Entrevista con la artista mallorquina

Chenoa: "No sé manejar los grises"

'Otra dirección' devuelve a los escenarios a la cantante justo cuando se planteaba su retirada

Chenoa, en un sofá del Casino de Barcelona3

Chenoa, en un sofá del Casino de Barcelona3 / periodico

ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

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No hay aviso previo ni redoble de tambores. Solo un leve oscurecimiento de la sala justo antes de que Chenoa aparezca en el escenario, sin pompa alguna, con la única compañía de su inconfundible voz y el limpio sonido de la guitarra de Javi Arpa. El concierto empieza frío. Pero le bastan un par de temas y su ingenioso speech para meterse en el bolsillo a un público heterogéneo. Pocas horas después, la cantante atiende a su cita con Exclusive, el suplemento de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, que este sábado publica la entrevista al completo.

-Ha dicho que, para usted, Arrested es la joya de ArrestedOtra dirección¿Qué le pasa por la cabeza a una cantante para valorar su retirada?

-Yo empecé en esto con 15 años; ahora tengo 38. Estuve una década en la cara más cruel –la anónima– y, a partir de ahí, constantemente expuesta. Mi vida ha sido de extremos. ¿Que me gusta cantar? Es obvio. Este es mi medio de vida. Pero soy muy respetuosa con mi profesión. Y cantar sin emoción me parecería vender la moto.

-¿Llegó a hacerlo?

-No, pero estaba a punto. Y antes de que pasara, decidí atajarlo. Al mismo tiempo, me apetecía probar otras cosas, como la radio, que me encanta [Chenoa colaboró en el magacín matinal Atrévete de Cadena Dial], o ser coach de otros artistas, pero tras las cámaras. Hay mucha gente con ilusión y talento y yo apuesto por ellos.

-Una buena competidora.

-La música no es competitiva; son los demás los que provocan una competición. La verdad es que no me siento agredida cuando aparece alguien bueno. Creo que, al final, cada cual tiene su lugar. Es importante ser ubicado, saber dónde puedes llegar y dónde no.

"Soy muy respetuosa con mi profesión. Y cantar sin emoción me parecería vender la moto"

-Otra dirección

-Tienes la presión de seleccionar canciones que luego vayan a sonar en la radio. Y eso me molesta y me da rabia, porque coarta esa parte más artesanal de la música. Yo intento cantar lo que se ajusta a mi estilo.

-¿Y qué es lo que se ajusta?

-Tengo una voz especial, un poco negra, y un estilo pop-rock con guiños al soul. Bien es cierto que, en un momento dado, también puedo cantarte un tema como Lía, pero es porque detrás hay un sentimiento y un desgarro que sí puedo dar. Chavela Vargas, Alejandra Guzmán, Gloria Trevi… Todas ellas son grandes artistas con las que comparto un mismo código.

-Le cuesta encontrar su sabor entre los compositores españoles.

-En general, en nuestro país se compone pensando en otro tipo de solista, que abusa de los agudos. Hay cierta tendencia a un griterío que no comparto, como tampoco me gusta quien canta haciendo muchas florituras. Es cierto que he recibido canciones buenísimas de compositores españoles, pero no eran para mí.

-¿Le han obligado a incluir en un disco alguna canción en la que no creía?

-Jamás. Tanto que se ha criticado mi fuerte carácter, a mí me ha servido para mantenerme firme en mis convicciones. Y no me da miedo equivocarme. De hecho, me gusta; lo necesito.

-Sin embargo, ante el lanzamiento de Otra dirección se mostró algo escéptica con el disco. ¿Le ocurre algo parecido en el plano personal? ¿Es cautelosa al iniciar una relación?

-No, no sé manejar los grises. En cuestiones de pareja, o vamos en serio o no vamos. Las medias tintas me marean y no estoy para esos juegos. De hecho, de los 20 a los 30 años solo tuve dos relaciones, durante seis y cuatro años. A partir de los 30 ya he flaqueado un poco más (ríe). Aunque tampoco tanto.

-¿Le cuesta especialmente reponerse de las rupturas emocionales?

-Sí, soy muy intensa. Y al igual que me entrego sin condiciones, si luego sale mal, me quedo hecha polvo.

-¿Pide segundas oportunidades?

-Me las han pedido a mí (ríe).

-Esa imagen de chica dura se corresponde con el argumento del segundo sencillo de Otra dirección –Otra direcciónJúrame

-No. Yo focalizo, me empeño y soy perseverante.

-¿Cuál es el quid para que una relación funcione?

-Siempre digo que tu pareja tiene que ser tu mejor amigo, tener la sensación de que es de tu mismo equipo, que vais a la misma portería a golear.

-¿Encaja usted con el adjetivo diva

-Una diva es, por ejemplo, Donna Summer. Y aunque para mí es un piropazo, no me siento como tal.

-Sin embargo, este calificativo puede tener también cierta connotación negativa, cuando se entiende como una actitud altiva.

-Yo soy muy flamenca, soy de sacar pecho. Y eso en España es complicado, porque rápido se confunde lo que es carácter con soberbia o prepotencia. Y no tienen nada que ver. “Lo tienes demasiado claro”, me dicen. ¿Y cuál es el problema? Nos pasamos la vida yendo a psicólogos para que nos aclaren las cosas y cuando las tienes claras está mal? ¿Por qué tengo que callarme la opinión sobre algo si lo he estudiado, si me he informado o he leído sobre ello? ¿Por qué me tengo que hacer la tonta? ¿Para ser más cercana? Y que conste que lo intenté: a los 33 años me propuse cambiar mi personalidad y ser más dócil. El resultado fue que me salieron eccemas en la boca y las piernas. ¡Me enfermé por ponerme en plan dulzón y por tragarme lo que realmente soy!

"En España se confunde lo que es carácter con soberbia y prepotencia. Y no tienen nada que ver"

-De eso ya ha pasado un lustro, y se acerca a los 40 años. ¿Le da grima esta cifra?

-No, qué va, porque no los aparento (ríe). Me miro al espejo y me veo maravillosa. Y me siento feliz por no tener ningún problema de salud.

-¿Ha desestimado definitivamente la idea de ser madre?

-No, como tampoco he descartado la posibilidad de adoptar. Pero es que he trabajado como educadora, he cuidado a muchos bebés y sé la responsabilidad que supone tener un hijo. Aparte de eso, he sacrificado mi vida personal por estar donde estoy. En cualquier caso, y afortunadamente, ya pasó a la historia la falsa creencia de que se es menos mujer por no haber parido.

-Si la maternidad no es para usted una asignatura pendiente. ¿Cuál sí lo es?

-Tocar algún instrumento… Estudié algo de solfeo, piano y flauta, pero lo he olvidado.

-¿Qué otro talento desearía tener?

-Me encanta el patinaje artístico –y patino, pero con cuatro ruedas–, la gimnasia rítmica… Todo lo que exige un elevado control del cuerpo.

-¿Se atrevería a participar en un concurso como Mira quién baila

-¡Me gustaría! De hecho, hice diez años de clásico.

-¿Hay algo más para lo que debería sacar tiempo?

-Para Laura Corradini [ella misma]. Chenoa la absorbe demasiado.

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