Las claves de la cartelera

'En la casa' fabula sobre la adicción a la literatura

François Ozon estrena la película que le valió la Concha de Oro

Fotograma de 'Fènix 11*23', película dirigida por Joel Joan y Sergi Lara.

Fotograma de 'Fènix 11*23', película dirigida por Joel Joan y Sergi Lara.

NANDO SALVÀ

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Quizá ya haya oído usted hablar de la película más destacable entre los estrenos de esta semana, principalmente porque hace poco más de un mes ganó la Concha de Oro en el Festival de cine de San Sebastián:En la casa, dirigida por el francés François Ozon. Basada en la obra teatralEl chico de la última fila, del dramaturgo madrileño Juan Mayorga, retrata la peculiar relación que un profesor de literatura, novelista frustrado, entabla con su más talentoso alumno a partir de los apasionantes relatos que este escribe como tarea escolar. Gracias a ellos, sus propios impulsos creativos se reavivan, hasta que el intenso vínculo entre ambos se escapa a todo control.

Dotada de la peligrosa sensualidad y el humor subversivo que en su día convirtieron a Ozon en figura de referencia del cine europeo,En la casaes una deliciosa reflexión sobre el acto de crear literatura y el de consumirla y sobre la habilidad de esta para conjurar vidas alternativas e identidades más gratificantes tanto para los autores como para los lectores. Sobre el placer de asomarse a las vidas ajenas y sobre los riesgos de confundir vida y ficción.

De eso mismo, aunque de otra forma, habla tambiénReality. Al fin y al cabo, la nueva película de Matteo Garrone (Gomorra)es la historia de un hombre que pierde la cabeza a causa de su obsesión por participar enGran Hermano, ¿y qué esGHsino una celebración de nuestro afánvoyeury una pantomima disfrazada de verdad? Garrone sugiere que la telerrealidad se ha convertido en una nueva religión. Porque estimula el mismo tipo de culto a falsos ídolos que la Iglesia ha promovido durante siglos, porque la vigilancia moral de Dios ha sido reemplazada por la intrusión permanente de las cámaras, y porque la casa deGran Hermanose ha convertido en una especie de nuevo Edén, amueblado por Ikea.

Realityes, además, un homenaje a los grandes autores del cine italiano, entre los que, en todo caso, no figura Dario Argento, pero aun así el maestro delgialloestá presente en la cartelera. No hace falta explicar de qué trata su nueva película,Drácula 3D. Las ficciones vampíricas han tomado incontables caminos en los últimos años, pero para Argento es como si el género nunca hubiera evolucionado. Su película nos transporta de regreso a aldeas transilvanianas, carros tirados por caballos, paletas pechugonas y puntiagudas estacas. ¿Qué aporta, pues, a las desventuras del viejo conde, tantas veces llevadas a la pantalla? Principalmente, mucho deliriotrash y varios momentos involuntariamente cómicos.

CHISTES FÁLICOS / Los amos del barrio, en cambio, es totalmente consciente en su intento de provocar risas. Los comediantes de primer nivel Ben Stiller, Vince Vaughn, Jonah Hill y Richard Ayoade dan vida a cuatro vecinos que forman un grupo de vigilancia ciudadana y acaban envueltos en una conspiración alienígena. Esencialmente, la película es una sucesión de chistes fálicos: referencias a condones extragrandes, sangre marciana con la textura del semen e invasores extraterrestres con cerebro en los genitales. También incluye gags sobre gente asesinada y gente obsesionada por las armas, y eso, unido al hecho de que en Estados Unidos se estrenó solo una semana después de la masacre en Aurora (Colorado), explica por qué no funcionó en la taquilla de su país.

Acabemos igual que hemos empezado: hablando de libros.Todo es silencioes la segunda adaptación que José Luis Cuerda hace de una novela de Manuel Rivas (La lengua de las mariposasfue la primera). En ella, un policía (Quim Gutiérrez) vuelve a su pueblo al cabo de 20 años y ve cómo su primer amor es ahora la novia de su antiguo amigo (Miguel Ángel Silvestre), y que este se ha convertido en un narcotraficante a las órdenes del capo interpretado por Juan Diego

Mezcla de romance, melodrama ythriller, la película recrea cómo en los años 80 apareció en la costa gallega una delincuencia organizada basada en el tráfico de drogas, y su título alude a la ley no escrita que impera la región. Como explica el propio Rivas, «cuando al hablar te juegas la vida, todo es silencio».