CUENTA ATRÁS PARA EL SALÓN DEL CÓMIC

El dolor, las entrañas y el 'amigo' retrete

El dibujante francés Pozla rompe el tabú de la enfermedad de Crohn, con el desenfadado y a la vez duro cómic 'De tripas y corazón'

Página del cómic 'De tripas y corazón', de Pozla.

Página del cómic 'De tripas y corazón', de Pozla. / periodico

ANNA ABELLA / BARCELONA

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Probablemente sea el autor de cómic que más tripas haya dibujado en un solo libro. Ya desde niño, el francés Pozla (Rémi Zaarour, 1982, Amiens) sentía que tenía dentro un "alien" que a lo largo de los años le iba provocando violentas crisis de espasmos digestivos acompañadas de un “dolor profundo, agudo, visceral”. Se trataba de la enfermedad de Crohn, una dolencia rara, incurable y de causas desconocidas, que no le diagnosticaron hasta los 29 años, de la que ha roto el tabú, con humor y desenfado (y visibilizando, por ejemplo, su relación con su “amigo” el retrete) gracias a 'De tripas y corazón' (Dibbuks, Premio Especial del Jurado del Festival de Angulema 2016). “En realidad, todas las enfermedades son tabú, pero la de Crohn aún más, porque es la ‘enfermedad de la caca’. Aquí me he desnudado y lo he contado con sinceridad y normalidad. Y así creo que se lo toman los lectores porque alguno me ha venido a contar de qué color era la suya...”, dice con una sonrisa tímida, durante su visita a Barcelona.

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Hoy, dos años después de terminar el cómic, a pesar de vivir con 80 centímetros menos de intestinos, se encuentra “estable” y sigue con medicación, relajación y dieta adecuada para mantener esta enfermedad crónica controlada, explica antes de lamentar que no podrá quedarse para el Salón del Cómic, aunque una exposición con los originales sí puede verse ya en la librería Malpaso. 

Mientras estuvo hospitalizado y durante las operaciones que sufrió, Pozla utilizó el dibujo como “terapia”, “salvavidas” y “analgésico”. “Cuando ponía el lápiz sobre el cuaderno me relajaba de inmediato, me servía para poner en imágenes lo que sentía, para intentar entender lo que me pasaba y evadirme del dolor, porque me concentraba tanto que no pensaba en él”. Diversas de las más espectaculares ilustraciones del libro, distinguidas con un sello que evoca un aparato digestivo, las realizó ‘en directo’ desde la cama del hospital.       

AYUDAR A ENTENDER EL DOLOR

Muchos de los lectores que se le acercan en las firmas de 'De tripas y corazón' son enfermos, y no solo de Crohn, recalca, y familiares. “Porque en realidad, el cómic habla del dolor, de la enfermedad, sea cual sea, de la hospitalización. Uno me dijo que por fin había podido hacer entender a su familia lo que le pasaba. Otro lector, que hasta entonces no había comprendido cómo se sentía su padre enfermo”. Pero también médicos. “Mi gastroenteróloga lloró cuando le llevé el libro acabado. Dijo que con él entendió lo que yo había vivido y la relación de doctor-paciente se convirtió en la de dos seres humanos”. Tanto le sorprendió que, afirma, lo da a leer a los estudiantes de Medicina para que entiendan al enfermo y el dolor, “que es algo muy abstracto y que con el dibujo, un lenguaje universal, se puede llegar a comprender”.       

“El problema en los hospitales es la deshumanización. Por un lado están los médicos y, por otra, los enfermos, todos con la misma bata, todos iguales. Un doctor especializado en dolor me comentó las cosas que se deben hacer para acercarte al paciente, basta a veces con que el médico se siente en la cama junto a él y le hable”, apunta el autor de ‘Monkey Business’, trilogía que compagina con trabajos de animación

LOS CUERVOS

Pozla, de pasado grafitero y diseñador, suele usar el humor en sus obras. “No quería mostrarme como víctima. Claro que hay momentos duros y emotivos en el libro pero para mostrar esa montaña rusa de estados emocionales y físicos lo equilibré usando humor, paisajes oníricos o poéticos haikus (apuntados en post-it simulados)". Y también con el recurso de los cuervos que veía desde la ventana del hospital. “Es un pájaro de mal agüero pero los usé por todo el cómic hablando entre ellos para explicar de forma fácil los términos médicos, la terapia y los tratamientos".

Con “la gran muleta” de su mujer, su hija entonces recién nacida, su madre, sus suegros y amigos, se dio cuenta de la cantidad de gente que está sola en los hospitales y de cuán necesario es el apoyo de la familia, que “te ayuda a salir a flote”. También era imprescindible para Pozla “conocer en todo momento qué era lo peor que podía pasar”. “Los médicos a menudo no te cuentan lo que te ocurre o lo que te van a hacer -lamenta-. Pero yo necesito saberlo para no sentirme completamente perdido. Si alguien va a operar mi cuerpo quiero saber cómo lo va a hacer”. Después, añade, empieza el trabajo para “reapropiarte” de él. "Tomas tantos medicamentos -morfina, antidepresivos, somníferos...-, que pierdes el control de tu cuerpo y sientes que tu mente se ha separado de él”. Su fórmula para “alejar el dolor, el estrés y la fatiga”, concluye, “la relajación” y, cómo no, “el dibujo”.