pablo Villalobos y la editora de Anagrama, Sílvia Sesé, miembros del jurado junto Rafa Arias, Marta Sanz, revestido de unas voces “desternillantes” y divertidas, capaces de provocar “la carcajada” sin complejos y de hablar de cualquier tema eludiendo toda corrección política.  

Obra finalista

La novela finalista del Premio Herralde ha sido 'El sistema del tacto', de la chilena Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970), una narración sobre el desarraigo y la pertenencia, que transita desde los años 70 hasta hoy y donde la protagonista, Ania, recibe el encargo de su padre para ir en representación de la familia a despedir a un tío agonizante.