OPINIÓN

'Carousel en concierto': una versión que todos deberíamos haber valorado más

carousel17

carousel17 / ALFRED MAUVE

Eduardo de Vicente

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Escribo estas líneas aún bajo los efectos de sentir que he sido testigo de algo único y bastante decepcionado por comprobar la injusticia que, desde mi humilde punto de vista, se ha cometido con las representaciones de Carousel en el Teatre Grec. Me explicaré detalladamente.

Para empezar, desde el principio se especificó que se trataba de la versión concierto. Eso suele querer decir que se trata únicamente de una versión en la que se cantan las canciones y poco más. Pero en este caso no ha sido así. Para empezar había una gran orquesta de unos 40 músicos muy jóvenes pero sobrados de talento, que ya la querrían muchos para sí. Había unos coros voluntariosos, entregados y eficaces, bailarines virtuosos, vestuario adecuado para todos y una escenografía muy trabajada. Sinceramente, creo que si no se hubiera añadido la palabra ”concierto” nadie se hubiera podido quejar porque reunía todos los elementos (e incluso más) que una producción similar. Coincidí con un colega al que admiro y que ha visto mucho más que yo y su comentario fue “me lo esperaba más minimalista” y el resultado le entusiasmó.

He tenido el privilegio de vivir un poco los ensayos casi sin hora de finalización, las repeticiones una y otra vez para conseguir la excelencia, la superación constante de un grupo que se ha dejado el alma para ofrecer el mejor espectáculo posible. Y creo que el resultado ha sido espectacular.

Podemos, y estamos en nuestro derecho, opinar que no nos guste tal o cual actor, creer que la trama puede estar algo pasada de moda u otros detalles que me resultan insignificantes, pero jamás debemos olvidar que han hecho un esfuerzo titánico por brindarnos la mejor adaptación posible dadas las limitaciones presupuestarias, de tiempo y de otros tipos.

Lamento profundamente y me duele que algunos medios catalanes de gran importancia lo hayan obviado o cubierto insatisfactoriamente. Me queda el consuelo de pensar que en este periódico sí se ha tratado como debería con artículos previos y crónica puntual. Entiendo que estos días coinciden muchos festivales, actuaciones de nombres importantes y no hay espacio para todos pero, con todos mis respetos hacia otras opiniones y estilos, me parece muy triste que se destaque antes un festival de reggaetón (es un ejemplo, hay más) que algo hecho por gente de aquí, irrepetible y traducido con una delicadeza espléndida al catalán. Deberíamos aprender de los franceses que antes abren con la última película de un cómico mediocre suyo que con el nuevo filme norteamericano de la estrella de moda destinado a arrasar en taquilla aunque solo sea por lo que se gastan en publicidad.

Un musical representado íntegramente

También me ha decepcionado en cierto modo el público, aunque lógicamente es soberano, porque no ha sabido entender la magnitud de la ambiciosa propuesta. Creo que deberíamos valorar que nadie se haya atrevido a intentarlo en nuestro país (por algo será…) ni a interpretar el musical íntegramente por considerarlo poco comercial o excesivamente caro. ¿Somos realmente conscientes de las horas y horas de trabajo que ha supuesto este pequeño milagro? Nos han ofrecido la mejor versión dentro de las posibilidades y más de lo que casi todos esperaban y, aún así, hemos reaccionado con una cierta tibieza que me da un poquito de pena.

La próxima temporada va a estar repleta de musicales a priori muy atractivos, novedosos y sorprendentes. Solo me gustaría que supiéramos apreciar y valorar el esfuerzo de un montón de gente que hacen posible acercarnos tanto los grandes clásicos como las obras de pequeño formato. Si los apoyamos a ellos, ayudamos a que este género pueda seguir creciendo.

Estamos en un momento muy dulce en el que tenemos de todo: grandes cantantes, orquestas maravillosas, coros angelicales, bailarines muy válidos y profesionales bregados en mil y una batallas dispuestos a conseguir lo imposible (esto va por Daniel Anglès, Xavier Torras y a quienes consiguen involucrar en sus locuras). Por todo ello, infinitas gracias a todos cuantos habéis participado en Carousel. Vuestro esfuerzo, al menos en uno de vuestros espectadores, no ha sido en vano. Sigo creyendo que lo que habéis logrado es histórico y espero seguir disfrutando de vuestro virtuosismo en el futuro.